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Mostrando las entradas de julio, 2018

MIENTRAS ESTABA EN EL CUERPO

Mientras estaba en el cuerpo. 2da   Corintios 5:10. “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.” La condición de eterno, permanente, estable, duradero, aún no ha llegado. Hoy vivimos en un estado temporal, pasajero, corruptible mientras llegamos a lo perfecto. Este cuerpo en el cual vivimos no es para siempre; y no me refiero a su forma o figura, apariencia o semblanza, sino al material del cual está hecho. Este cuerpo fue formado del polvo de la tierra y a la tierra volverá. “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra , y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” Génesis 2:7. “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra , porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás .” Génesis 3:19. Cuando hace esta referencia la escritura, es con relación

CREEMOS EN UN DIOS QUE ES PACIENTE

VEAMOS A JESÚS, Y TAMBIÉN VEAMOS AL PADRE

Veamos a Jesús, Y también veamos al Padre. Salmos 34:5. “Los que miraron a él fueron alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados.” El poder leer con el significado correcto, los pasajes de las escrituras amerita que tengamos presente principios que no pueden ser echados por tierra. Tener presentes las palabras que Dios ha dicho por boca de los profetas desde la antigüedad para no transgredir los mandamientos de Dios, es poder saber que la palabra de Dios permanece para siempre. “Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre .” Isaías 40:8. Este es parte del fundamento de los profetas, saber que lo que Dios ha dicho lo cumple; así ocurrirá. Del mismo modo nos dará, juntamente con Cristo todas las cosas. Para esto es necesario ver a Jehová Dios al tiempo que vemos a Jesucristo. “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿ cómo no nos dará también con él todas las cosas ?” Roma