El
Nombre
Que
es sobre todo nombre
Filipenses 2:9-11
“Por lo cual Dios
también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los
cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo
es el Señor, para gloria de Dios Padre.”
En el orden de Dios, encontramos una serie de
rangos o escalafones en lo que a Autoridad se refiere. Más allá del orden
creacional o de la superioridad de los seres por creación.
La autoridad se refiere como: El derecho y el
poder de mandar y de hacerse obedecer. Dios ha establecido, en su creación,
cierto derecho y poder para mandar y hacerse obedecer a diferentes seres, que
le confiere superioridad sobre los demás.
De esta manera vemos, la forma como se
designa a una persona para ejercer autoridad sobre otros, en la historia de
José.
“El asunto pareció
bien a Faraón y a sus siervos, y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a
otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? Y dijo Faraón a José:
Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú.
Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo;
solamente en el trono seré yo mayor que tú. Dijo además Faraón a José: He aquí
yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. Entonces Faraón quitó su anillo
de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino
finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; y lo hizo subir en su segundo
carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la
tierra de Egipto.” Génesis 41:37-43.
No se convirtió José en Faraón; sino que
ocupó un lugar de Honor, sitial de autoridad inferior al de Faraón pero
superior al de todos los dignatarios Egipcios.
Recibió José de Faraón el derecho y el poder
de mandar y de hacerse obedecer; incluyendo que toda rodilla en Egipto debía
doblarse ante José; pero había alguien por encima de José: “…solamente en el
trono seré yo mayor de tú” Reservó para sí
faraón el hecho de que él era mayor que José, aun que había sujetado a José
todo lo que estaba y se hacía en la tierra de Egipto.
Que sitial de honor, que privilegio, que
autoridad tan grande recibió José de parte de Faraón. Llegó a ser el segundo en
el trono de Egipto. Y faraón dijo a
José:
“…Yo te he puesto sobre toda la tierra de
Egipto”, Génesis
41:41.
El nombre de este cargo se le llegó a conocer
como:
“El
Señor de la tierra” Génesis 42:6; 42:30; 42:33.
Este
sitial de honor lo llevó a ser visto como si José fuese el mismísimo Faraón
ante los ojos de las personas. Por eso le dijo Judá,
“…Ay, señor mío, te
ruego que permitas que hable tu siervo una palabra en oídos de mi señor, y no
se encienda tu enojo contra tu siervo, pues tú eres como Faraón.” Génesis 44:18;
Y al darse a conocer, José a sus hermanos, él
les dijo:
“Así, pues, no me
enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por
señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto. Daos prisa,
id a mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de
todo Egipto; ven a mí, no te detengas.” Génesis 45:8-9.
José
llegó a ser El Señor de la Tierra de Egipto. Este nombramiento, este rango va
más allá de su nombre personal. Aunque Faraón le había cambiado el nombre por
“Zafnat – panea” Génesis 41:45;
Aún seguían conociéndole como José:
“…Y dijo Faraón a
todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os dijere.” Génesis 41:55.
Sin
embargo, no era su nombre “José” ni “Zafnat – panea” lo que le hacía estar
sobre el resto de los nombres. Lo que le colocaba sobre los otros nombres era
su grado distintivo, dado por Faraón:
“Señor de toda la
tierra”; y el Señor de toda la tierra se llamaba José.
Como
Señor de toda la tierra José tenía autoridad, derecho y poder de mandar y
hacerse obedecer; incluso que las personas doblasen sus rodillas ante él.
José
ante Faraón es prototipo de Jesús ante Dios. Encontramos así, a Jesús el Cristo,
que vivió acá en la tierra, padeció por los pecados de la humanidad, fue
crucificado y murió en la cruz del calvario pero luego que Dios le resucitó de
los muertos, Dios le exaltó hasta lo sumo, hasta el rango de mayor Autoridad
por debajo de Dios; pues es de entender que Dios es la Autoridad Máxima. Por eso
el Apóstol Pablo dijo:
“Porque todas las
cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido
sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas.” 1ra Corintios
15:27.
Así
encontramos que a Jesucristo Dios le confirió un lugar privilegiado que nadie
más en su creación ostenta:
“Sentado a su
diestra, a la diestra de Dios”. Efesios 1:20.
Y esto fue para
ejercer señorío, para ser “Señor”
El
sentarse a la diestra es un sitial de honor, privilegio, que es dado a una
persona por meritos ganados. Esto es reconocido como orden de precedencia, que
se hace con la regla de la derecha; que significa que el invitado más
importante se ubicará a la derecha del anfitrión.
De
igual modo el sitial de honor “La Diestra” está reservado para “El Príncipe
Heredero al trono” y aún más, si no está el príncipe, es reservado para la
persona de máxima autoridad luego del Rey.
Jesucristo
fue designado por Dios, después de su resurrección, para ejercer Señorío. Dijo
el Apóstol Pedro:
“Sepa, pues,
ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros
crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.” Hechos 2:36.
La
exaltación de Jesucristo, de parte de Dios, le llevó a ocupar un cargo como
Señor, bajo la autoridad de Dios. Este
conocimiento es necesario para la salvación de nuestras almas: “Aceptar que
Jesús es el Señor”:
“que si confesares
con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó
de los muertos, serás salvo.” Romanos 10:9.
Jesucristo
se nos es dado como señor, “Nuestro Señor”.
