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EL CUAL ES DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS (ROMANOS 9:5)

El cual es Dios sobre todas las cosas
Romanos 9:5.
“de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén. ”

Hay en este versículo una expresión que es necesario leer con detenimiento y con mucho cuidado, para comprender su real significado. Es necesario leer este versículo dentro del contexto para no errar en su significado. En la expresión “el cual es Dios sobre todas las cosas” podemos encontrar que hay quienes tropiezan, ya que atribuyen esta expresión al sujeto que se encuentra inmediato en la oración.
“...según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas,...”
De aquí encontramos que hablan de que Jesucristo es Dios, o que Jesucristo es un Dios pero únicamente sobre las cosas y no sobre los seres vivientes, inclusive llegan a decir que Jesucristo es un Dios menor que el Dios Padre. Pero ¿Realmente que dice aquí la escritura? Para verlo más claro, es necesario conocer el uso de la expresión “el cual”, cuándo se usa, cómo se usa o a quién se refiere. Veamos un ejemplo.

“Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.” Juan1:6.

Cuando usted observa este versículo ¿Diría que Dios se llama Juan? O ¿Que Juan es Dios? O ¿Que Dios es un hombre? Ninguna de las anteriores; pues usted sabe bien claro que la expresión “el cual se llama Juan”, en la oración, no se está refiriendo al sujeto inmediato, en este caso Dios, sino que se está refiriendo al otro sujeto que aparece en la oración, al hombre enviado de Dios; de quien también ya se habló.
Así podemos ver que no siempre que aparezca la expresión “el cual” se estará refiriendo al sujeto más cercano o inmediato.  Puede hacer referencia a otro sujeto que puede estar lejos, pero de quien se viene hablando. En el caso del ejemplo de Juan el bautista, ya de él se había hablado en la oración. Al usar la expresión “el cual” se relaciona con Juan del que ya se había hecho referencia y no está diciendo que Dios se llama Juan, ni mucho menos que Dios es un hombre.

Veamos otro ejemplo, donde aparecen varios elementos a quienes la expresión “el cual” pudiese estar refiriéndose.
“Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. ” Mateo 13:44.

En este ejemplo ¿A quién se refiere cuando usa el término “el cual”? ¿Al reino de los cielos? Aunque puede hallarse, sabemos que no puede esconderse. ¿Al campo? Aunque puede hallarse, no puede esconderse. ¿Al hombre? Tampoco; él fue el que lo halló.  Sin duda se refiere al tesoro, aun cuando no esté tan cerca del término “el cual”, pero ya se había hecho referencia de él en la oración. Sin embargo, no se halla tan lejos como para que se haga necesario refrescarlo, o volverlo a nombrar,  después del pronombre relativo.

El uso de pronombres relativos en los escritos del Apóstol Pablo es muy frecuente.
Hago la observación que cuando me refiero a sujeto en la oración es para hablar de una persona; ya que me propongo que la explicación sea entendida por todos.

Vemos el ejemplo de Romanos 1:25.
“ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. ” Romanos 1:25.

Podemos ver que tiene un final igual al de Romanos 9:5. ¿Donde está la diferencia? En que al usar el pronombre relativo “el cual” en Romanos 1:25, se refiere a Dios, el dueño de la verdad, que aunque no está allí inmediato al pronombre relativo, se vuelve a referir como el creador, por lo que no se hace necesario, posterior al pronombre relativo, nombrar otra vez al sujeto a quien se está haciendo referencia.

En el caso de Romanos 9:5, por estar metido el texto dentro de un contexto que inicia en el capitulo anterior, Romanos 8:38. Debemos tomar en cuenta que allí viene hablando el Apóstol Pablo del amor de Dios. El sujeto de quien habla es de Dios, quien es el que ama. Luego hace una serie de aclaraciones, detalladas, donde usa pronombres relativos en varias oportunidades. Veamos todo el texto:
“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.  Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne; que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén. ” Romanos 8:38-39 y 9:1-5.

