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HÁGASE TU VOLUNTAD

Hágase tu voluntad
Isaías 53:10.
“Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.”

Una de la lucha más intensa que tiene lugar dentro del ser humano es el querer hacer su propia voluntad en lugar de la voluntad de alguien más. Inclusive, en su afán por hacer su propia voluntad y satisfacer su propio deseo se ha encontrado con los límites que el creador le estableció.
“El hombre nacido de mujer, Corto de días, y hastiado de sinsabores, Sale como una flor y es cortado, Y huye como la sombra y no permanece. ¿Sobre éste abres tus ojos, Y me traes a juicio contigo? ¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie. Ciertamente sus días están determinados, Y el número de sus meses está cerca de ti; Le pusiste límites, de los cuales no pasará. Si tú lo abandonares, él dejará de ser; Entre tanto deseará, como el jornalero, su día.” Job 14; 1-6.
“Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.” Hechos 17:26-27.

Así el ser humano ha buscado extender la cantidad de días, ha soñado con vivir para siempre, y si es lejos de Dios le parece mejor, inclusive desafiando a Dios, pero se topa con el fin de sus días:
“No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el día de la muerte; y no valen armas en tal guerra, ni la impiedad librará al que la posee.” Eclesiastés 8:8.

Ha querido cambiar su habitación, ir a vivir en un planeta diferente a la tierra, pero se consigue con los límites que Dios le estableció. Puede ir a otro planeta, pero respetando los límites que Dios le estableció: debe respirar, necesita agua para vivir, alimento para subsistir. Donde vaya dependerá de los límites que dios le ha establecido. La terquedad, y en muchos casos necedad, del ser humano le ha llevado a embarcarse en una lucha, guerra contra la voluntad de Jehová Dios, creador del universo y todo lo que en él hay.

Nuestro creador, así como determino nuestra existencia, del mismo modo proveyó todo lo que necesitamos para vivir acá en la tierra. ¿Qué debemos hacer? Aceptar su voluntad para con el ser humano, y poder decirle a Dios: Hágase tu voluntad. Inclusive, lo mejor para el ser humano es trabajar en conjunto para que la voluntad de Dios se haga acá en la tierra. Mientras esto es posible, encontramos ejemplos relatados en las sagradas escrituras de personas y grupos de personas que hicieron la voluntad de Dios. Por orden del Dios, cumplieron las órdenes que Dios les dio y de esta manera, al obedecer a Dios, hicieron la voluntad de Dios. Hombres como Abel, Enoc, Abraham, Moisés, Profetas, Jueces, se esforzaron para hacer la voluntad de Dios y vemos como a través de ellos Dios se glorificó de gran manera y le concedió mas de los que ellos pidieron. Entre estos relatos encontramos a nuestro Señor Jesucristo, como el ser que no solo hizo la voluntad de Dios y lleva a otros a hacer la voluntad de Dios. Proféticamente esta dicho:
“Y yo me suscitaré un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma; y yo le edificaré casa firme, y andará delante de mi ungido todos los días.” 1ra Samuel 2:35.

Ya estaba profetizado que una de las cosas que haría Nuestro Señor Jesucristo es hacer conforme al corazón y al alma de Dios; haría la voluntad de Dios, lo que Dios establezca, le ordenare hacer. Jesucristo dijo:
“Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.” Juan 12:49-50.

Y se necesita alguien dispuesto a hacer la voluntad de Dios, de forma incondicional, dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias para hacer la voluntad de Dios, para que pudiéramos alcanzar la salvación. Esto es reconocido como obediencia; condición necesaria para hacer la voluntad de Dios. Pero ¿De dónde sacó Jesucristo la obediencia? ¿Qué dijo el Apóstol Pablo?
“Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;” Hebreos 5:8.
Esta determinación, de poner su propia voluntad a un lado por hacer la voluntad de Jehová Dios, es una característica resaltante en Jesucristo.
“Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.” Juan 6:38.
Esta determinación de hacer la voluntad de Dios le llevó a obedecer en todo; por eso dice la escritura:
“y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” Filipenses 2:8.

