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El mensaje del Espíritu


El mensaje del Espíritu.
Apocalipsis 2:29.
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Entender la razón, el por qué Dios se ha propuesto colocar, derramar sobre toda carne de su Espíritu nos ayuda a entender lo que está escrito en las sagradas escrituras. El Señor Jesucristo enseñó que recibiríamos ayuda para entender las escrituras, ser guiados a toda la verdad, conocer lo que habría de venir y recibir testimonio por el Espíritu de verdad que haría morada en el creyente.
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.Juan 16:13.
Este Espíritu tiene una característica: “…no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere…” Hay aquí una clave que nos ayuda a entender las sagradas escrituras.
Es bien sabido que los profetas no hablaron por su propia cuenta sino que recibieron información que transmitir.
porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.2da Pedro 1:21.
No hablaron por su propia cuenta sino que el Espíritu los inspiró; y el Señor Jesucristo nos aclara aún más, nos dice que el Espíritu Santo a su vez no habla por su propia cuenta, sino que habla lo que oye.
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.Juan 16:13.
Así vemos que: cuando un profeta habla, aunque oímos la voz del profeta sabemos que el mensaje fue dado por el Espíritu de Dios, por boca del profeta. El mensaje no es del profeta sino de alguien más, del Espíritu por boca del profeta; pero al mismo tiempo debemos entender que ese mensaje lo escuchó el Espíritu de alguien; pues dijo el Señor Jesucristo que el Espíritu hablaría todo lo que oyere. ¿Le parece extraño? Mire lo que dice la escritura:
y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.Zacarías 7:12.
Vemos aquí el origen del mensaje y la cadena o diferentes eslabones que pasa el mensaje para llegar hasta nosotros.
Dios por su Espíritu a través de los profetas al pueblo.
Así podemos decir que el mensaje que recibió el pueblo era del profeta, y es correcto; pero decir que era el mensaje del Espíritu, también es correcto; más aún, si decimos que el mensaje era de Dios, y sigue siendo correcto, pues Dios es la fuente principal, el origen del mensaje.
Esto es necesario tenerlo en cuenta con cada escritura donde esté involucrado un profeta en la biblia. Todos y cada uno de los libros proféticos y aún los que no han sido catalogados como proféticos; aquellos que sabemos fueron de inspiración divina. Encontramos, por ejemplo, el libro de los Salmos ¿Es un libro profético? Ciertamente en la clasificación humana que le dan a los sesenta y seis libros de la biblia no está dentro de los proféticos; pero al leer lo que dijo David ¿Qué podemos decir?
El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, Y su palabra ha estado en mi lengua. El Dios de Israel ha dicho, Me habló la Roca de Israel: Habrá un justo que gobierne entre los hombres, Que gobierne en el temor de Dios.2da de Samuel 22:2-3.
No queda duda que el salmista David fue un profeta. Así podemos decir que el Espíritu habló por boca de David y también que Dios, por su Espíritu, habló por boca de David, sin que esto sea incorrecto. Vea estos ejemplos.
Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús,Hechos 1:16.
Claramente vemos que el Espíritu habló por boca de David, pero luego los discípulos, hablando con Dios, dijeron:
Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; que por boca de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas?Hechos 4:24-25.
¿Qué dijeron? Que Dios habló por boca de David. ¿Cómo se explica esto? Dios es el origen del mensaje, lo envía por su Espíritu a través de David para el pueblo.
Cuando encontramos en el libro de Apocalipsis que dice:El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias, es necesario entender el origen del mensaje y cuál es la cadena de eventos hasta llegar a nosotros, la Iglesia. Debemos ir al inicio del libro.
La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,Apocalipsis 1:1.
En este libro están las cosas que deben suceder, y ya el Señor Jesucristo había dicho que una de las funciones que haría el Espíritu de verdad era darnos a conocer las cosas que habían de suceder.
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.Juan 16:13.
Así la cadena de eventos, para que nosotros conozcamos las cosas que han de suceder, queda así establecida en este libro:
Dios por Su Espíritu se la reveló a Jesucristo Jesucristo la envió por medio de su ángel a Juan Juan la escribió para la Iglesia.
Cuando Juan escribe las palabras que está oyendo de boca de Jesucristo en el capítulo 2 y 3, él lo relata tal y como lo está oyendo. Juan escucho que Jesucristo dijo:
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.¿Se está autodenominando Jesucristo como el Espíritu Santo? No; no está diciendo que él es el Espíritu. Jesucristo nos está dejando claro que el mensaje que él está dando es del Espíritu, lo está recibiendo del Espíritu, como lo relata el libro de hechos. Así podría decir el Señor Jesucristo como dijo David:
El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, Y su palabra ha estado en mi lengua.2da Samuel 23:2.
hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido;Hechos 1:2.
Por eso Jesucristo dijo: “…oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.; pues ciertamente el Espíritu de Dios estaba hablando por boca de Jesucristo, y este a su vez las estaba oyendo de Dios.