Acá aparecen:
a) Versículo 4: “de los cuales”; referido a los israelitas, sus parientes según la carne.
b) Versículo 5: “de quienes”; referido a los israelitas nuevamente, aun cuando ya no están inmediatos en la oración.
c) Versículo 5: “y de los cuales”; volviéndose a referir a los israelitas, que en la oración están aún más lejos que el ejemplo anterior.
d) Cuando aparece el próximo pronombre relativo, tampoco se refieren a alguien inmediato, en este caso Jesucristo, quien fue el que según la carne descendió de los israelitas, La referencia del pronombre relativo es de alguien que está mucho más lejos en la oración o escrito, por eso es necesario que después del pronombre relativo se haga el énfasis para no dejar duda de quién está haciendo referencia. Es entonces cuando el Apóstol Pablo dice: “El cual es Dios...” dando a conocer que ese pronombre relativo se está relacionando con Dios y no con Jesucristo.

Esta forma de escribir, repitiendo el antecedente después del pronombre relativo, es considerada hoy día arcaica o en desuso; pero debemos recordar que se trata de la biblia; con unos cuantos años de haber sido escrita, y que en ese momento era de uso común.
Facilitará un poco la lectura si se hace una pausa al leerla expresión.
“..., el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén. ”

Tanto “los cuales”, “de quienes”, “de los cuales”, usados en esta porción del versículo 4 al 5, son pronombres relativos. Se llaman relativos porque son relacionales, relacionan la frase, en este caso, con un sujeto del que ya se ha hablado. Cuando vemos que el Apóstol Pablo viene diciendo que no hay nada que lo pueda separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús, el sujeto acá es Dios; es el primero que parece en la porción, además de ser el centro  de quien se está hablando, y luego hace la observación, dentro del mismo contexto, que el desearía ser separado por amor de sus hermanos. Y es de estos hermanos, según la carne, que el recuerda que de ellos es la adopción y las promesas. Mientras hace este recordatorio usa tres veces los pronombres relaciona, refiriéndose a sus hermanos y, la cuarta vez es para  referirse a el primer sujeto del que habló, del que nada podría apartarlo de su amor; este es Dios. Por la distancia que hay, en el escrito, entre el sujeto y el pronombre relacional se hace necesario evocar al sujeto después del pronombre, para que no se le atribuya al sujeto más cercano; para mayor claridad de la expresión se repite el antecedente.

Terminando la expresión con la misma frase que usó en Romanos 1:25.; “Bendito por los siglos. Amén.”; dicho sea de paso frase que solo es usada en los escritos para referirse al Padre de Gloria.
Al estar separado este párrafo del anterior, marcado como capitulo Ocho y Nueve, hace que no sea tan fácil verlo; pero recuerde usted que las cartas de Pablo fueron eso, cartas sin división de capítulo y versículo. Luego que hace un cierre con un “amen” retoma la idea para dar nuevos detalles en cuanto a la salvación de los Judíos y la salvación de los gentiles, para luego cerrar en el capítulo 11, versículo 33-36, reconociendo la grandeza de Dios, de su sabiduría y como Dios da sin haber recibido antes y vuelve a terminar o a hacer un cierre con una frase similar, que está referida a Dios.
“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén. ”
¿De quién son todas las cosas? De Dios. Y ¿De quién es la gloria por los siglos? De Dios.
Esta forma muy particular de los escritos del Apóstol Pablo se mantiene a lo largo de sus cartas. El da un encabezado con una idea principal y luego va dando explicación detallada de las cosas relacionadas, sin perder la idea principal de donde partió. Veamos un ejemplo en otra de sus cartas.
En esta porción se hace uso de la expresión “en el” en lugar de los pronombres relativos.
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria. ” Efesios 1:-14.
Aun cuando en esta porción es nombrado varias veces el Señor Jesucristo, el lugar principal, la razón de lo que está escribiendo Pablo es referirse a Dios y las cosas que Dios se propuso, como nos las hizo llegar, a través de quien. Mientras el Apóstol Pablo va dando detalles de todo, se va haciendo cada vez más lejos el referente principal, el Dios y Padre  de nuestro Señor Jesucristo, con el cual inicia la explicación; llegando a un punto en el versículo 11 y en el 13, donde usa la expresión: “en él”, para hacer referencia a Dios, de quien viene hablando como tema central y aún cuando entró en detalles no olvidó de quien estaba hablando. Fue Dios quien nos escogió, quien nos ofrece herencia, quien nos ha dado las arras de nuestra herencia.

