El Mensajero de Dios Malaquías 3:1. “He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.” De las cosas que están aún por cumplirse, y que ocurrirán en los últimos tiempos, ésta es una de ellas. Aún cuando muchos llegan a confundir esta porción con un evento pasado, esto es algo que aún no se ha cumplido del todo. Digo del todo, pues si bien nuestro Señor Jesucristo vino en carne a este mundo, solo cumplió la parte donde él se da en sacrificio para la salvación de la humanidad, la remisión de los pecados por el derramamiento de su sangre. Con este sacrificio y la predicación del evangelio se está preparando un pueblo bien dispuesto para Dios, un pueblo que ha enderezado sus caminos para hacer la voluntad de Dios. Es parte de preparar el camino delante de Jehová Dios. Pero, aún vemos que no
Somos una Iglesia que profesa el Evangelio de Jesucristo contenido en las sagradas escrituras del cual, encomendado a los Apóstoles mediante el ministerio de la reconciliación para salvar nuestras almas. Constituida para el crecimiento espiritual y aprendizaje de las verdades bíblicas, proclamar las buenas nuevas de salvación, propiciando la reconciliación del hombre con Dios para que vivamos sobria, justa y piadosamente, a fin de presentarnos perfectos en Cristo Jesús para toda buena obra.