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NO RESISTÁIS AL QUE ES MALO



No resistáis al que es malo.
Mateo 5:39-48.
“Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses. Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.”

Una de las conductas presentes en los seres vivos es reaccionar ante las cosas que están ocurriendo a nuestro alrededor. Incluí a los seres vivos, pues al ver la conducta en otros quizá pueda ayudarnos a verla luego en cada uno de nosotros. Tenemos como peligrosas a las serpientes en general, aun cuando no todas son venenosas y aún más, su conducta agresiva contra el ser humano está, en la mayoría de los casos, sujeta a que nosotros nos interpongamos en su camino e insistimos en pasar por donde ellas están. Se ha descrito que si una serpiente va en su camino y se percata que un ser humano está frente de ella, ésta desvía su cuerpo para no pasar por donde el ser humano está, evitando así una confrontación. 

Esta conducta está relatada en las escrituras como:
“He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.” Mateo 10:16.

Pero si usted no es prudente, sino que se interpone en el camino de una de ellas y la provoca, sin duda le atacará, se defenderá. De la misma manera nosotros los seres humanos debemos aprender a ser prudentes y evitar. Antes que reaccionar debemos accionar. Actuar a tiempo.
Si conocemos o mejor aún, no ignoramos las conductas del ser humano, podemos evitar muchos problemas; aunque no todos. ¿Por qué? Porque hay gente mala, que se complace en el mal, en hacer maldad.
“Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos.” Salmos 1:5.
“Jehová prueba al justo; Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece. Sobre los malos hará llover calamidades;” Salmos 11:5.

Podemos ver que Dios reconoce que existen personas malas, que aman la violencia y que Dios aborrece a estas personas. Ellas ejercen el mal, del cual habló nuestro señor Jesucristo cuando oraba a Dios:
“No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.” Juan 17:15.

Así encontramos en la biblia relatos que nos describen personas que eran malas.
“Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera.” Génesis 13:13.

Esta conducta malvada y depravada se evidencia en Génesis 19:4-11.
“Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo. Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos. Entonces Lot salió a ellos a la puerta, y cerró la puerta tras sí, y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad. He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré fuera, y haced de ellas como bien os pareciere; solamente que a estos varones no hagáis nada, pues que vinieron a la sombra de mi tejado. Y ellos respondieron: Quita allá; y añadieron: Vino este extraño para habitar entre nosotros, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que a ellos. Y hacían gran violencia al varón, a Lot, y se acercaron para romper la puerta. Entonces los varones alargaron la mano, y metieron a Lot en casa con ellos, y cerraron la puerta. Y a los hombres que estaban a la puerta de la casa hirieron con ceguera desde el menor hasta el mayor, de manera que se fatigaban buscando la puerta.” Génesis 19:4-11.

Note usted que no solamente eran pecadores, sino que eran malos. Podemos ver parte de sus acciones en su reacción contra Lot, quien trató de hacer que desistieran de cometer pecado, cuando les Dijo que hicieran lo que era natural. Les ofreció mujeres pero ellos querían hombres. Como Lot no consintió  en que ellos llevaran a cabo su maldad y pecado, entonces arremetieron contra Lot y le dijeron:
“…Ahora te haremos más mal que a ellos. Y hacían gran violencia al varón, a Lot, y se acercaron para romper la puerta.” Génesis 19:9.

Estos hombres, llevados por sus bajas pasiones hacían uso de la violencia para que se les permitiese dar rienda suelta a su maldad. ¿Qué podía hacer Lot? Diría el Señor Jesucristo: “No resistáis al que es malo”.  Lo primero que debemos saber es cuál es la condición del ser humano: ¿Es malo? Si es malo, no lo resista.
¿Qué hubiese pasado si Lot reaccionaba de la misma manera con violencia? Que hubiese también sido catalogado de malo. No hubiese sido sacado de Sodoma antes de la destrucción. Pero encontramos bien claro lo que hacía Lot.
“y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos),” 2da de Pedro 2:7-8.

¿Conocía Lot lo bueno? Si; incluyendo que no debía resistir al que es malo, sabiendo que está escrito:
“Matará al malo la maldad, Y los que aborrecen al justo serán condenados.” Salmos 34:21.

Cuando vamos a Mateo 5:39-48, allí encontramos una serie de mandamientos que nosotros los creyentes debemos tener muy en cuenta hoy más que nunca por el periodo final que nos toca vivir, no solo para saber que las escrituras lo dice sino para que sepamos cómo actuar en caso de llegar a estar en manos de los malvados. Si así Dios lo permitiese, usted debe saber cómo comportarse al caer en manos de los malos.
Lo primero que debe usted saber es si ese, en manos de quien usted cayó, está haciendo la voluntad de Dios o en realidad es malo. Si está movido por sus bajas pasiones, por sus malos deseos, por sus caminos desviados. Si es malo, no tiene caso que usted y yo le resistamos. El llegará hasta la última consecuencia que Dios le permita. Procurará quitarle del camino, acabar con su vida, por cuanto usted, con sus acciones, le muestra que el camino que ellos llevan es perverso. Veamos qué pasó con Juan el bautista.

