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Servir a Dios y a Jesús



Servir a Dios y a Jesús
Jeremías 30:9
“sino que servirán a Jehová su Dios
y a David su rey, a quien yo les levantaré.

La Biblia nos habla del Rey que ha de levantarse en Israel, de parte de Dios, que vendrá del linaje de David.
Hay que tener en cuenta que cuando Jeremías, Ezequiel, Oseas hablaron ya hacía varios años que el Salmista David había dejado de existir; pero aún está vigente la promesa hecha a David:
“Porque así ha dicho Jehová: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel.” Jeremías 33:17.
Sin embargo, conseguimos a Jeremías diciendo:
“sino que servirán a Jehová su Dios y a David su rey, a quien yo les levantaré.” Jeremías 30:9.
Si detallamos este versículo encontramos que:
a                a)    ¿A quien van a servir?: A Jehová su Dios y a David su Rey.
b                b)    Está hablando del futuro: “Servirán” y “Levantaré”.
c               c)    Vemos que no habla del salmista David, sino de un descendiente de David, porque  dice que le levantaré. No se dá el nombre específico con que se le conocerá, sino que se le llama David.
a) ¿A quién van a servir?.
Uno de los principios que Dios le dio a conocer al pueblo de Israel es que solo deben servir a un solo Dios. Hay solo un Dios y ese es Jehová de los ejércitos y a nadie más deben temer como Dios.
“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”. Deuteronomio 6:4.
Este Dios es único, así lo escribe el apóstol Juan.
“¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?“ Juan 5:44.
Este Dios, es el Dios al que se debe temer.
“A Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás, y por su nombre jurarás. No andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros contornos; porque el Dios celoso, Jehová tu Dios, en medio de ti está; para que no se inflame el furor de Jehová tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la tierra.” Deuteronomio 6:13-15.
Este principio aun está vigente, solo existe un Dios verdadero.
“Mas Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra, y las naciones no pueden sufrir su indignación.” Jeremías 10:10.
Ese Dios eterno le prometió a David el nacimiento de un descendiente que se sentaría en el trono de David, en un período de tiempo aún por cumplirse. Así le dijo el profeta Oseas:
“Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días.” Oseas 3:5.
El propósito de levantar este descendiente de David no es sólo cumplir la promesa a David, sino establecer en la tierra Justicia y equidad por medio de este Rey. De manera que servirán a Jehová Dios y al Rey que les levantará en el fin de los días; sin que sea la misma persona. Ni el Rey es Dios, ni Dios es este Rey descendiente de David. Dios habla de dos (2) personas:
“…servirán a Jehová su Dios y a David su Rey,…”
b) Está hablando del futuro: 
Como toda profecía, habla de hechos que se cumplen tiempo después de haber sido declarado. Por eso usa esta frase: “servirán” y “Levantaré”. Si bien el pueblo de Dios se ha caracterizado por servir a Dios, aunque no de forma constante, ellos no han podido cumplir el resto de la profecía de Jeremías 30:9. Para ellos aún no ha venido este Rey. Aún le están esperando, No pudieron reconocer a este descendiente de David.
“Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los judíos: No escribas: Rey de los judíos; sino, que él dijo: Soy Rey de los judíos”. Juan 19:21.
Referente a Jesucristo nos declara la biblia que él es este Rey que están aún esperando el pueblo de Dios. Así lo dijo el ángel Gabriel:
“Éste será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.” Lucas 1:32-33.
Este Jesús regresará para cumplir esta parte de la promesa. Jesús vendrá para sentarse en el trono de David su padre y entonces hará que todos sirvan a Jehová Dios, al tiempo que sirven a Jesucristo como Rey en el trono de David su padre.
“Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado.” Ezequiel 34:24.

“Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; y andarán en mis preceptos, y mis estatutos guardarán, y los pondrán por obra.” Ezequiel 37:24.

c) Aún cuando usa el nombre “David” no se trata del Salmista David; pues él ya había existido. Se refiere a este descendiente que nacería del linaje de David. El nombre con el que se conoció a éste ser no fue revelado sino hasta que Gabriel le da el nombre a María, en el momento en que anuncia su venida:
“Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.” Lucas 1:31.
Este nombre no había sido revelado. Por eso en las profecías se refieren a Jesucristo de diferentes maneras: “El Hijo del Hombre”, “David” e inclusive “Jacob” o “Israel”; pero que hacen alusión a la persona de Jesucristo.
“Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David será príncipe de ellos para siempre.” Ezequiel 37:25.
Inclusive, el nombre con el cual conocemos a este Rey “Jesús”, nos revela Dios por su palabra que, durante el reinado en el trono de David su padre, se le conocerá con un nombre distinto. Ya no se le dirá “Jesús”, que significa “Jehová Salvación”, sino que se le conocerá como: “Jehová, Justicia nuestra.”
“En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra. En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará segura, y se le llamará: Jehová, justicia nuestra. Porque así ha dicho Jehová: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel”. Jeremías 33:15-17.
De manera que, el pueblo se volverá a servir a Dios y al mismo tiempo servirán al renuevo de David.
“Y le hablarás, diciendo: Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: He aquí el varón cuyo nombre es el Renuevo, el cual brotará de sus raíces, y edificará el templo de Jehová. El edificará el templo de Jehová, y él llevará gloria, y se sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su lado; y consejo de paz habrá entre ambos.” Zacarías 6:12-13.
Es necesario que entendamos que Dios ha dispuesto esto aún para nosotros, quienes somos su pueblo, pues no solo a Israel se les ha anunciado la salvación, sino para los que estábamos lejos, sin Dios y sin esperanza.
“Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.” Efesios 2:13.
Tenemos así, que existe el propósito de Dios que no solo le sirvamos a él sino que también sirvamos a aquel que Dios ha levantado y ha exaltado como príncipe, como Rey para gobernar a “Jesús” de Nazaret, su amado Hijo. Servimos a Jehová Dios, como Nuestro Dios y a Jesús, el hijo de Dios, como Nuestro Señor, el Rey de Israel.





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