Este
es el rango privilegiado que Dios le ha dado a Jesucristo al sentarlo a su
diestra en las alturas; dándole autoridad
“sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este
siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y
lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,” Efesios 1:21-22.
“Dios
le exaltó hasta lo sumo” llevándole a
ocupar el puesto de segundo en el trono; solo Dios es mayor que Jesucristo en Autoridad.
Así lo reconoció el mismo Jesucristo:
“Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a
vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al
Padre; porque el Padre mayor es que
yo.” Juan
14:28.
El apóstol Pedro lo
dice de esta manera:
“quien habiendo subido al cielo está a la diestra de
Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades.” 1ra de Pedro 3:22.
Todos están sujetos a Jesucristo, por la voluntad de
Dios. Esta exaltación le llevó a gozar de un puesto que algunos le han visto y
considerado como Dios, ante los ojos de las personas. Por eso el Apóstol Pablo
escribe:
“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el
cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse,” Filipenses
2:5.
Ciertamente ser el segundo en el reino le confiere privilegios, al igual
que José ante Faraón. Pero, así como José no se constituyó en Faraón, Jesús el Cristo
tampoco se constituyo en Dios. El mismo Jesucristo no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse. ¿Por qué le conferimos entonces nosotros tal
designación?
Como Señor, Jesucristo recibe todos los beneficios y
privilegios que se establecen para tal distinción. Así como Faraón mandó que
doblasen rodilla ante José, de igual modo Dios ordenó para Jesucristo:
“Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle
todos los ángeles de Dios.” Hebreos 1:6.
O como encontramos escrito por el Apóstol Pablo:
“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que
es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de
los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;” Filipenses 2:9-10.
No quedó rodilla que no se debe doblar ante el Señor
Jesucristo. ¿Por qué debe doblarse rodilla ante Jesús el Cristo? Porque Jesucristo
es Señor.
Jesucristo es Señor de Todos; así lo expresó Lucas en
el Libro de los Hechos:
“Dios envió mensaje a los hijos de
Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es
Señor de todos. Hechos
10:36.
Y se nos encomienda que es una de las cosas que
debemos confesar:
“y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios
Padre.” Filipenses
2:11.
Jesucristo
es el Señor por voluntad de Dios, con permiso de Dios, por mandato de Dios y
para la gloria de Dios.
Cuando
Dios exalto a Jesús el Cristo ya tenía un poco más de 33 años, todos le
conocían como Jesús; al igual que José, no fue por el nombre que fue exaltado.
Ya se llamaba Jesús; lo que no tenía ni era “El Señor”; aun cuando ya estaba profetizado de él:
a)
David dijo:
“Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta
que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.” Salmos 110:1;
Aún cuando no se había cumplido, ya David, proféticamente,
le estaba reconociendo como Señor.
b)
Cuando nación en Belén, el ángel le dijo a
los pastores:
“que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un
Salvador, que es CRISTO el Señor.” Lucas 2:11;
Aún cuando no había empezado a ejercer el señorío.
Y digo
proféticamente porque, como dijo el Apóstol Pablo
“…Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere
del esclavo, aunque es señor de todo; sino que está bajo tutores y curadores
hasta el tiempo señalado por el padre.” Gálatas 4:1.
Se necesitó que se cumpliese el tiempo, señalado por
Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, para que Jesucristo empezase a ejercer
como Señor. Por eso el Apóstol Pedro dijo:
“Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a
quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.” Hechos 2:36,
Relatando el haber sido hecho “Señor y Cristo” como un
hecho que ocurrió luego de haberle resucitado de entre los muertos. Fue luego
que Resucitó y ascendió a los cielos que fue exaltado hasta lo sumo,
constituyéndole Dios como Señor, “Cristo el Señor”
Esta distinción, este nombre o nombramiento, le coloca
por encima de todo nombre, de todo cargo, de toda distinción, de todo
reconocimiento que existe, existió y existirá.
Dios al constituirlo “Señor”, le dio Autoridad sobre
todo; por eso Jesús, luego de haber sido resucitado, dijo:
“…Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.” Mateo 28:18.
Esta Autoridad le confiere el derecho y el poder de
mandar y de hacerse obedecer; por eso
“…a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades.” 1ra de Pedro 3:22.
Está por encima
y
“sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre
que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;” Efesios 2:21.
Siendo
el llamar a Jesús “Señor” un asunto que no debe tomarse a la ligera, puesto que
dice el Apóstol pablo que:
“Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el
Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor,
sino por el Espíritu Santo. 1ra Corintios 12:3.
¿Esto
invalida el nombre “Jesús”?, De ninguna manera, todo por el contrario le da la
autoridad que se desata al invocar el nombre de “Jesús” pues quien ostenta este
nombre fue designado por Dios como “El Señor”. Jesús es el Señor y este Señor se llama “Jesús”. Jesús
es el nombre del segundo al mando en el Reino de Dios y por su Autoridad se
gobierna. Todo aquel que invoque este nombre está invocando al Hijo de Dios,
quien es Señor sobre todos por voluntad de Dios Padre. Por eso es necesario
expresarnos como lo encontramos en las sagradas escrituras, al referirnos a
Jesús el Cristo: “Señor Jesús”, reconociendo la exaltación que recibió de Dios.
Es por la Autoridad como “Señor” de Jesucristo que su nombre es reconocido en
el cielo, en la tierra y aun debajo de la tierra.