 Al oír esto Herodes, dijo: Este es Juan, el que yo decapité, que ha resucitado de los muertos. Porque el mismo Herodes había enviado y prendido a Juan, y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; pues la había tomado por mujer. Porque Juan decía a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano. Pero Herodías le acechaba, y deseaba matarle, y no podíaMarcos 6:16-19.

Esta pareja era mala, hacia maldad, viviendo incorrectamente, al Herodes tener la mujer de su hermano. ¿Cómo solucionarlo? Ellos, por sus bajas pasiones, maldad y pecado, no estaban dispuestos a deponer su mala conducta, veían la solución en eliminar a aquel que les mostraba que estaban haciendo mal. Le asecharon hasta que le quitó la vida a Juan el Bautista. ¿Dejaron de ser malos? ¿Dejaron de ser pecadores? No; aún cuando mataron a aquel que no les resistió, sino que al decirles lo que no les era lícito procuraba el bien de ellos.
Es triste y lamentable la condición actual de la humanidad. Cada vez sumergida en la maldad e inmersa en el pecado. Vemos como todo aquel que quiere hacerles volver de sus malos caminos es catalogado como fóbico. Llegando a tal punto donde sistemáticamente se ha perseguido a todo aquel que aflige su alma por la nefanda conducta de los malvados, al ver y oír los hechos inicuos que hoy son cada vez más frecuente en este mundo. Se hace necesario que hoy más que nunca actuemos apegados a los principios que Dios ha establecido. Así, mientras somos abofeteados mantener intacta nuestra integridad para con Dios, sabiendo que somos ultrajados por los malos y de Dios recibirán la recompensa.
“Mía es la venganza y la retribución; A su tiempo su pie resbalará, Porque el día de su aflicción está cercano, Y lo que les está preparado se apresura.” Deuteronomio 32:35.
“No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.” Romanos 12:19.

No es extraño que los malos, movidos por el odio, arremetan contra los buenos, y aún más aún, verá usted que los malos se hacen pasar por victimas cuando en realidad son ellos los que atentan contra la moral y buenas costumbres, yendo contra la naturaleza.
No escribo para los malos, sino para que sepamos cómo comportarnos ante ellos. Estamos en los últimos tiempos y sabemos que la escritura dice:
“Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.” Daniel 12:10.

Somos llamados a ser perfectos, como nuestro Padre que está en los cielos es perfecto; y para esto es necesario que aprendamos a no resistir al que es malo. Este que es malo, que su corazón es gobernado por el mal, se constituirá en nuestro enemigo. Lo es porque esa persona la estamos nosotros persiguiendo porque es nuestro enemigo, No; sino que por causa de sus acciones, su conducta esta persona nos considera enemigo de él.
“A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan;” 1ra de Pedro 4:4.

Por esto llegamos a ser para ellos enemigos, pues no nos congraciamos con sus acciones. ¿Qué debemos hacer? No resistáis al que es malo; y al mismo tiempo:
“Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble.” Apocalipsis 18:4-6.

Sirva esta porción para recordarnos que no debemos ser participes de sus pecados, ni congraciarnos con lo que ellos hacen. Mantengamos firme nuestra elección.
Es necesario tener mucho cuidado y saber distinguir  entre lo bueno y lo malo, para no quedar en la trampa del mal, que se muestra como algo inocuo, que no hace daño. Tener cuidado de no repetir o hacer como una máxima de este mundo “donde fueres, haz lo que vieres”, dando por sentado que lo que hace la mayoría, o lo que aprueba la mayoría es lo correcto para hacer; y esto disque para no entrar en conflicto. No le digo que entre en confrontación, sino que mantenga su integridad para con Dios. Si otros decidieron hacer el mal contra usted, no los resista, pero usted mantenga su integridad para con Dios.  ¿Qué hubiese pasado con Lot si hubiese hecho como la mayoría de los habitantes de Sodoma y Gomorra? Fuego del cielo hubiese caído sobre su cabeza. De manera que tenga mucho cuidado y entienda que el malo tiene su día reservado.
“Vi yo al impío sumamente enaltecido, Y que se extendía como laurel verde. Pero él pasó, y he aquí ya no estaba; Lo busqué, y no fue hallado.” Salmos 37:35-36.

Cuando entendemos que la porción de Mateo 5:39-48, está enmarcada a nuestra conducta ante el que es malo, entonces puede que no la vea tan difícil de cumplir, sabiendo que Dios le dará el pago a cada uno según es justo.

“Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).” 2da de Tesalonicenses 1:6-10.

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