Dios
es Nuestro Padre
y
Jesucristo es Nuestro Señor.
1ra Corintios 8:6.
“para
nosotros, sin embargo, sólo
hay un
Dios, el Padre,
del cual proceden todas las cosas, y nosotros
somos
para él; y un Señor,
Jesucristo, por medio del cual son
todas las cosas, y nosotros por medio de
él.”
Este conocimiento es repetitivo en las
sagradas escrituras. Tenemos un Dios, que es nuestro Padre; y tenemos un señor,
quien es nuestro hermano. No se escandalice, déjeme mostrarle por las
escrituras:
1) “testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios,
y de la fe en nuestro Señor
Jesucristo.” Hechos 20:21.
2) “a todos los que estáis en Roma, amados de Dios,
llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” Romanos 1:7.
3)
“Justificados, pues,
por la fe, tenemos paz
para con Dios por medio
de nuestro Señor Jesucristo;” Romanos 5:1.
4) “para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.”
Romanos 15:6.
5) “Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del
Espíritu, que me ayudéis
orando por mí a Dios,” Romanos 15:30.
6) “Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” 1ra Corintios 1:3.
7) “Fiel
es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.”
1ra Corintios
1:9.
8) “Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor
Jesucristo.” 1ra Corintios 15:57.
9) “Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Bendito sea el Dios y Padre
de nuestro Señor Jesucristo,
Padre de misericordias y
Dios de toda consolación,” 2da Corintios 1:2-3.
10) “El
Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, quien es bendito por los siglos, sabe que no miento.” 2da Corintios
11:31.
11) “Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Bendito sea el Dios y Padre
de nuestro Señor Jesucristo,
que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,” Efesios 1:2-3.
12) “para
que el Dios de nuestro
Señor Jesucristo, el
Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el
conocimiento de él,” Efesios 1:17.
13) “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,”
Efesios 3:14.
14) “dando
siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.” Efesios 5:20.
15) “Gracia
y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” Filipenses 1:2
16) “a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en
Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Siempre orando por
vosotros, damos gracias a
Dios, Padre de nuestro
Señor Jesucristo,” Colosenses 1:2-3.
17) “Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los
tesalonicenses en Dios
Padre y en el Señor
Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Damos siempre gracias a Dios por todos
vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, acordándonos sin cesar delante
del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de
vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo.” 1ra Tesalonicenses
1:1-3.
18) “para que sean afirmados vuestros corazones,
irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos
sus santos.” 1ra
Tesalonicenses 3:13.
19) “Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor
Jesucristo,” 1ra Tesalonicenses 5:9.
20) “Y
el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser,
espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” 1ra Tesalonicenses
5:23.
21) “Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los
tesalonicenses en Dios
nuestro Padre y en el
Señor Jesucristo: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” 2da Tesalonicenses 1:1-2.
22) “en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios,
ni obedecen al evangelio de
nuestro Señor Jesucristo;” 2da Tesalonicenses 1:8.
23) “para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en vosotros,
y vosotros en él, por la gracia
de nuestro Dios y del
Señor Jesucristo.” 2da Tesalonicenses 1:12.
24) “a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia,
misericordia y paz, de
Dios nuestro Padre y de
Cristo Jesús nuestro Señor.” 1ra Timoteo 1:2.
25) “Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” Filemón 1:3.
26) “Y el
Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las
ovejas, por la sangre del pacto eterno,” Hebreos 13:20.
27) “Bendito
el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo
renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,” 1ra Pedro 1:3.
28) “Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios
y de nuestro Señor Jesús.”
2da Pedro 1:2.
29) “Porque algunos hombres han entrado encubiertamente,
los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos,
que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.”
Judas 1:4.
30) “conservaos
en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.”
Judas 1:21.
Tenemos así, al menos
Treinta (30) versículos, y no son todos, donde claramente habla de un Dios y
Padre y de un Señor Jesucristo quien es nuestro hermano; Hijo del Padre y esto
no es de extrañar, pues dice claramente las escrituras que nuestra comunión
verdadera es con Dios y con su Hijo:
“lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros
tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.” 1ra de Juan 1:3.
Y esta comunión es en
el Espíritu. Es por el Espíritu Santo que tenemos comunión tanto con el Padre
como con su hijo Jesucristo; gracias a Jesús el Cristo:
“Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y
a los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos
entrada por un mismo Espíritu al Padre.” Efesios 2:17-18.
El Dios único,
creador de todas las cosas, es conocido en las escrituras como el Padre;
inclusive como el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo. Esto es un hecho
ineludible a lo largo de las escrituras. ¿Qué Jesucristo tiene un Padre? Si;
esta es la gran verdad, y ese Padre es quien debe ser aún nuestro padre. Así lo
dijo el mismo Jesucristo.
“Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a
mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro
Dios.” Juan
20:17.
Dejándonos claramente
ver que Jesucristo es nuestro hermano; a quien nosotros debemos además tener
como Nuestro Señor. Porque así le agradó a Dios el Padre:
“Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a
quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.” Hechos 2:36.
Este hecho, de que
Dios hizo a Jesucristo Señor, es necesario aceptarlo para nuestra salvación.
Esto fue encargado a los discípulos que enseñasen a los que creyeran en él.
“Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor,
y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús.” 2da Corintios 4:5.
Explicándole Pedro el
evangelio de salvación a Cornelio y a los que con él se habían reunido, les
dijo:
“Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la
paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos.” Hechos 10:36.
Note el énfasis que
hace en “…este es Señor de todos”.
El Apóstol Pablo
oraba de esta manera:
“para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé
espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los
ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os
ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y
cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos,
según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo,
resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares
celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre
que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió
todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la
iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.”
Efesios 1:17-23.
Dios lo dio por
cabeza, le dio un Señorío, y sobre todo a la iglesia. De manera que es para
nosotros imperioso el poder reconocer a Jesucristo como nuestro Señor, el señor
de la Iglesia, la cabeza; porque esta es la voluntad de Dios el Padre. Así le
plació a Dios.
Un ejemplo que nos
puede ayudar a entender mejor esto es la vida de José, el penúltimo hijo de
Jacob; que fue menospreciado por sus hermanos y vendido como esclavo. Cuando
llegó a Egipto, la mano de Dios se mostró favorable para con él dándonos un
ejemplo de lo que Dios haría con su Hijo amado Jesucristo:
“Envió un varón delante de ellos; A José, que fue vendido por siervo.
Afligieron sus pies con grillos; En cárcel fue puesta su persona. Hasta la hora
que se cumplió su palabra, El dicho de Jehová le probó. Envió el rey, y le
soltó; El señor de los pueblos, y le dejó ir libre. Lo puso por señor de su
casa, Y por gobernador de todas sus posesiones, Para que reprimiera a sus
grandes como él quisiese, Y a sus ancianos enseñara sabiduría.” Salmos 105:17-22.
Este es un resumen
que nos muestra el señorío de José en Egipto, como llegó a ser Señor de la
tierra. Pero aún había alguien por encima de él. Había en José algo que le
hacía diferente y que Faraón logró ver; por eso le dio esta distinción:
“y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en
quien esté el espíritu de Dios? Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho
saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. Tú estarás sobre mi casa, y
por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor
que tú. D¼o además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra
de Egipto. Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José,
y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su
cuello; y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él:
¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.” Génesis 41:38-43.
Faraón colocó a José
como Señor de la tierra. Este ejemplo nos muestra lo que hizo Dios con
Jesucristo:
“la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su
diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y
señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también
en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza
sobre todas las cosas a la iglesia,” Efesios 1:20-21.
De esta manera Dios
le dio honra a su Hijo Jesucristo, sentándole a su diestra y haciéndole
“Señor”. Por esto encontramos que Jesucristo es, también, “Señor de señores”
“Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor
de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y
fieles.” Apocalipsis
17:14.
Note Usted que dice: “…porque él es Señor de señores…”
y que no dice: “Es el Señor de Señores” como algunos han querido hacer ver; que
es la distinción que se le da a Dios de la gloria. De Dios el Padre dice la
escritura:
“Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho;” Deuteronomio 10:17.
“la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de
reyes, y Señor de señores,” 1ra Timoteo 6:15.
Mientras que para el
Dios de la Gloria, el Padre de Nuestro señor Jesucristo, dice que es Dios de
dioses y que es el solo soberano; para Jesucristo solo se le reconoce como el
cordero que es Señor y esto porque Dios le hizo Señor y Cristo.
Este conocimiento es
el que debemos predicar con toda libertad, que hay un Dios, el Padre y un Señor
Jesucristo, nuestro hermano: ¿Nuestro Hermano? Si; nuestro hermano. Así lo dijo
el mismo Jesucristo:
“Él entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que
oyen la palabra de Dios, y la hacen.” Lucas 8:21.
De esto habló el Apóstol Pablo en el libro de Hebreos:
“Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por
lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo: Anunciaré a mis
hermanos tu nombre, En medio de la congregación te alabaré.” Hebreos 2:11-12.
Aquel a quien Dios
glorifico, y sentó en las alturas como
Señor, lo encontramos diciendo que el que oye la palabra de Dios y la hace es
su hermano; esa palabra que vino a anunciarnos mientras estuvo acá en la
tierra. Si Jesucristo, Nuestro Señor, nos considera su hermano ¿Quién soy yo
para no aceptarlo? Antes bien, creo firmemente que Jesucristo es nuestro
hermano.