Del mismo modo que Juan repitió las palabras que está oyendo, así mismo el Señor Jesucristo repitió las palabras que Dios le dio por su Espíritu. Veamos este ejemplo.
Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses. Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio. Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra.Apocalipsis 11:1-4.
No especifica quien le dio la orden a Juan de medir, y vemos al llegar al verso tres que dice: “…Y daré a mis dos testigos que profeticen…” La pregunta es: ¿Quién habla aquí? ¿Juan? ¿Acaso son testigos de Juan? No: jamás, pero Juan lo relata en aparente primera persona, como si fuera él. ¿Quién habla, Jesucristo? Tampoco es así. Juan lo que hace es repetir las palabras tal y como las está oyendo. Alguien dijo: “…Y daré a mis dos testigos que profeticen…” Por el profeta Zacarías podemos saber que estos dos testigos son los dos olivos que están delante del Señor de toda la tierra.
Y él dijo: Éstos son los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra.Zacarías 4:14.
De manera que estas palabras, del versículo tres del capítulo once de Apocalipsis, son dichas por el mismísimo Dios, quien es el que da palabra a los profetas y no son de Juan. No es Juan el que dará los dos testigos que profeticen, sino que es Dios quien enviará a estos dos profetas con un mensaje para la humanidad de ese periodo. Esta es la forma de hablar de un profeta o de un enviado; pues están repitiendo lo que oyen del Espíritu y que a su vez el Espíritu oye de su dueño, de Dios.
El Espíritu habla dentro de aquellos que han sido bautizados con el Espíritu.
Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.Mateo 10:20.
El mensaje del Espíritu en el libro de Apocalipsis es muy claro, pero aún así se hace necesario puntualizarlo.
Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo.Juan 3:27.
Así el mensaje que le dio Jesucristo a Juan, por medio del ángel, lo recibió de Dios. Cada uno de los mensajes enviados a las iglesias en el capitulo dos y tres de Apocalipsis, va acompañado de la expresión: “…oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias…” De esa forma debemos entender que las palabras que son atribuidas a Jesucristo, el mismo Señor Jesucristo nos está diciendo que es un mensaje del Espíritu, que él recibió el mensaje del Espíritu y Jesucristo es simplemente el portavoz del mensaje. Este mensaje está inmerso en las palabras de Jesucristo, y hay que hacer distinción de cuál es el mensaje y cuáles son las palabras de Jesucristo, aunque inspiradas por el Espíritu no forman parte del mensaje para todas las iglesias. No por esto llegan a ser menos importante ni podemos pensar en quitarlas, no se trata de eso, sino de entender cuál es el mensaje del Espíritu.
Para poder descifrarlo debemos saber que el mensaje del Espíritu es profético, hacia el futuro, lo que ha de acontecer; no porque el Espíritu es profeta, sino que él es la inspiración de los profetas para dar a conocer lo por venir. Las palabras de Jesucristo forman parte de lo que ya Jesucristo conoce, comportamiento, conducta, acciones, condiciones que le son reveladas por el Espíritu. El único que conoce el Futuro, lo que ha de acontecer es Dios, y lo da a conocer por su Espíritu a través de los profetas.
He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré notorias.Isaías 42:9.
Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero;Isaías 46:9-10.
Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.Amos 3:7.
Vemos que quien da a conocer lo que ha de acontecer es Dios y lo hace por su Espíritu, como un mensaje de su Espíritu a través de un ungido o profeta.
Así, en cada mensaje a las iglesias hay palabras de Jesucristo que llevan el mensaje del Espíritu. No es que el resto no sea de inspiración, sino que estas contienen lo que ha de acontecer.
En el mensaje a Éfeso, lo que dice el Espíritu a la iglesia lo podríamos ver en el verso 7 del capítulo 2.
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios. Apocalipsis 2:7.
En el mensaje a Esmirna, lo que dice el Espíritu a las Iglesias está en el verso 11 del capítulo 2.
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.Apocalipsis 2:11.
En el mensaje a Pergamo, lo que el Espíritu dice a las Iglesias está en el verso 17 del capítulo 2.
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.Apocalipsis 2:17.
En el mensaje a Tiatira, lo que el Espíritu dice a las iglesias está en el verso 26-28 del capítulo 2.
Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; y le daré la estrella de la mañana.Apocalipsis 2:26-28.
En el mensaje a Sardis, lo que el Espíritu dice a las Iglesias está en el verso 5 del capítulo 3.
El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.Apocalipsis 3:5.
En el mensaje a Filadelfia, lo que el Espíritu dice a las Iglesias está en el verso 12 del capítulo 3.
Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.Apocalipsis 3:12.
En el mensaje a la Odisea, lo que el Espíritu dice a las Iglesias está en el verso 21 del capítulo 3.
Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.Apocalipsis 3:21.
