El
nombre de Dios
¿Olvidado
o Santificado?
Isaías 52:5-6
“Y ahora ¿qué hago
aquí, dice Jehová, ya que mi pueblo es llevado injustamente? Y los que en él se
enseñorean, lo hacen aullar, dice Jehová, y continuamente es blasfemado mi
nombre todo el día. Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en
aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente.”
Esta
porción bíblica es tomada frecuentemente para demostrar, como apoyo a la
creencia, que Dios cambió de nombre.
“…mi
pueblo sabrá mi nombre…”
Dan
a entender que por el hecho de que el nombre de Dios, dado a conocer por medio
de Moisés, era blasfemado continuamente es causa suficiente para cambiárselo.
Pero ¿En realidad es esto lo que dice? ¿Apoya esta escritura o alguna otra esta
creencia? Veamos con detenimiento.
a a) “…y
continuamente es blasfemado mi nombre…”
Deja ver que ya existía un nombre y que estaba siendo blasfemado; no
como algunos han querido dejar ver que era que Dios no había dado a conocer su
nombre.
b b) “…mi
pueblo sabrá mi nombre…” ¿era que no sabían cuál era el nombre de Dios? ¿No lo
había dado a conocer por medio de Moisés? Se refiere al hecho de que Dios daría
a conocer, hacer notorio, sacaría a relucir, pondría en alto su nombre ¿Cuál
nombre? El que ya había dado a conocer.
Dios
no promete cambiarse el nombre; así como no insinuó que ya lo de podemos decir
“Dios Omnipotente”
Éxodo 6:3. “Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios
Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos.”
A pesar de esta aclaración, hecha por el mismo Dios,
se le sigue reconociendo como Dios Todopoderoso hoy día.
De igual modo, a pesar de que el nombre “Jehová” fue y
es blasfemado continuamente ¿Dejó de ser Dios lo que representa o significa la
palabra Jehová? ¿Dejó de ser “El que es”?
Éxodo 6:2. “Habló todavía Dios a Moisés, y le
dijo: Yo soy JEHOVÁ.”;
En otras palabras “Yo soy el que soy”. ¿Dejó de ser “El que Soy”? o como gramaticalmente es correcto ¿Dejo de ser el Que Es? Sin duda alguna “NO”. Dios sigue siendo “El Que Es”; el que era y el que será; de la misma manera que sigue siendo el Dios todopoderoso
En otras palabras “Yo soy el que soy”. ¿Dejó de ser “El que Soy”? o como gramaticalmente es correcto ¿Dejo de ser el Que Es? Sin duda alguna “NO”. Dios sigue siendo “El Que Es”; el que era y el que será; de la misma manera que sigue siendo el Dios todopoderoso
Apocalipsis 11:16-17. “…,se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios,
diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y
que has de venir, ….”
¿Qué es lo que estaba ocurriendo? El nombre de Jehová
estaba siendo blasfemado. ¿Cómo? Blasfemar no es solamente pronunciar palabras
en contra de Dios. Veamos un ejemplo.
Salmos 74:3-10. “Dirige tus pasos a los asolamientos eternos, A todo
el mal que el enemigo ha hecho en el santuario. Tus enemigos vociferan en medio
de tus asambleas; Han puesto sus divisas por señales. Se parecen a los que
levantan El hacha en medio de tupido bosque. Y ahora con hachas y martillos Han
quebrado todas sus entalladuras. Han puesto a fuego tu santuario, Han profanado
el tabernáculo de tu nombre, echándolo a tierra. Dijeron en su corazón:
Destruyámoslos de una vez; Han quemado todas las sinagogas de Dios en la
tierra. No vemos ya nuestras señales; No hay más profeta, Ni entre nosotros hay
quien sepa hasta cuándo. ¿Hasta cuándo, oh Dios, nos afrentará el angustiador?
¿Ha de blasfemar el enemigo perpetuamente tu nombre?”
