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La Inmortalidad


La inmortalidad.
2da Timoteo 1:10.
pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,
Por muchos años el ser humano ha perseguido, sin lograr alcanzar, el ser inmortal. Ya que por desconocimiento, o por dureza de corazón, se ha empeñado en ir en contra de lo divinamente establecido. De la misma manera que Adán y Eva se empeñaron en llevar la contraria, cuando se les dijera que el día que comieran del árbol de la ciencia del bien y del mal ciertamente morirían, así hoy el ser humano se empeña en llevar la contraria a la sentenciaporque polvo eres y al polvo volverás. Sin la menor duda, la parte del ser que fue tomado del polvo de la tierra, a la tierra debe volver. No hay forma, ni manera humana de mantener el cuerpo vivo por siempre funcional como un ser viviente.
Dios estableció leyes para el ser humano y dispuso que lo que le da vida al cuerpo sea el espíritu de vida y este, a su vez, está en la sangre.
Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.Santiago 2:26.
Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre.Génesis 9:5.
Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.Levíticos 17:11.
Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la comiere será cortado.Levíticos 17:14.
Cuando el ser humano muere, la vida abandona al cuerpo.
y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.Eclesiastés 12:7.
Pero esto no es todo. Más allá de la muerte del cuerpo existe un elemento, que también conforma al ser humano, que no muere junto con el cuerpo en la primera muerte. Este elemento es el Alma. De este elemento dice Dios:
He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, ésa morirá.Ezequiel 18:4.
Esta alma es creación de Dios; y sobre ella pesa el debate de si es mortal o inmortal. Y esto es porque es muy frecuente el confundir la secuencia o sucesión de eventos que por ley Dios ha establecido.
Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,Hebreos 9:27.
Si no nos detenemos a estudiar, pensaríamos que solo existe una sola muerte; y cumplida esta ya no hay mas muerte. Pero la escritura nos enseña que hay más de una muerte, al contar la que padecerán los impíos después del juicio. La muerte primera, es aquella que solo afecta al cuerpo, mas la muerte segunda afecta al alma junto con el cuerpo.
Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.Mateo 10:28.
Vemos que existe por separado una muerte para el cuerpo y otra para el alma; puesto que los que matan el cuerpo no pueden matar el alma.
Ahora bien, aún cuando el alma sobrevive al cuerpo, (permanece viva después de la muerte del cuerpo), no significa que es inmortal; y en esto es necesario que tengamos mucho cuidado y lo entendamos bien.
Si la sentencia de Dios es que el Alma que pecare, esa morirá, ¿Cómo podría yo decir que el alma es inmortal? Si Dios dijo que con el pecado acarreaba muerte para el alma, estaría yo llevándole la contraria como Adán y Eva; al igual que el resto de los seres humanos que pretenden evitar que su cuerpo vuelva al polvo como Dios lo ha establecido.
No es en el momento en que muere el cuerpo cuando se cumple la sentencia que el Alma que pecare esa morirá; sino mucho después, en lo que la escritura describe como la muerte segunda, después del juicio.
Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.Mateo 10:28.
De esta manera el cuerpo de los seres humanos que vivieron en pecado, luego de ser resucitados sus cuerpos, posterior al juicio, pasarán nuevamente por la muerte, pero ahora en compañía del alma.
Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.Apocalipsis 21:8.
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.Apocalipsis 20:6.
Así podemos ver que el Alma no es inmortal, aun cuando sobreviva al cuerpo en la muerte primera; a su tiempo, sino se arrepintió de sus pecados, ella morirá. Esta es una sentencia que no se refiere al cuerpo, que ciertamente es mortal, sino que se refiere al alma, que también es mortal. El cuerpo llega a la muerte al presentarse al límite que Dios le estableció, sea de días o las leyes de funcionamiento; más el alma llega a esta mortalidad como consecuencia del pecado.
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.Romanos 6:23.
Si así no fuere, ¿Qué sentido tiene pregonar que Dios por medio de Jesucristo saco a la luz la vida y la inmortalidad? ¿Qué sentido tiene que Dios prometa vestirnos de inmortalidad si ya se es inmortal?
Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.1ra de Corintios 15:53-54.
Ciertamente esta promesa, de que esto mortal se vestirá de inmortalidad, es necesario que la entendamos; pues no habla ser transformados o convertidos en inmortales. El único que tiene inmortalidad es Dios, quien nunca muere y nada ni nadie puede matarle. Esto es una condición propia de Dios.
el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.1ra Timoteo 6:16.
Cuando esto fue escrito, ya Jesucristo había ascendido a los cielos y ya estaba sentado a la diestra de Dios Padre, y podemos ver que no fue incluido como inmortal, sino que esta condición solo se le atribuye a Dios. Ni aún Jesucristo es inmortal, pero goza de inmortalidad; él vivirá por largos días. Mientras no se halle pecado ni engaño en él, tendrá vida eterna, no vendrá a condenación. Tener vida eterna, no es lo mismo que ser inmortal. Dios no nos dará lo que no nos ha prometido.
el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad,Romanos 2:6.
