El
evangelio de Salvación
Es
para ser entendido aun por los niños;
No
solo para ser interpretados por adultos.
Existe la tendencia a buscar una explicación
lógica a todas las situaciones que vivimos en esta vida. Inclusive, las cosas
que creemos tienen que tener una explicación, deben ser entendibles. Esta es la
razón por lo que la ciencia y la religión difícilmente van a ir de la mano pues
mientras la ciencia busca explicar los fenómenos o hacer la forma de
replicarlos al seguir un procedimiento consistente en varios pasos que siempre
le darán el mismo resultado; en cambio lo que conocemos como religión no se
preocupa por demostrar sus creencias, inclusive aquellas que rayan en lo
incomprensible, ilógico e irracional diciendo que son misterios indescifrables y
a veces usan deducciones que parecieran lógicas pero que se contradicen al
estudiarlas a la luz de las sagradas escrituras.
¿Es el evangelio de salvación una
serie de misterios no resueltos e incomprensibles? ¿En verdad Dios quiere
salvarnos mediante la predicación de cosas que no se entiendan? No, ciertamente
no. El apóstol Pablo reconoció que existió un misterio escondido desde antes de
la fundación del mundo pero que había sido dado a conocer en nuestros días por
medio del Espíritu de Dios.
“…para que anuncie
cumplidamente la palabra de Dios, el misterio que había estado oculto desde los
siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes
Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los
gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,” Colosenses 1:25-27.
Vemos que si hubo un
misterio, inclusive no solo para nosotros los humanos, si no que aún los ángeles
desconocían estas cosas, pero que ya han sido reveladas. Dios fue poco a poco
dando a conocer, por medio de los profetas, para que hoy pudiésemos tener todo
el conocimiento.
“A éstos se les
reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que
ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el
Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los
ángeles.” 1
Pedro 1:12.
Por más que se
mantuvo oculto por mucho tiempo, debemos saber que cuando Dios saca a la luz el
evangelio de salvación no es para confundir a nadie no para contradecir lo que
ya había dicho por medio de los profetas. Por eso está escrito:
“edificados sobre el
fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo
Jesucristo mismo,” Efesios 2:20.
Si se nos manda a edificarnos en el fundamento
de apóstoles, profetas y Jesucristo, es claro que lo dicho por Jesucristo no
anula lo antes dicho por los profetas, de igual modo, lo que dijeron los apóstoles
tampoco anuló lo que ya había sido
anunciado por los profetas incluyendo a Cristo; todo por el contrario
encontramos el cumplimiento de las cosas dichas de antemano por medio de los
profetas hoy. Por esa causa Jesucristo dijo:
“No penséis que he
venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para
cumplir.” Mateo 5:17.
Ratificando que lo que dijeron los profetas es
válido aún hoy día.
El gran error que
cometemos hoy es querer interpretar las escrituras a la luz del conocimiento
humano, o de la sabiduría humana, y ciertamente la ciencia ha aumentado; pero
querer predicar el evangelio de salvación mediante el uso de sabiduría humana lo invalida. Jesucristo dijo:
“…a
los pobres les es anunciado el evangelio…” Lucas 7:22.
Es más que sabido el
hecho que los que tienen el privilegio de estudiar y llegar a conocer la sabiduría
de este mundo no son los pobres, económicamente hablando. Ir a institutos,
estudiar idiomas modernos o antiguos, no es de personas con escasos recursos.
¿Cómo puede el entendimiento del evangelio de salvación depender de este
conocimiento técnico? ¿Es que acaso el evangelio está reservado para eruditos?
¿No era esto lo que pasaba con los fariseos y saduceos?, los que se sentaban en
la cátedra de Moisés.
“En la cátedra de
Moisés se sientan los escribas y los fariseos.” Mateo 23:2;
Los intérpretes de la ley, pero el pueblo no
tenía este conocimiento. Cuando vino Jesucristo el fue y les predico a los que
no tenían esta posibilidades
“a
los pobres les es anunciado el evangelio” Lucas 7:22.
