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EL DIOS QUE SE DA A CONOCER



El Dios que se da a conocer
Salmos 9:16.
Jehová se ha hecho conocer en el juicio que ejecutó; En la obra de sus manos fue enlazado el malo. Higaion. Selah.”

Existen dos formas o maneras básicas por las cuales podemos llegar a conocer a Dios. Que alguien más, diferente a él lo dé a conocer, o que él mismo se dé a conocer. Cuando vemos las formas o maneras que Dios se da a conocer, podemos encontrar: a) A través de su palabra, ya sea profética, revelando lo por venir, declarándonos o sacando a la luz  lo oculto, en especial nuestros pensamientos. b) A través de sus acciones, sus hechos formidables, ya sea de provisión creación, inclusive reprensión, castigo o juicio.

Él es el único Dios que se da a conocer por él mismo; y su testimonio es verdadero. Los demás dioses, o supuestos dioses, dependen de que otro les dé a conocer; porque ellos son incapaces de hacer algo. De esto se refirió Dios cuando dijo:
“Alegad por vuestra causa, dice Jehová; presentad vuestras pruebas, dice el Rey de Jacob. Traigan, anúnciennos lo que ha de venir; dígannos lo que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro corazón en ello; sepamos también su postrimería, y hacednos entender lo que ha de venir. Dadnos nuevas de lo que ha de ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses; o a lo menos haced bien, o mal, para que tengamos qué contar, y juntamente nos maravillemos. He aquí que vosotros sois nada, y vuestras obras vanidad; abominación es el que os escogió. Del norte levanté a uno, y vendrá; del nacimiento del sol invocará mi nombre; y pisoteará príncipes como lodo, y como pisa el barro el alfarero. ¿Quién lo anunció desde el principio, para que sepamos; o de tiempo atrás, y diremos: Es justo? Cierto, no hay quien anuncie; sí, no hay quien enseñe; ciertamente no hay quien oiga vuestras palabras. Yo soy el primero que he enseñado estas cosas a Sion, y a Jerusalén daré un mensajero de alegres nuevas. Miré, y no había ninguno; y pregunté de estas cosas, y ningún consejero hubo; les pregunté, y no respondieron palabra. He aquí, todos son vanidad, y las obras de ellos nada; viento y vanidad son sus imágenes fundidas.” Isaías 41:21-29.

Todos los que son llamados dioses, fuera del Dios verdadero, Jehová de los ejércitos, todos ellos son incapaces de darse a conocer por ellos mismos, mientras que el Dios verdadero interviene en la vida de los seres humanos.
a)    Dios se nos dio a conocer cuando nos reveló lo que ya fue, el pasado, así como lo que será, pues en el no hay límite.
“Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero;” Isaías 46:9-10.
“Yo Jehová; éste es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas. He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré notorias.” Isaías 42:8-9.

Dios, refiriéndose a la inutilidad de los ídolos, dice:
“Traigan, anúnciennos lo que ha de venir; dígannos lo que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro corazón en ello; sepamos también su postrimería, y hacednos entender lo que ha de venir. Dadnos nuevas de lo que ha de ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses; o a lo menos haced bien, o mal, para que tengamos qué contar, y juntamente nos maravillemos. He aquí que vosotros sois nada, y vuestras obras vanidad; abominación es el que os escogió.” Isaías 41:22-24.
He aquí, todos son vanidad, y las obras de ellos nada; viento y vanidad son sus imágenes fundidas.” Isaías 41: 29.

No hay nadie, fuera de Dios, que dé a conocer lo que ya pasó y lo que ha de acontecer. De esta manera Dios interviene en la vida del ser humano para que creamos en él. Dios se da a conocer de esta forma. No es que dejó ver su figura, sino que mostrando sus cualidades como Dios, que tiene control y dominio sobre los tiempos, nos anticipa lo que hará para que no podamos atribuírselo a nadie más. Por cierto, hay en este mismo capítulo una declaración de lo que Dios hará:
“Del norte levanté a uno, y vendrá; del nacimiento del sol invocará mi nombre; y pisoteará príncipes como lodo, y como pisa el barro el alfarero.” Isaías 41:25.
“Yo soy el primero que he enseñado estas cosas a Sion, y a Jerusalén daré un mensajero de alegres nuevas.” Isaías 41:27.