La recompensa es vida eterna, no llegar a ser inmortales como Dios, y esta promesa es para los que buscan no morir eternamente. No es que vamos a llegar a una condición de inmortales, donde ni Dios puede matarnos si llegásemos a hacer lo malo; sino que escaparemos de la muerte segunda. Pretender llegar a tener la condición de inmortales puede ser una pretensión de querer ser como Dios, que nunca muere, y esto es un problema. Ni aún Jesucristo llegó a serlo. De él se dice:
sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.Romanos 6:9.
Aquí se refiere a la muerte primera, la del cuerpo, que se enseñoreó del Señor Jesucristo. Esta muerte no se enseñoreará más de él. Con respecto a la muerte segunda, esta no tiene ninguna potestad sobre él porque no hizo pecado. Esta muerte se enseñorea de los que viven y mueren en pecado.
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.Apocalipsis 2:11.
Encontramos que Jesucristo venció y Dios le resucitó como primicia de los que duermen.
Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.1ra Corintios 15:23.
No aparece una referencia en la biblia de que se le diera una condición de inmortal o que nada lo puede matar, sino que se le dio vida eterna o larga vida. Nosotros también estamos buscando que la muerte segunda no tenga ninguna potestad sobre nosotros. Estamos buscando no morir eternamente, estamos buscando inmortalidad.
Por eso, puede que aún necesitemos entender el término inmortalidad y las condiciones que aplican; pues con la resurrección no viene la inmortalidad para todos, ni por gozar de inmortalidad nos confiere el privilegio de hacer lo que queramos sin tener que dar cuenta de nada, y nadie nos puede matar. Bien podemos leer que:
y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.Juan 5:29.
No es por el hecho de resucitar que ya se tiene inmortalidad o que se resucita y la muerte deja de existir. La escritura es bien clara cuando establece la existencia de la muerte primera, del cuerpo, y la muerte segunda, que tiene potestad sobre las almas, sobre los espíritus. En el lago de fuego va a ser lanzada la muerte que se enseñorea sobre el cuerpo, para ser destruida, pero queda vigente la muerte que puede enseñorearse del alma y del cuerpo; la muerte segunda. Para no pasar por esta última, es necesario el perdón de nuestros pecados y hacer lo bueno, lo que Dios ha establecido de ante mano.
Es allí, donde entra en escena nuestro Señor Jesucristo. Hasta la venida de Jesús no había existido alguien que hubiese muerto y resucitado para no volver a ver muerte. Esto lo logró por primera vez el Señor Jesucristo por eso es el primogénito.
y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;Colosenses 1:18.
Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.1ra Corintios 15:20.
sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.Romanos 6:9.
Que privilegio el de Nuestro Señor Jesucristo el demostrarnos, servir de ejemplo a los que hoy anunciamos, que es posible que la segunda muerte no tenga potestad sobre nosotros; así como sobre él no tiene potestad alguna.
Dios mostró con Jesucristo que la promesa de vida eterna es una gran realidad para todo aquel a quien no se le inculpa de pecado.
diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.Romanos 4:7-8.
En esto consiste la promesa de Dios en que él recompensará a cada uno según sus obras, mientras estuvo aquí en el cuerpo.
el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; porque no hay acepción de personas para con Dios.Romanos 2:6-11.
Jesucristo vino y nos enseño como escapar de la sentencia de muerte que pesa sobre el alma. Sobre Jesucristo, quien no hizo pecado, ni hubo engaño en su boca, no pesa esta sentencia de muerte. Al no haber pecado, su alma no está expuesta a la muerte segunda. Nos muestra que si es posible escapar de la muerte del alma, y esto al presentarse no solo como ejemplo, sino como el cordero sobre quien Dios cargó el pecado de todos nosotros.
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.Isaías 53:6.
Por medio de Jesucristo, y su sacrificio en la cruz del calvario, cada uno de nosotros tenemos el perdón de nuestros pecados.
para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.Hechos 26:18.
Al recibir perdón de pecados ya no hay condenación, ya no hay sentencia de muerte, ahora hay vida en Cristo Jesús.
Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,Colosenses 2:13-14.
Al creer en Jesucristo y aceptar su sacrificio, demostramos a Dios que estamos dispuestos a obedecer la orden que Dios nos dé. Demostramos obediencia y disposición de creerle a Dios; no como Adán y Eva que desobedecieron a Dios. Todo el que rehúsa creer en Jesucristo, que es el Hijo de Dios, muestra desobediencia; por ende no es merecedor de vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.Juan 3:36.
