Dios en Cristo
2da. de Corintios 5:18-19.
“Y todo esto
proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el
ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando
consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos
encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.”
El propósito, que Dios se
estableció, de reconciliar a los seres humanos con él, por medio de alguien, es
uno de los planes más elaborados, que llevó tiempo dar a conocer y ejecutarlo.
Fue planificado desde antes de la fundación del mundo, pero en el tiempo
preciso lo sacó a la luz. Así lo dijo el Apóstol Pedro:
“sabiendo que
fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de
vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la
sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,
ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los
postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios,
quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y
esperanza sean en Dios. ” 1ra de Pedro 1:18-21.
Así lo dijo el Apóstol
Pablo:
“Pero cuando
vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido
bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que
recibiésemos la adopción de hijos.” Gálatas 4:4-5.
Dios se propuso hacer algo
por medio de Cristo. Este fue el ser que Dios escogió para colocarlo por luz de
las naciones, para que fuese la salvación de Dios hasta lo postrero de la
tierra.
Con la venida de nuestro
Señor Jesucristo, y el hecho de ser
creído en este mundo, se inicia un nuevo periodo para nuestras vidas; este es
conocido como el estar en Cristo.
“De modo que si
alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí
todas son hechas nuevas.” 2da de Corintios 5:17.
Vemos en este versículo la
expresión: “Si alguno está en Cristo”. ¿Qué significa estar en Cristo? ¿Es estar metido en cuerpo
dentro del cuerpo de Cristo? ¿Es habitar, morar o vivir dentro del cuerpo de
Cristo? No; realmente no. ¿Entonces qué significa? Las sagradas escrituras nos
ayudan a entender.
“El que dice:
Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad
no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el
amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El
que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. ” 1ra de Juan2:4-6.
Vemos que “estar en”
no se trata de estar habitando o viviendo dentro de alguien, corporalmente
hablando, sino de que al cumplir ciertos requisitos, llenar unos parámetros,
estamos formando parte de un grupo o incluidos en algo; e inclusive se espera
que actuemos de una forma determinada. Por eso dice:
“...si alguno está en
Cristo, nueva criatura es...”
¿Cuántos años tiene usted
en el evangelio? O ¿Cuántos años tiene usted en la Iglesia? O ¿Cuántos años
tiene usted en Cristo? Quizá pueda contestar alguna de estas interrogantes de
acuerdo a su creencia. Pero, si lo ve detalladamente, se dará cuenta que cada
una de ellas engloba un periodo de tiempo, mas no habla de paredes o espacio
físico tangible. ¿Cómo vivíamos antes de conocer a Dios? Sin Dios, ¿antes de
conocer a Cristo? Sin Cristo.
“En aquel
tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los
pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. ” Efesios 2:12.
¿Como estábamos?
a) Sin Cristo.
b) Sin
esperanza.
c) Sin Dios.
¿Y cómo estamos ahora?
“Pero ahora
en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido
hechos cercanos por la sangre de Cristo.” Efesios
2:13.
Este acercamiento a Dios,
por medio de la sangre de Cristo, es lo que nos coloca dentro del parámetro que
nos hace decir que ahora estamos en Cristo; porque hemos sido
reconciliados con Dios y estaremos en Cristo si permanecemos en él.
Cuando vamos a la porción
de 2da de
Corintios 5:19. “que Dios estaba en Cristo...”, tampoco aquí la
expresión indica que Dios en cuerpo estaba en el cuerpo de Jesucristo.
Si vamos a los anuncios que
hizo Dios acerca de lo que haría con Jesucristo, podemos entender de qué habla
el Apóstol Palo.
“Todos nosotros
nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová
cargó en él el pecado de todos nosotros.” Isaías
53:6.
Podemos ver que Dios hizo
que su cordero, su Cristo, llevara el pecado de la humanidad ¿Como lo hizo?
Dice “Jehová cargó en él...”
Dios estaba haciendo la
reconciliación por medio de un cordero e hizo que llevara sobre sus hombros el
pecado. En ese cordero, Dios estaba haciendo la reconciliación. Cuando Dios
hizo venir a Jesucristo al mundo, fue para por medio de Jesucristo hacer la
reconciliación.
En Cristo, Dios cargó el
pecado de la humanidad; pero también en Cristo Dios hizo la reconciliación del
hombre con Dios. Fuera de Cristo no encontramos los beneficios de perdón y
salvación de nuestras almas. Dios reunió todas las cosas en Cristo Jesús, pues
así le plació.
“de reunir
todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos,
así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. ” Efesios 1:10.
Es el medio que Dios
utilizó para darle a la raza humana el
socorro que necesitaba.
Si vemos lo que Dios hizo
con el pueblo de Israel, por medio de Moisés, encontraremos ciertas similitudes
con lo que hizo Dios por medio de Jesucristo con la raza humana. Dios levantó a
Moisés como gobernante y libertador del pueblo de Israel.
“A este Moisés,
a quien habían rechazado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez?,
a éste lo envió Dios como gobernante y libertador por mano del ángel que se le
apareció en la zarza.” Hechos 7:35.
Existe consenso general de
la función de Moisés en el pueblo de Israel, inclusive cuando Dios le dice:
“Jehová
dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón
será tu profeta.” Éxodo 7:1.
Esta figura “dios para Faraón”,
no podemos extenderla hacia el pueblo de Israel y decir que Moisés era Dios
para el pueblo de Israel, pues fue un evento transitorio, mientras Dios sacaba
al pueblo de Israel de en medio de los egipcios. Por eso dice claramente “dios
para Faraón”. Nunca llegó a ser considerado Moisés dios para el pueblo de
Israel y mucho menos llegó a ser considerado como el Dios Padre, creador del
universo; aún cuando vemos al Apóstol Pablo, diciéndole a los Corintios,:
“Porque no
quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la
nube, y todos pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la
nube y en el mar,” 1ra Corintios 10:1-2.