Era necesario alguien dispuesto a hacer la voluntad de Dios para que se llevase a cabo  la redención de la humanidad y no solo eso, fue la demostración de que Dios podía darle el honor, la honra y la gloria con la cual recompensó a Jesucristo.
“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,” Filipenses 2:9.
“Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.” 1ra de Corintios 15:27-28.

Este privilegio, que Dios le concedió a Jesucristo, es porque Dios sabía que Jesucristo haría la voluntad de Dios; inclusive iría más allá: Haría que otros hagan la voluntad de Dios.
“…vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.” Isaías 53:10.

Para que esto acontezca, que la voluntad de Jehová sea en su mano prosperada no hay que ir muy lejos ¿Qué se había propuesto Dios? Llevar muchos hijos a la gloria. ¿Cómo lo haría? Por medio de un salvador o redentor.
“Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos” Hebreos 2:10.

¿Se cumplió la voluntad de Dios? Aun cuando todavía no se ha cerrado el periodo de salvación, y no hemos llegado a la gloria, ya podemos saber cuál es el resultado de la obediencia de Jesucristo hasta la muerte:
 “Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.” Isaías 53:11.

En Jesucristo no solo se verá la voluntad de Dios hecha por su obra salvadora, sino que por medio del reinado que hará en la tierra traerá conocimiento de Jehová Dios a toda la humanidad. ¿Qué va a reinar en la tierra? Si; aun el Señor Jesucristo no se ha sentado en su trono; hoy por hoy está sentado en el trono de su Padre, con su Padre.
“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.” Apocalipsis 3:21.

Aun no se ha cumplido lo que Dios le prometió:
“Yo también le pondré por primogénito, El más excelso de los reyes de la tierra.” Salmos 89:27.
“Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.” Mateo 19:28.

Durante este periodo de gobierno, Nuestro señor Jesucristo hará que se haga en esta tierra la voluntad de Dios.
“Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.  Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura. Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar. Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa.” Isaías 11:3-10.

Así esta prometido:
“Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor. Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado.” Ezequiel 34:23-24.

Este será un periodo glorioso en esta tierra, antes de ser desechada y consumida por el fuego, que durará por espacio de mil años. El Rey que estará al frente de este gobierno es Nuestro señor Jesucristo.
“…y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.” Isaías 53:10.

Y aun más; luego que este periodo termine, Jesucristo entregará a Dios todo lo que ha recibido de parte de Dios; para que Dios sea todo en todos.
“Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.” 1ra Corintios 15:28.

Luego surge la inquietud para muchos ¿Qué pasará con Jesucristo? ¿Va a desaparecer? Pues, gracias a Dios que ha dicho por adelantado lo que va a acontecer:
“Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.” Apocalipsis 7:14-17.

En el nuevo lugar donde estaremos allí tendremos un líder, que nos ayudará, nos guiará, para que se siga haciendo la voluntad de Dios. El cordero, el Hijo de Dios, Jesús el Cristo, como usted le reconozca, tendrá la función pastoral para guiarnos en ese nuevo lugar, para que hagamos la voluntad de Nuestro Padre.

Hacer la voluntad de Dios es aceptar obedientemente lo que Dios ha decidido que pase o acontezca. Por eso encontramos a Nuestro Señor Jesucristo, orando con gran angustia a aquel que le podía librar de la muerte, diciéndole:
“Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.” Mateo 26:39.
“diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.” Lucas 22:42.

Es en el momento de la crisis, en el momento de la dificultad donde se demuestra si en verdad estamos dispuestos a hacer la voluntad de Dios. ¿Permite Dios que pasemos por dificultades? Indudablemente. Dios permite aún que padezcamos. Así lo dijo el Apóstol Pedro:
“De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien.” 1ra de Pedro 4:19.
“Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal.” 1ra de Pedro 3:17.

Inclusive hay una bienaventuranza para los que padecen por causa de la justicia.
“Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.” Mateo 5:10.

Ya nos lo decía el sabio Salomón.

“En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de él.” Eclesiastés 7:14.

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