Es mucho más fácil reconocer el mensaje en las primeras iglesias; pero puede a groso modo decirse que el mensaje está en la recompensa futura que aún cuando parecen palabras de Jesucristo, fue el Espíritu quien le reveló lo que Jesucristo va a hacer con aquellos que vencieren; y por eso habla que él lo hará. Con palabras que son comunes en nuestros días podríamos decirlo de esta manera: El espíritu me mostró, me dijo que yo voy a darles esta recompensa. ¿Por qué así? Porque Jesucristo no conoce el futuro, solo lo puede saber cuándo le es revelado. ¿Cómo sabe Jesucristo que es él quien nos va a dar la recompensa, o que él lo hará? Porque el Espíritu ya se lo mostró, ya se lo dijo. Jesucristo lo sabe por el Espíritu.
Así vemos que, el mensaje del Espíritu está entremezclado con las palabras de Jesucristo en la medida que se va dando el mensaje a cada una de las Iglesias.
Ahora bien, a la par del mensaje individual para cada iglesia, y en particular para el ángel de cada iglesia, hay un mensaje para todas las iglesias. Por eso dice: “…lo que el Espíritu dice a las iglesias…” Esto está en plural. Note usted que no dice a la Iglesia sino a las iglesias. Hay en el mensaje dado a cada iglesia un mensaje que concierne a todas las demás iglesia. Este mensaje no dice solo para Sardis, o solo para Esmirna, sino que es para las iglesias. ¿Cuál es? Ciertamente no es la condición en que se encontraba cada una de las iglesias, ni la reprensión individual como resultado de sus conductas. El mensaje común para todas las iglesias es la recompensa futura, casi siempre iniciado con la expresión:al que venciere…” oel que venciere.
Esta forma de ser o de acontecer la vemos con Elías. Muchos piensan que por antojo de Elías los cielos fueron cerrados por tres años y seis meses; y así aparentemente nos los muestra Santiago.
Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.Santiago 5:17-18.
Pero cuando vamos al relato en el Antiguo Testamento nos encontramos que Elías nos revela cómo fue que ocurrieron todas las cosas.
Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas.1ra de Reyes 18:36.
A algunos les gusta leer 1ra de Reyes 17:1 e interpretar que fue decisión de Elías, por voluntad de Elías; pero nos aclara el mismo Elías, orando a Dios delante de todo el pueblo, que todo lo que hizo fue por mandato de Dios. Dios respaldó a Elías porque Dios le dio la orden de que lo hiciera; tanto como que iba a dejar de llover como cuando iba a volver a llover.
Pasados muchos días, vino palabra de Jehová a Elías en el tercer año, diciendo: Ve, muéstrate a Acab, y yo haré llover sobre la faz de la tierra.1ra de Reyes 18:1.
Esto mismo podemos ver que ocurrió con Moisés:
Y dijo Moisés: En esto conoceréis que Jehová me ha enviado para que hiciese todas estas cosas, y que no las hice de mi propia voluntad.Números 16:28.
Qué bueno es entender que todos estos hombres estuvieron bajo la autoridad del Dios de la gloria; y Jesucristo no fue, ni es la excepción. Todo lo que hizo Jesucristo fue porque el Padre se lo ordenó; le dio una obra para hacer.
Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado.Juan 5:36.
Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.Juan 12:49.
Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.Juan 17:4.
Del mismo modo, todas las cosas que Jesucristo ha de darnos a los que venzamos, son porque el Padre, por medio de su Espíritu, le ha dicho lo que ha de darnos.
Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.Isaías 53:10.
¿Cuál es la voluntad de Jehová Dios para con los que vencieren? Que seamos juzgados por su Hijo amado Jesucristo y esto traerá como consecuencia que honremos al Hijo así como honramos al Padre.
Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.Juan 5:22-23.
Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.2da Corintios 5:10.
Al haber dado todo el juicio al Hijo, también ha dado el recompensarnos; y aquello con que ha de recompensarnos.
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.Mateo 25:31-34
Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.Mateo 25:41.
Esto no lo hará Jesucristo porque a él se le ocurrió, sino porque Dios le encomendó que lo haga; ya el Espíritu se lo reveló, le dijo que él lo hará.
Jesucristo es activamente guiado por el Espíritu de Dios, es el Hijo de Dios.
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.” Romanos 8:14.
En este juicio es el Espíritu de Dios quien le dará la sabiduría para juzgar con justicia y equidad.
Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.Isaías 11:2-4.
También podemos ver que el mensaje del Espíritu no se limita al Apocalipsis, e incluso al periodo en que fueron escritos los libros de la biblia. El mensaje del Espíritu está vigente hoy en día en todos aquellos que hemos sido bautizados con el Espíritu. Es un mensaje actual, para hoy; pues al ser guiados por el Espíritu, necesario es que por el Espíritu recibamos instrucciones. Las promesas de nuestro Señor Jesucristo es que el Espíritu estará con nosotros para siempre.
Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:Juan 14:16.

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