¿Dónde fueron bautizados?
En la nube y en el mar, porque todos estuvieron bajo la nube y todos pasaron el
mar. Pero, junto con esto hay otra frase que pone a Moisés en un lugar
privilegiado, como el líder que Dios había establecido, como el representante
de Dios, el que Dios había escogido para
hacer la liberación del pueblo de la esclavitud: “Y todos en Moisés” ¿Estaban estas personas metidas en Moisés? No; sin embargo, Dios estaba en
Moisés bautizándolos en la nube y en el mar. Si ellos no hubiesen aceptado al
líder que Dios les había levantado y se hubiesen negado a salir cuando Moisés
les dio la orden de salir, entonces no hubiesen estado bajo la nube y no
hubiesen pasado el mar.
De la misma manera ocurre
con Jesucristo. Dios levantó a Jesucristo, lo ungió con su santa unción, para
por medio de él hacer la reconciliación de la humanidad. Dios lo levantó como un salvador, y en él, en
Cristo, Dios reunió todas las cosas. Ahora nosotros formamos parte de un mismo
cuerpo ¿cómo? En Cristo.
“así nosotros,
siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los
otros.” Romanos 12:5.
Así, pasa a ser nuestro
Señor Jesucristo el líder, el representante, el escogido de Dios, para hacer
nuestra liberación.
“Porque así
como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.” 1ra de Corintios 15:22.
“De modo que si
alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí
todas son hechas nuevas.” 2da de Corintios 5:17.
Y esto se logra mediante la
fe en Cristo Jesús; a quien Dios puso para este propósito; para ser salvación.
“dice: Poco es
para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que
restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones,
para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra. ” Isaías 49:6.
Si no acatamos la orden de
aceptar a Jesucristo como el líder que Dios ha levantado y nos negamos a
recibirle como Señor y Cristo, no podemos salir de la esclavitud espiritual,
del Egipto espiritual.
Al aceptar a Jesús como el
ser que Dios nos proveyó, tenerle como nuestro señor y seguir tras sus pisadas,
entonces estaremos en Cristo, sin estar metidos en la carne o cuerpo material
de Jesucristo, y recibiremos los beneficios que Dios da a los que están en
Cristo Jesús. Veamos algunos beneficios:
a) Hemos sido llamados: Nosotros, al igual
que el apóstol Pablo, hemos sido llamados por Dios.
“Hermanos, yo
mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando
ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo
a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Filipenses 3:13-14.
b) Hemos sido bautizados:
“pues todos
sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis
sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.” Gálatas 3:26-27.
c) Hemos sido perdonados:
“Antes sed
benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios
también os perdonó a vosotros en Cristo.” Efesios
4:32.
d) Hemos sido bendecidos:
“Bendito sea el
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,” Efesios 1:3.
Aunque no son todos los
beneficios que hemos recibido de Dios por medio de Jesucristo, o lo que es lo
mismo, al estar en Jesucristo, estos nos sirven para mostrar que fue lo que
hizo Dios para beneficio de nosotros.
“de reunir
todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los
tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En
él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito
del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que
seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en
Cristo. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el
evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con
el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la
redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria. ” Efesios 1:10-14.
Así podemos ver que Dios está
en Cristo ofreciéndonos todo lo que necesitamos para nuestra salvación. Fuera
de Cristo no podemos hallar ninguno de estos beneficios.
Están contenidos,
escondidos, en Cristo y por la fe en él, por creer en él, entonces nosotros nos
hacemos participantes de las bendiciones de Dios; al ser reconciliados con
Dios.
“Así que ya no
eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de
Cristo.” Gálatas 4:7.
La expresión “Dios en
Cristo” la encontramos en varias oportunidades en la biblia, usadas por el
apóstol Pablo en sus epístolas.
a) “Así también
vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús,
Señor nuestro.” Romanos 6:11.
b) “¿Pensáis
aún que nos disculpamos con vosotros? Delante de Dios en Cristo hablamos;
y todo, muy amados, para vuestra edificación. ” 2da
Corintios 12:19.
c) “prosigo a
la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Filipenses 3:14.
d) “Porque
vosotros, hermanos, vinisteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en
Cristo Jesús que están en Judea; pues habéis padecido de los de vuestra
propia nación las mismas cosas que ellas padecieron de los judíos, ” 1ra Tesalonicenses 2:14.
Podemos ver que en ninguno
de estos ejemplos la expresión “Dios en Cristo” se refiere a que Dios en
persona está metido dentro de Jesucristo; lo que si deja claro es el
reconocimiento de Cristo Jesús como el líder, el escogido de Dios, el ser a
quien Dios sujetó todas las cosas.
“Todo lo
sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada
dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean
sujetas. ” Hebreos 2:8.
“Porque
todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las
cosas han sido sujetadas a él,
claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. Pero luego que
todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al
que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos. ” 1ra Corintios 15:27-28.
“Mas el Dios de
toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que
hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca
y establezca. A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.
Amén.” 1ra Pedro 5:10-11.
De manera que Dios está en
Cristo cumpliendo lo que había prometido; e inclusive estará cumpliendo la
promesa hecha a David, que sentaría a un descendiente de él en su trono para
siempre, y en Cristo cumplirá su gobierno de juicio y equidad en esta tierra, y
digo en Cristo, porque éste periodo no terminará hasta después del milenio
cuando el Hijo entregue el reino al Dios y Padre.
“Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y
Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque
preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de
sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. Porque todas
las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han
sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las
cosas. Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo
mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo
en todos.” 1ra.
Corintios 15:24-28