Vemos
que con todas estas acciones contra el santuario y contra el pueblo blasfemaban
contra Dios y contra su Santo Nombre. El querer burlarse de Dios, el atribuir
la victoria, prosperidad, salud o alguna cosa que solo provenga de Dios a otro
que no es Dios, esto es considerado una blasfemia.
De manera que la conducta del pueblo de Israel, que le
llevó a ser cautivo por babilonia, hizo que los babilonios se jactaran de sus
dioses y menospreciaran al Dios de Israel, constituyéndose esto en una
blasfemia.
Ahora bien, ¿Qué promete Dios? ¿Cambiarse el nombre? O
¿Reivindicar su nombre?
Ezequiel 36:16-25. “Hijo de hombre, mientras la casa de Israel moraba en
su tierra, la contaminó con sus caminos y con sus obras; como inmundicia de
menstruosa fue su camino delante de mí. Y derramé mi ira sobre ellos por la sangre
que derramaron sobre la tierra; porque con sus ídolos la contaminaron. Les
esparcí por las naciones, y fueron dispersados por las tierras; conforme a sus
caminos y conforme a sus obras les juzgué. Y cuando llegaron a las naciones
adonde fueron, profanaron mi santo nombre, diciéndose de ellos: Éstos son
pueblo de Jehová, y de la tierra de él han salido. Pero he tenido dolor al ver
mi santo nombre profanado por la casa de Israel entre las naciones adonde
fueron. Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: No lo
hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el
cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado. Y
santificaré mi grande nombre, profanado entre las naciones, el cual
profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy Jehová,
dice Jehová el Señor, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos. Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré
de todas las tierras, y os traeré a vuestro país. Esparciré sobre vosotros agua
limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros
ídolos os limpiaré.”
Dios promete Santificar su nombre, en ningún momento
dice que lo va a cambiar. ¿Cómo hará esto? Sacando con mano poderosa a su
pueblo de donde le había llevado cautivo. Demostrando que él sigue siendo grande,
todopoderoso, el único Dios; que no hay Dios que pueda librar como él. Note
también que en la misma porción promete limpiar al mismo pueblo, de todas sus
inmundicias, que derramaría sobre ellos agua limpia. Ahora ¿Si puede hacer esta
limpieza con el pueblo ¿No puede limpiar su santo nombre? Es eso precisamente
que promete Santificar su santo nombre.
En la oración que nos enseñara el Señor Jesucristo
está el ruego que cada uno de nosotros debe hacer aún hoy día:
“…Santificado sea tu nombre…” Mateo 6:9.
¿Era que Jesús el Cristo no sabía del cambio de
nombre? O ¿Es que el nombre que había sido blasfemado debía ser santificado?
Sin duda el nombre de Dios debe ser santificado. Usted y yo podemos contribuir
a hacerlo. ¿Cómo? Cada vez que usted con sus palabras y con sus acciones deja
en alto al Dios creador del Universo usted está santificando su nombre. Cada
vez que usted hace que alguien hable bien del Dios de quien es usted, de quien
somos y a quien servimos estamos ayudando a santificar el nombre de nuestro
Dios.
Esto fue lo que hizo Jesucristo mientras estuvo aquí
en la tierra:
Juan 3:2. “Éste vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de
Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no
está Dios con él.”
De manera que con cada milagro que Dios hacía por
medio de Jesucristo, el pueblo glorificaba a Dios.
Lucas 5:26. “Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban
a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas.”
Lucas 7:16. “Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios,
diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha
visitado a su pueblo.”
De igual manera, cuando los apóstoles iniciaron su
ministerio encontramos:
Hechos 4:21-22. “Ellos entonces les amenazaron y les soltaron, no
hallando ningún modo de castigarles, por causa del pueblo; porque todos glorificaban a Dios por lo que se había hecho, ya que
el hombre en quien se había hecho este milagro de sanidad, tenía más de
cuarenta años.”
