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LO QUE CREES TE GARANTIZA LA SALVACIÓN

Lo que crees te garantiza la salvación
Juan 3:14-18.
“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. ”

Es triste ver  como hay tantos que dan por sentado su salvación, aún cuando no creen lo que es necesario creer. Piensan que creer que van a ser salvos les da la salvación, que creer solamente en Dios, o que creer en los milagros, que creer en una iglesia o denominación equis les concede la salvación; nada más alejado de la realidad. Note usted que la porción donde empezamos NO dice:  para que todo aquel que cree que es salvo, es salvo; o todo aquel que cree ya es salvo, simplemente; Lo que SI dice es “...Para que todo aquel que en él cree, no se pierda,,,” Dios envió su Hijo amado al mundo para que creyendo en él seamos salvos.
Tampoco la salvación se nos otorga solo creyendo en Jesús, pues estaríamos incompletos. La Biblia nos relata que aquellos que ya creían en Dios, por cuanto a ellos ya les había sido anunciado desde Abraham, Jesucristo les dijo:
      “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.” Juan 14:1.
Los judíos eran creyente en Dios. Moisés y todo lo relacionado a la Ley estaba enmarcado en la existencia de un Dios verdadero, en quien debían creer.  Ahora, cuando aparece el Hijo de Dios en el mundo, ellos rechazaron creer en Jesucristo. Ya creían en Dios pero no creyeron en su Hijo.
No se trata de sustituir a Dios por Jesucristo, ni de creer solo en Jesucristo y dejar de creer en Dios. Es creer en Dios y también en Nuestro Señor Jesucristo: Esa es la base fundamental del evangelio de salvación.

Creer en Dios:
El apóstol Pablo habló de que él creía en Dios. Como conocedor de las escrituras él Dijo:
“Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas; teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos. Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres. ” Hechos 24:14-16.
¿Cómo hemos llegado nosotros a creer en Dios? Pues el Apóstol Pedro nos los aclara.
“Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.” 1ra de Pedro 17-21.
De manera que nosotros hemos llegado a creer en Dios, en el verdadero Dios, gracias a Jesucristo. Por medio de Jesucristo hemos conocido al Dios verdadero, del cual no habíamos oído hablar. Como gentiles, estábamos sin Dios en el mundo; pero Jesucristo, él nos ha dado a conocer al Padre.
A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” Juan 1:18.
Hoy creemos en Dios gracias a Jesucristo: pero esto no nos exceptúa el que debamos creer también en Jesucristo, así como creemos en Dios; pues Jesucristo es digno de honra así como también lo es Nuestro Dios, el Padre.
“... y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.” 1ra de Juan 1:3.
“para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.” Juan 5:23.
Creer en el Hijo de Dios.
Esto de creer en Jesucristo es tan importante como creer en Dios.
“El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.” 1ra de Juan 5:10.
Inclusive, si nosotros queremos agradar a Dios, y que el amor del Padre este con nosotros, debemos creer en Jesucristo; conjuntamente con Dios. Si no creemos en Jesucristo, Dios tiene reservado para nosotros su ira.
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” Juan 3:36.
Es creyendo en Dios y en su Hijo Jesucristo, a quien Dios envió, que tendremos vida eterna.
Cuando le preguntaron a Jesucristo, que debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios, el Señor Jesús les contestó:
“...Ésta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.” Juan 6:29.
De manera que creer en Jesucristo es fundamental para ser salvo.
“Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” Juan 3:17.
Todo el conocimiento que está alrededor de la persona de Jesucristo, quién es, qué hizo, qué hace, qué trajo, qué mandamiento dio, entre otros, está relacionado con la salvación de nuestra alma.
“Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Ésta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ” Romanos 10:8-13.
Vemos acá tres cosas en derredor de Jesucristo que es para salvación:
a) Confesar que Jesús es el Señor.
b) Creer que Dios le levantó de entre los muertos.
c) Todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo.
Pero, no vaya tan rápido. ¿Se puede creer en Jesucristo y aún no llegar a ser salvo? Si; ¿Puede alguien que use el nombre de Jesucristo no ser salvo? Si.
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” Mateo 7:21-23.
¿Era que echar fuera demonios, hacer milagros era malo? No; simplemente para ser salvos no basta con creer que Jesús es Señor, hay que hacer la voluntad del Padre de nuestro Señor Jesucristo que está en los cielos.
No basta con decirle a Jesucristo Señor y seguir haciendo pecado. Hay quienes se atreven a decir: si lo dijo Jesucristo o lo hizo Jesucristo yo lo hago, yo lo creo; dando por no importante lo que ha dicho Dios. Me explico, todo el Antiguo Testamento contiene las palabras que Dios dio a conocer por medio de los profetas. Son para conocerlas, creerlas y ponerlas por obra. Lo que dijo Dios por medio de Jesucristo está recogido en los cuatro evangelios y ¿El resto del Nuevo Testamento? Dios habló por boca de los apóstoles y son palabras que también hay que acatar. De manera que se puede creer que Jesucristo es Señor y aún seguir siendo pecador. Inclusive, se puede estar bien por un tiempo, pero si no permanece hasta el fin no es salvo.
Vea usted también que Jesucristo hizo el énfasis en que no bastaba con creer en él; hay que hacer la voluntad de Dios. Así mismo lo encontramos registrado en el resto de las escrituras:
“Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.1ra de Juan 2:17.
“porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.” Hebreos 10:36.
Jesucristo dijo:
“Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.” Marcos 3:35.
“El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.” Juan 7:17.

Si quieres tener garantías de salvación debes creer en Dios y en su Hijo Jesucristo, pero más aún en la palabra de Dios, en sus promesas; para que haciendo la voluntad de Dios, expresada en su palabra, obtengas salvación.

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