Acá Dios está hablando de un personaje, un ser distinto de Dios, alguien a quien Dios levantó, y que vendrá para hacer lo que Dios ha determinado. Este es Nuestro Señor Jesucristo, quien se sentará como Rey de los Reyes de la tierra, y con vara de hierro, hará justicia y equidad en su reino. Ya Dios lo ha dicho y así será. De esta manera Dios, por anticipado, nos hace conocer lo que hará; para que no se lo atribuyamos a nadie fuera de él.
Lo que pasó, ya antes lo dije, y de mi boca salió; lo publiqué, lo hice pronto, y fue realidad. Por cuanto conozco que eres duro, y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce, te lo dije ya hace tiempo; antes que sucediera te lo advertí, para que no dijeras: Mi ídolo lo hizo, mis imágenes de escultura y de fundición mandaron estas cosas. Lo oíste, y lo viste todo; ¿y no lo anunciaréis vosotros? Ahora, pues, te he hecho oír cosas nuevas y ocultas que tú no sabías. Ahora han sido creadas, no en días pasados, ni antes de este día las habías oído, para que no digas: He aquí que yo lo sabía.” Isaías 48:3-7.

b)    Dios se da a conocer a través de sus hechos formidables. Dios no es un Dios solo de palabras; también actúa, hace, forma, toma participación activa en lo que ocurre. No necesita convertirse o tomar forma de algo o alguien que no es él. Dios no muta, no se transforma, ni pasa por estadios o etapas según conveniencia.
“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.” Santiago 1:17.
Dios es, existe, está; así como él mismo lo dijera:
“Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY...” Éxodo 3:14.

Dios siempre ha sido transparente en su ser, en su andar, en su actuar. No hay en él medias tintas. Lo que dice lo hace; del mismo modo que él es lo que ha dicho que es, y ha hecho lo que ha dicho que ha hecho.
“porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” Romanos 1:19-20.

Nadie más puede atribuirse la creación del universo. Solo Dios es el creador. Tampoco podemos atribuirle a otro fuera de Dios el haber creado las cosas que vemos; pues esto no diríamos con verdad. Dios asegura que él es el autor de todo lo creado.
“Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo; que deshago las señales de los adivinos, y enloquezco a los agoreros; que hago volver atrás a los sabios, y desvanezco su sabiduría.” Isaías 44: 24-25.
“Yo hice la tierra, y creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé.” Isaías 45:12.

Sirvan, estos versículos, como ejemplo de un número mayor de versículos que hacen esta misma afirmación: con sus manos Dios creó las cosas que vemos.

De la misma manera como Dios se atribuye la autoría de la creación, así mismo ha establecido lo que hará con su creación; después de todo él es el dueño.
“Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá.” Isaías 51:6.
“Éstos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.” 2da Pedro 3:5-7.
“Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!” 2da Pedro 3:10-12.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” Mateo 24:35.; Marcos 13:31.; Lucas 21:33.

Dios se da a conocer por medio de sus juicios que ha ejecutado, y los que ejecutará; que es un Dios justo, pero que al mismo tiempo es justiciero; que hace justicia.
“Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, Cuya esperanza está en Jehová su Dios, El cual hizo los cielos y la tierra, El mar, y todo lo que en ellos hay; Que guarda verdad para siempre, Que hace justicia a los agraviados, Que da pan a los hambrientos. Jehová liberta a los cautivos; Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los caídos; Jehová ama a los justos. Jehová guarda a los extranjeros; Al huérfano y a la viuda sostiene, Y el camino de los impíos trastorna. Reinará Jehová para siempre; Tu Dios, oh Sion, de generación en generación. Aleluya.” Salmos 146:5-10.
“Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones; y que da el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le odia, en persona le dará el pago.” Deuteronomio 7:9-10.
“Así ha dicho Jehová el Señor: Palmotea con tus manos, y golpea con tu pie, y di: ¡Ay, por todas las grandes abominaciones de la casa de Israel! porque con espada y con hambre y con pestilencia caerán. El que esté lejos morirá de pestilencia, el que esté cerca caerá a espada, y el que quede y sea asediado morirá de hambre; así cumpliré en ellos mi enojo. Y sabréis que yo soy Jehová, cuando sus muertos estén en medio de sus ídolos, en derredor de sus altares, sobre todo collado alto, en todas las cumbres de los montes, debajo de todo árbol frondoso y debajo de toda encina espesa, lugares donde ofrecieron incienso a todos sus ídolos. Y extenderé mi mano contra ellos, y dondequiera que habiten haré la tierra más asolada y devastada que el desierto hacia Diblat; y conocerán que yo soy Jehová.” Ezequiel 6:11-14.
Jehová se ha hecho conocer en el juicio que ejecutó; En la obra de sus manos fue enlazado el malo. Higaion. Selah Los malos serán trasladados al Seol, Todas las gentes que se olvidan de Dios. Porque no para siempre será olvidado el menesteroso, Ni la esperanza de los pobres perecerá perpetuamente.” Salmos 9:16-18.

Con sus acciones, sus hechos, busca darse a conocer. No es precisamente su figura, su semblanza, que aunque la tiene, aún no es el tiempo para mostrarla. Pero el día vendrá, cuando le veremos tal como él es. Dios nos ha dado a conocer hasta ahora de él su forma de ser, de actuar; su justicia y rectitud. ¿Y Jesucristo?, cuándo las personas lo vieron ¿Estaban mirando a Dios? NO; no vieron a Dios, vieron al Hijo de Dios. Esa figura, ese santo ser, no era ni es Dios; no era, ni será jamás el Padre eterno. Jesucristo es el siervo escogido por Dios, para anunciar las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable.
“Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles.” Hechos 26:23.
A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” Juan 1:18.
No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre.” Juan 6:46.