De esta misma manera ocurre en Romanos 9:5; claro está, que por ser un párrafo más corto que el de efesios, se encuentra el uso de un pronombre relativo como lo es “el cual”, pero no solo, está seguido del sustantivo, en este caso el sujeto de quien se habla, para dar más énfasis y claridad a la explicación.
De manera que no es que Pablo llame a Jesucristo Dios, sino que estamos en presencia de un recurso literario valido como lo es el pronombre relativo, que para nuestros días ya casi no se usa, por no decir que ya ha dejado de usarse; pero que para cuando fue hecha la traducción de la biblia, era totalmente valido y correcto.
Quizá, en nuestra forma coloquial de hablar, hubiésemos preferido el uso de un “pero” o un “sin embargo”; pudiendo leerse:
“pero es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén” o “Pero Dios es sobre todas las cosas,...”
Esta forma de ver, es reflejada en nuevas versiones de la biblia (y no tan nuevas) que usted puede consultar a su discreción.
Así encontramos que el Apóstol Pablo está diciendo que Dios tiene la discrecionalidad de hacer su santa voluntad con los judíos, sus parientes; como le dijera a Moisés.
“Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. ” Romanos 9:15.
Porque de Dios y para él son todas las cosas. El mata y hace vivir; el enaltece y humilla a quien quiere.
“Jehová empobrece, y él enriquece; Abate, y enaltece.” 1ra Samuel 2:7.
“Mas Dios es el juez; A éste humilla, y a aquél enaltece.” Salmos 75:7.
“Respondió entonces Job, diciendo: Ciertamente vosotros sois el pueblo, Y con vosotros morirá la sabiduría. También tengo yo entendimiento como vosotros; No soy yo menos que vosotros; ¿Y quién habrá que no pueda decir otro tanto? Yo soy uno de quien su amigo se mofa, Que invoca a Dios, y él le responde; Con todo, el justo y perfecto es escarnecido. Aquel cuyos pies van a resbalar Es como una lámpara despreciada de aquel que está a sus anchas. Prosperan las tiendas de los ladrones, Y los que provocan a Dios viven seguros, En cuyas manos él ha puesto cuanto tienen. Y en efecto, pregunta ahora a las bestias, y ellas te enseñarán; A las aves de los cielos, y ellas te lo mostrarán; O habla a la tierra, y ella te enseñará; Los peces del mar te lo declararán también. ¿Qué cosa de todas éstas no entiende Que la mano de Jehová la hizo? En su mano está el alma de todo viviente, Y el hálito de todo el género humano. Ciertamente el oído distingue las palabras, Y el paladar gusta las viandas. En los ancianos está la ciencia, Y en la larga edad la inteligencia. Con Dios está la sabiduría y el poder; Suyo es el consejo y la inteligencia. Si él derriba, no hay quien edifique; Encerrará al hombre, y no habrá quien le abra. Si él detiene las aguas, todo se seca; Si las envía, destruyen la tierra. Con él está el poder y la sabiduría; Suyo es el que yerra, y el que hace errar. Él hace andar despojados de consejo a los consejeros, Y entontece a los jueces. El rompe las cadenas de los tiranos, Y les ata una soga a sus lomos. El lleva despojados a los príncipes, Y trastorna a los poderosos. Priva del habla a los que dicen verdad, Y quita a los ancianos el consejo. El derrama menosprecio sobre los príncipes, Y desata el cinto de los fuertes. El descubre las profundidades de las tinieblas, Y saca a luz la sombra de muerte. El multiplica las naciones, y él las destruye; Esparce a las naciones, y las vuelve a reunir. El quita el entendimiento a los jefes del pueblo de la tierra, Y los hace vagar como por un yermo sin camino. Van a tientas, como en tinieblas y sin luz, Y los hace errar como borrachos. ” Job cap.12.
Está en Dios, en su santa voluntad hacer como él quiere y no hay forma o manera de alguno de nosotros ceder el lugar para que otro sea salvo; al menos no podemos escoger a quien salvar. El apóstol Pablo decía que él quisiera ser separado para que sus hermanos fuesen salvos, pero esto no es posible pues la salvación es de Dios.  En parte eso lo relata el Apóstol Pablo con el pueblo de Israel, para que no nos enaltezcamos nosotros, antes tengamos temor de Dios.
“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el  Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad.” Romanos 11:25-26.


Cónsono con esta enseñanza, es por lo que Pablo aclara que es Dios quien está sobre todas las cosas y quien es bendito por los siglos. Amén.

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