Así mismo, el Apóstol Pablo en su carta a los gálatas,
relatando su testimonio nos dice:
Gálatas 1:23-24. “solamente oían decir: Aquel que en otro tiempo nos
perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba. Y glorificaban a Dios en mí.”
De esta manera Jesucristo, Pedro, Pablo, entre otros,
dieron a conocer a Dios, su poder, su grandeza e hicieron que todos los que
vieron glorificaran a Dios y su santo nombre.
¿Qué es glorificar? Es alabar, ensalzar, dar gloria; y
de esta manera se santifica el nombre de Dios, por eso Jesucristo dijo:
Juan 12:2. “Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he
glorificado, y lo glorificaré otra vez.”
¿A qué nombre se estaba refiriendo? Sin lugar a dudas
al nombre de Dios; el que ya había sido dado a conocer por medio de Moisés, el
que ya había sido blasfemado pero que Dios prometió, por medio del profeta
Ezequiel, que santificaría y aún hoy sigue santificando por medio de sus
siervos, aquellos que dejan en alto con sus acciones, con sus obras a nuestro
Dios todopoderoso, el que es, el que era y el que será o vendrá.
De manera que no hubo cambio de nombre, como se ha
querido hacer creer.
¿Qué quiso decir Jesucristo con “Padre he dado a
conocer tu nombre?
San Juan 17:25-26.
“Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han
conocido que tú me enviaste. Y les he
dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que
me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.”
¿De qué está hablando? Notemos que no habla solo del
pasado sino del futuro. Jesucristo con su obediencia, con sus acciones, con los
milagros que Dios hizo por medio de él, dio a conocer el nombre de Dios; Dejó
muy claro que no era Jesucristo quien hacía lo que estaban viendo, sino Dios
por medio de Jesucristo.
Juan 14:10. “¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo
por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.”
Juan 6:38. “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad
del que me envió.”
Juan 17:4-8. “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.
Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve
contigo antes que el mundo fuese. He
manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y
me los diste, y han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todas las cosas
que me has dado, proceden de ti; porque
las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han
conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.”
Jesucristo estaba cumpliendo una misión encomendada
por Dios a llevar a cabo en esta tierra con los seres humanos. Recibió
instrucciones y dio a conocer las palabras que Dios había mandado a decir al
tiempo que permitió que Dios se glorificara por medio de él con milagros,
prodigios y sanidades. Esto fue lo que hizo que el nombre de Dios fuese
engrandecido, dado a conocer, se acordaran de su Dios.
Juan 17:26. “Y les he dado a conocer tu
nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado,
esté en ellos, y yo en ellos.”
¿Cómo se puede dar a conocer algo que ya ha sido dado?
Simplemente dejando en alto, engrandeciendo, con hechos y palabras a nuestro
Dios.
¿Y que de ese que lo dará a conocer aun? Estamos
esperando un evento que glorificará a Dios y dejará en alto su nombre para
siempre; el reinado de Jesucristo en el trono de David su padre; por el cual
todas las naciones reconocerán a Dios, que no hay otro como él y cantarán los de
Israel.
Isaías 12:1-6. “En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh Jehová; pues
aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado. He
aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi
canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí. Sacaréis con gozo aguas
de las fuentes de la salvación. Y diréis en aquel día: Cantad a Jehová, aclamad
su nombre, haced célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido. Cantad salmos a Jehová, porque
ha hecho cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra. Regocíjate y
canta, oh moradora de Sion; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.”
“Bendito sea su Santo Nombre”
Pero ¿No dijo Pablo que Jesucristo heredo un nombre?
“ hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre
que ellos.” Hebreos
1:4.