No tuvo necesidad Jesucristo de ser un
altilocuente orador, ni conocedor de las gramáticas u otra ciencia humana para
hablarles de Dios a los que le oyeron, antes bien uso ejemplos de la vida
cotidiana para darse a entender y dar a conocer los misterios ocultos de siglos
y edades.
“Todo esto habló
Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba; para que se
cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas
mi boca; Declararé cosas escondidas desde la fundación
del mundo.” Mateo
13:34-35.
Si bien es bueno
tener conocimiento humano, Dios no depende de nuestro conocimiento para dar a
conocer y enseñar lo que ha dispuesto para nuestra salvación. El apóstol Pablo
explica cómo fue que el predico el evangelio. Partió de todo lo que le era
ganancia ponerlo a un lado.
“Pero cuantas cosas
eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y
ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y
lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi
propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la
justicia que es de Dios por la fe;” Filipenses 3:7-9.
Lo otro que hizo fue:
“Y nosotros no hemos
recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que
sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras
enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando
lo espiritual a lo espiritual.” 1ra Corintios 2:12-13.
Y como tercera cosa que hizo relata:
“y ni mi palabra ni
mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con
demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la
sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.” 1ra Corintios 2:4-5.
Que buen ejemplo
encontramos en el apóstol Pablo para nosotros hoy predicar el evangelio de
salvación, estimando todas nuestras cosas que eran para nosotros ganancias como
perdida, hablemos con las palabras que enseña el Espíritu, acomodando lo
espiritual a lo espiritual, prediquemos con demostración de Espíritu y poder
para que nuestra fe esté fundada en el poder de Dios.
El evangelio de
salvación que predicamos debe ser entendido inclusive por los niños, por esto
el señor Jesucristo no rechazó que le trajeran los niños para que él los tocara
“Traían a él los
niños para que los tocase; lo cual viendo los discípulos, les reprendieron. Mas
Jesús, llamándolos, dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis;
porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo,
que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.” Lucas 18:15-17.
Vemos que si los
niños podían estar allí, al lado del señor Jesucristo, es porque podían
entender el evangelio. Aún Jesucristo
dijo que los niños tenían una cualidad especial y que era necesario que
nosotros los adultos recibiéramos el reino de Dios como un niño para poder
entrar en él. No necesitamos mucho para poder hacerlo. Despojarnos de todo
cuanto para nosotros es ganancia. Dejar de interpretar las sagradas escrituras
con nuestra sabiduría humana y permitir que Dios, por medio de su Espíritu, nos
guie a toda la verdad.
“En aquella misma
hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del
cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos,
y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.” Lucas 10:21.
Qué gran privilegio a
dado Dios a su pueblo hoy de poder comprender las escrituras por medio de su
Espíritu que ha derramado en nuestros corazones; por lo que no hace falta
sabiduría humana ni conocimiento de lenguas modernas ni antiguas para que el
común del pueblo pueda entender las grandezas y maravillas que Dios preparo
para los que le aman.
“Sin embargo,
hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este
siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría
de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los
siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo
conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de
gloria. Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido en corazón de hombre, Son
las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero
Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo
escudriña, aun lo profundo de Dios.” 1ra Corintios 2:6-10.
Ahora bien, el
evangelio de salvación que predicamos debe ser entendido no solamente por los
adultos, sino aun por los niños. No se trata de pintarlo o adornarlo para
hacerlo más interesante a los niños, sino que las cosas que decimos deber ser
claras, sin necesidad de apelar a terminología científica y técnica o expresiones
idiomáticas que requieran estudios avanzados de sabiduría humana, pues lo que
necesitamos es tener en nuestras vidas es el Espíritu de Dios morando para que
nos guíe a toda la verdad y confirme o rechace la enseñanza que oímos.
Confiando en lo que dijo el señor Jesucristo:
“El que es de Dios,
las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de
Dios.” Juan
8:47.