LA PLENITUD DE DIOS (COLOSENSES 2:9)
La Plenitud de Dios
Colosenses 2:9.
“Porque
en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, ”
Cuando nos encontramos la
expresión “Plenitud”, el primer significado que viene a nuestra mente es
completo o todo. Es el total o totalidad de algo o de alguien. Sin embargo,
este no es siempre la connotación con la cual se encuentra en las sagradas
escrituras. ¿Cómo es vista esta expresión en algunas porciones bíblicas? ¿Cómo
entenderla? Es necesario comprender su significado a la luz de las escrituras,
pues tomarlo simplemente como “todo” nos daría algo así como que Dios estaba
todo, completo en Cristo Jesús; dejando vacíos, a la hora de entender el resto
de las escrituras. Aparecen interrogantes como: ¿Si Dios estaba metido
habitando completo en Jesús quien estaba sentado en ese momento en el trono?;
pues Jesucristo, al enseñar a sus discípulos a orar les dijo:
“Vosotros,
pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
nombre.” Mateo 6:9.
¿Dónde está el Padre? ¿En
los cielos o dentro de Cristo?
O cuando les dijo:
“Y no llaméis
padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en
los cielos.” Mateo 23:9.
¿Donde está nuestro padre?
En los cielos. Y en ese momento ¿Donde estaba Jesucristo? Aquí en la tierra.
Tratan de explicar esto con
la omnipresencia, que Dios está allá en el cielo y a la vez está dentro de
Cristo. Esto no es omnipresencia, es confusión; pues ¿Por qué Jesucristo les dijo que Dios estaba
en ese momento en el cielo? Si, también
es cierto que Jesucristo les dijo: “El Padre que mora en mí...” Esto hay que
entenderlo, pues mora en Jesucristo de la misma forma que mora en cada uno de
nosotros; por medio de su Santo Espíritu.
“en quien todo
el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el
Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de
Dios en el Espíritu.” Efesios 2:21:22.
De manera que se hace
necesario entender lo de la habitación de la plenitud de Dios en Jesucristo.
No se me desespere, leamos
las escrituras y no saquemos conclusión con un sólo versículo aislado.
En la biblia encontramos el
uso de la palabra plenitud en varias ocasiones. Estos nos van a ayudar a
entender su significado. Veamos las palabras dichas por el salmista David:
“De Jehová es
la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan.” Salmos 24:1.
“Resuene el
mar, y su plenitud; Alégrese el campo, y todo lo que contiene.” 1ra de crónicas 16:32.
“Brame el mar y
su plenitud, El mundo y los que en él habitan;” Salmos
98:7.
Aún cuando estos tres no
son todos los ejemplos que están en la biblia, nos ayudan a entender el
significado de la palabra plenitud.
Veamos el primer versículo:
“De Jehová es
la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan.” Salmos 24:1.
Podemos ver, a groso modo,
que todo le pertenece a Dios. Pero al ir más allá, al detalle que hace el
salmista, vemos que no solamente la tierra le pertenece a Dios, sino su
contenido, lo que está en la tierra; los que habitan en la tierra.
Así lo dice, con otras palabras,
en el libro de Éxodo.
“Ahora, pues,
si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial
tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.” Éxodo 19:5.
No cabe duda, la tierra es
de Dios, él es su creador; ¿y lo que está en la tierra? ¿Lo que hace vida en la
tierra?
“Porque mía es
toda bestia del bosque, Y los millares de animales en los collados. Conozco a
todas las aves de los montes, Y todo lo que se mueve en los campos me
pertenece. Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; Porque mío es el
mundo y su plenitud.” Salmos 50:10-12.
Podemos ver que toda
especie de animal que se mueve en esta tierra, que forma parte de los seres que
viven en esta tierra, le pertenecen a Dios. ¿Y los seres humanos? ¿O los que
tienen alma?
“He aquí que todas
las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el
alma que pecare, ésa morirá.” Ezequiel 18:4.
Las almas vivientes también
le pertenecen a Dios quien es su creador. Ahora, una forma resumida, que
engloba todo lo que está en la tierra, es la que usa el salmista cuando dice:
“...El mundo, y
los que en él habitan.” Salmos 24:1.
Pero aún más, la primera
parte del versículo es equivalente a la segunda.
“De Jehová es
la tierra y su plenitud;...”
Donde tierra es equivalente
a mundo y plenitud a lo que en él habita.
De esta manera “plenitud”
es contenido, lo que está en, dentro de. Véalo usted en el siguiente versículo.