Dios se dio a conocer por los hechos, acciones, milagros, prodigios que hizo a través de Jesucristo.
“Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis;” Hechos 2:22.

Jesucristo es el siervo que Dios levantó para glorificarse por medio de él.
“dice: Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra.” Isaías 49:6.

Con Jesucristo, Dios hizo una obra nueva, que antes no se había oído:
“Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” Isaías 7:14.

¿Qué es lo nuevo? ¿Qué es lo que no había ocurrido antes? Que una virgen concibiera. Que una mujer que no había conocido varón, quedara embarazada.
“Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” Lucas 1:34-35.

Esa condición, en aquella época, donde no se hablaba de inseminación artificial, que para poder una mujer quedar embarazada primero tenía que estar sexualmente con un varón, le era extraña. María no podía entender como era que ella tendría un hijo si no había conocido varón. ¿Qué explicación le dio el ángel? Nos ayuda el ángel a conocer como Dios operó este milagro.
“El Espíritu Santo vendrá sobre Ti,…”

Es lo primero que le dijo el ángel de cómo sería o como ocurriría; y es lo primordial para conocer y entender lo que Dios hizo. Dios envió su Santo Espíritu sobre María. El lugar donde reposó e hizo el milagro fue en María. ¿Alguna parte en específico? Si; en el vientre; porque así ya se lo había dado a conocer el ángel.
“Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.” Lucas 1:31.

Ese vientre es parte del cuerpo de María. Allí, dentro del vientre, Dios hizo un milagro creativo. Creó, formó, hizo al Señor Jesucristo. Dios hizo que la palabra que había dado muchos años atrás, y confirmada por el ángel a María, se volviera una realidad.
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” Juan 1:14.

Aquí hay mucho que decir; pero permítame centrarme en una sola parte por el momento: “Y aquel Verbo fue hecho carne,…” Alguien lo hizo, no se hizo a sí mismo. Dios obró un milagro. Dios hizo un ser de carne como lo había prometido por su palabra; una carne a semejanza de carne de pecado, no de esta tierra; un cuerpo celestial formado dentro del vientre de María.
“Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí.” Hebreos 10:5-7.

Eso fue lo que Dios hizo; le preparó al Señor Jesucristo, un cuerpo donde habitar; y este cuerpo fue formado dentro del vientre de María; para que conozcamos que lo que Dios promete lo cumple y él hace como ya ha determinado. No fue que Dios se convirtió en carne, como algunos quieren hacer creer torciendo las escrituras. Dios jamás y nunca, se ha convertido en carne; ni lo hará. Dios no cambia. Quien vino en carne es Jesucristo, el Hijo del Dios viviente.
“En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y éste es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.” 1ra de Juan 4:2-3.
“Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo.” 2da de Juan 1:7.

De manera que quienes dicen que fue Dios el que se convirtió en carne, que Dios vino en carne, y que ese Dios, convertido en carne, es Jesucristo, hacen la obra del engañador, del anticristo. La palabra de Dios es muy clara cuando dice que Dios le preparó un cuerpo a Jesucristo. Nunca dice que se preparó un cuerpo para sí, o para el mismo; mucho menos que él mismo se convirtió en carne.

Lo nuevo que Dios hizo fue formar, crear en el vientre de María un ser, que cuando nació fue llamado Jesús, el hijo del Dios viviente.
¿Qué hizo Dios? Se manifestó. Obró con poder, cuando hizo reposar su Espíritu Santo sobre el cuerpo de María y operó un milagro; engendró al que llegó a ser llamado el Hijo de Dios.
“que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,… Romanos 1:2-4.

Por medio de este hecho Dios se dio a conocer y consumó así el misterio oculto desde antes de la fundación del mundo.
“Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe, al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén.” Romanos 16:25-27.
“dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.” Efesios 1:9-10.

Dios se propuso hacer algo y lo hizo. Primero trajo al varón de su consejo, su siervo escogido y luego reunió todas las cosas en él (en Cristo).
Jesucristo nos da a conocer al Padre, o dicho de otra manera: El Padre se dio a conocer por medio de Jesucristo; desde su nacimiento milagroso hasta todas las cosas que hiso por medio de él.
“Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.” Mateo 11:27.

Así vemos que Dios hizo nacer al señor Jesucristo con el fin de darse a conocer; para que Jesucristo nos abriera el entendimiento y lleguemos a conocer a Dios. Dios hizo una obra grande que le ha dado a conocer. Sólo Dios puede hacer que una virgen conciba sin intervención humana.
“A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” Juan 1:18.

¿En qué le conocemos? En que sólo Dios es el que puede hacer estas cosas: Milagros, prodigios, portentos que antes no habían sido hechas; en que la mano de Dios no se ha acortado, que no es historia, no es cuento; aún a nuestros oídos, a los gentiles, han llegado las buenas nuevas de ese Dios formidable, asombroso, maravilloso del que nunca antes habíamos oído; el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo.





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