Ciertamente no
es “Jesús” como tal el nombre que heredó; pues usted no consigue que a Dios de
antemano se le conociera como “Jesús”. Nunca se refirieron a Dios con el nombre
Jesús en todo el antiguo testamento. Cada vez que aparece el término “Jesús” es
para referirse al hijo de Dios. Ahora ¿Por qué habla de heredar? Heredar es
usar algo venido de otra persona. ¿Dónde está entonces el nombre de Dios?
Incluido en el nombre de Jesús. ¿Qué significa el nombre Jesús? Si usted estudia el significado del nombre
del hijo de Dios encontrará que dice:
Mateo 1:21. “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su
pueblo de sus pecados.”
Hay acá la condición de que este nombre significa
Salvación y aun más; traduce “Jehová Salvación” Está en el nombre Jesús
incluido el nombre de Jehová; reivindicando ese nombre y en ningún momento
sustituyendo o cambiando el nombre de Dios; que es y sigue siendo: “El Que Soy”
así el lo dijo “Yo Soy Jehová”. De manera que Jesús significa, el que soy
salvación o el que salva o Jehová salva; refiriéndose a lo que Dios haría por
medio del vaso escogido; o como lo dijo Juan el Bautista:
“El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” Juan 1:29.
O también en palabras de Zacarías:
“Bendito el Señor Dios de Israel,
Que ha visitado y redimido a su pueblo, Y nos levantó un poderoso Salvador En
la casa de David su siervo,” Lucas 1:67-68.
y por boca de Pedro:
“A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar
a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.” Hechos 5:31.
De esto habla su nombre, de salvación y perdón de
pecados; ese nombre que Dios le dio para enaltecer su nombre.
En Hebreos
1:4. No sólo habla de una simple herencia, sino que dice:
“hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.”,
refiriendo se a los ángeles. ¿Se da cuenta que no
solamente el hijo heredó sino también los ángeles? Que el nombre de “Hijo” es
más excelente es otra cosa, pero los ángeles también heredaron aunque no fue el
mismo nombre, titulo o distinción.
“Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he
engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, Y él me será a mí hijo?” Hebreos 1:5.
Este nombre o titulo “Hijo de Dios” es superior a el
nombre de los ángeles; de quienes dice la biblia que son Espíritus
ministradores.
“Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra, Hasta
que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para
servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”Hebreos 1:13-14.
A ninguno de
los ángeles Dios llamó Hijo de Dios. Esta es la distinción que heredó y que le
permite inclusive ser heredero de Dios. No fue el nombre “Jesús”, pues este
nombre es temporal; la distinción de Hijo de Dios es eterna, inclusive con esta
distinción se nos ha de honrar a los que hemos de heredar la salvación.
Cuando llegue el reino Milenial, entonces a Jesús se
le conocerá ya no por el nombre “Jehová salvación” sino que se le llamará
“Jehová Justicia Nuestra” Jeremías 33:16. Y luego, después para la eternidad, recibirá
un nombre nuevo, el cual le dará Dios, al tiempo que a cada uno de los salvados
se nos ha de dar.
Apocalipsis 3:12. “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de
mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios,
y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del
cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.”
Mientras que el nombre de Dios dice la Palabra de Dios
es eternamente y para siempre.
Éxodo 3:15. “Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de
Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y
Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Éste
es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos.”
O como lo relata el Profeta Isaías:
“Yo Jehová; éste
es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.” Isaías 42:8.
“Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a
mi nombre incienso y ofrenda limpia, porque
grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos.” Malaquías 1:11.
Note que este nombre “Jehová” lo mantuvieron en todos
los escritos de los profetas y no lo cambiaron ni dieron señas de que sería
cambiado en el futuro. Lo que sí está claro es que la pronunciación original
del nombre de Dios se extravió, no fue pronunciado mas, pero tenemos en la
palabra “Jehová” una representación de lo que fuera el nombre original de Dios,
“El Que Soy”; que Dios ha venido santificando a través de los siglos y seguirá
santificándolo pues el no ha dejado de
ser “El Que Es”, nuestro Dios Todopoderoso.