“Resuene el
mar, y su plenitud; Alégrese el campo, y todo lo que contiene. ” 1ra de crónicas 16:32.
“Brame el mar y
su plenitud, El mundo y los que en él habitan;” Salmos
98:7.
Vemos que no solamente el
mar debe bramar, sino cada uno de los seres que están en él, su plenitud; O no
solo el campo debe alegrarse, sino que aún todo los que están en el campo.
Así vemos que plenitud es
la parte contenida en algo o alguien. Inclusive, si lo vemos con ejemplos de
nuestra vida diaria, podemos decir que el sol alcanza su plenitud en unas horas
específicas del día, cuando tiene su máximo esplendor, pero no es todo el sol
del día.
O cuando decimos de alguien
que está en la plenitud de su juventud, y esto no significa que es toda su
juventud, mas es una etapa, pues aún le queda juventud. Es la etapa de mayor
vigor, pero no es toda su juventud.
De la misma manera, cuando
leemos en las escrituras el versículo:
“Porque en él
habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,”
Colosenses 2:9.
Allí no se trata de que la
persona de Dios el Padre en cuerpo está metido dentro de Jesucristo. Habla de
algo, de un contenido de Dios en Cristo.
Recuerde, el versículo debe
ser visto en su contexto. ¿De qué viene hablando el apóstol Pablo? Veamos unos
versículos anteriores y lo sabremos:
“para que sean
consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de
pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de
Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del
conocimiento. ” Colosenses 2:2-3.
Está haciendo el apóstol
una advertencia para que no se dejen engañar con palabras persuasivas, por
medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres,
conforme a los rudimentos del mundo y no según Cristo. ¿Por qué hace esto?
Porque algunos querían desviarlos de la verdad. Por eso Pablo les hace hincapié
en que en Jesucristo hay algo escondido que es de Dios.
“en quien
están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.” Colosenses 2:3.
Esta es la plenitud de la
que habla el Apóstol Pablo; la plenitud de Dios que está en Cristo; como ya
había sido profetizado por boca del profeta Isaías.
“Y reposará
sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia,
espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.”
Isaías 11:2.
Este ser, nuestro Señor
Jesucristo, fue investido con Espíritu Santo y con poder; de modo que en él se
vieron reflejados todos los atributos de Dios por el Espíritu de Dios obrando
por medio de él. La plenitud de Dios se hizo patente en él para hacer la obra
que Dios le ha encomendado.
“Y Jesús crecía
en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.” Lucas 2:52.
Este fue el plan de Dios,
hacer que en Jesús morasen todas estas cosas.
“por cuanto
agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, ” Colosenses
1:19.
Y en esta plenitud, la
bondad de Dios se hizo patente aún más allá de cosas intangibles. Por eso
encontramos que dice:
“Todas las
cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el
Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo
quiera revelar.” Mateo 11:27.
“Todas las
cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo
sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo
quiera revelar.” Lucas 10:22.
“Todo lo que
tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará
saber.” Juan 16:15.
El poder Jesucristo
expresarse de esta manera era porque él reconocía que Dios le había entregado
todas las cosas en sus manos; inclusive le dio poder y autoridad, potestad
sobre todas las cosas y sobre el mundo y lo que en él habita, sobre la creación
y su plenitud.
“Y Jesús se
acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en
la tierra.” Mateo 28:18.
Tiene potestad sobre todo
dominio que le pertenece a Dios, sobre el universo y su plenitud; porque así le
agradó al Padre.
De manera que, usar el
texto de Colosenses 2:9, “Porque en él
habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,” para querer significar que
Dios está metido en Jesucristo, es contradecir las escrituras; pues lo que
realmente dice es que lo que hay en Dios, lo que es de Dios está en Cristo; los
tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
Si dijese que en Cristo
habita Dios y su plenitud, entonces fuese diferente; pero solo podemos
encontrar en Cristo la plenitud de Dios,
que dicho sea de paso necesitamos tomar para nosotros.
“Juan dio
testimonio de él, y clamó diciendo: Éste es de quien yo decía: El que viene
después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. Porque de su
plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la ley por medio de
Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. ”
Juan 1:15-17.
De la plenitud de Dios que
está en Cristo, entonces nosotros tomamos. ¿Cuánto? ¿Poco o mucho?
“y de conocer
el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda
la plenitud de Dios.” Efesios 3:19.
“hasta que
todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un
varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; ” Efesios 4:13.