Para poder ser juzgado y recibir la recompensa, el ser humano debe ser reconstituido en espíritu, alma y cuerpo. Esto va a ser hecho con la resurrección de los muertos. Se le dará vida al cuerpo y unos resucitarán para vida y otros para condenación.
Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.Daniel 12:2.
La condición de las almas después de la muerte del cuerpo y su destino temporal, mientras espera la resurrecion, sera  explicada en otro articulo.
Recuerde que el alma no está muerta, pues solo ha transcurrido la primera muerte, la del cuerpo. 
Toda la creación de Dios, seres vivientes, están sujetos a la posibilidad de morir. Los ángeles, querubines, al igual que los seres humanos están sujetos a la posibilidad de muerte. Así lo refleja el hecho de que Dios va a castigar a diablo y sus ángeles que se rebelaron contra Dios al lanzarlos al fuego eterno, al lago de fuego para destruirlos.
Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser.Ezequiel 28:14-19.
Esta porción nos relata el destino final de este ser, el diablo será convertido en ceniza y para siempre dejará de ser.
Aún cuando existe la promesa de vida eterna a los que buscan inmortalidad, Dios mantiene su potestad de a quien quiere da o quita la vida. Mantendremos la vida eterna mientras no nos revelemos contra Dios. La inmortalidad no nos quita la dependencia hacia Dios pues él es nuestro creador, le pertenecemos a él. Dios es el todo en todos.
Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.1ra Corintios 15:28.
Acá está descrito lo que el Hijo de Dios, el Señor Jesucristo hará, muchos años después de haber sido resucitado; se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas.
La inmortalidad está enmarcada en la promesa de vida eterna. Si bien la palabra “inmortalidad” o “inmortal” no aparece en el Antiguo Testamento, ya Dios había comunicado, a través de los profetas, la idea de eternidad; sin embargo no es hasta la venida de Nuestro señor Jesucristo que se habla abiertamente de esta verdad. Salomón dijo:
Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida; y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor. He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres. Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.Eclesiastés 3:10-15.
Dejando claro que, es necesario hacer bien es la vida, temiendo a Dios. Así pues:
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.Gálatas 6:9.
Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.1ra Pedro 3:10-12.
Hablando de Nuestro Señor Jesucristo, el profeta Isaías, aún cuando no habló de inmortalidad, nos da a conocer que iba a morir, pero que luego viviría por largos días.
Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.Isaías 53:10.
Esta expresiónvivirá por largos díasestá haciendo referencia a la vida eterna; es el tiempo que transcurriría después que Jesucristo fuese resucitado por Dios. Ya han pasado casi dos mil años que Dios resucitó a Jesucristo de entre los muertos, y aún no se ha cumplido el periodo donde Jesucristo reinará por mil años sobre esta tierra, que le agregaría, a los dos mil ya transcurridos, mil mas; que sumarían tres mil años. Luego, después del milenio, seguirá viviendo ¿Por cuantos tiempo? Por largos días. Tenga en cuenta, mientras no haga nada para merecer la muerte, como lo es el pecado, seguirá viviendo por largos días. Esto es vida eterna. Piense que si mientras vivió en este mundo, rodeado del mal y de gente pecadora, no cometió pecado ni hubo engaño en su boca; mientras viva rodeado de los salvados, gente que viva para Dios, entonces tampoco hará pecado. Tendrá mayores razones al estar rodeado del fruto de la aflicción de su alma y les pastoreará por largos días.
Es la forma de expresar la idea de inmortalidad, pues de Dios también así lo refiere el profeta Isaías.
Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente.Daniel 7:9.
Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.Daniel 7:13.
Vemos en esta visión que el anciano de días representa a Dios y el hijo de hombre representa a Jesucristo, que se acerca al anciano de días. Esta expresión “anciano de días” hace referencia a la eternidad de Dios, a su inmortalidad y a su inmutabilidad.
Dios no cambia, no se envejece, por lo tanto no pueden verse en él los cambios que vemos acá en la tierra en el físico o cuerpo de las personas, por lo que los podemos identificar como ancianos o viejos: arrugas, paso lento, encorvado, tembloroso, entre otras cosas. Al usted ver estas características usted dice que esa persona está vieja o es anciana. Esto no aplica para Dios. Dios no se envejece en su apariencia, en su semblanza.
¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.Isaías 40:28.
Pero ¿Cuántos años tiene? La biblia nos enseña que es anciano de días. No anciano de cuerpo, sino de existencia. De la misma forma que se refiere a la existencia de nuestro Señor Jesucristo posterior a ser resucitado por Dios,Vivirá por largos días.
Este es el propósito de Dios para con cada uno de nosotros; que podamos llegar a vivir por largos días. Que no pasemos por la muerte segunda, que no muramos eternamente. Nos ofrece vida eterna y por eso habla de hacer un pacto eterno.
Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David.Isaías 55:3.
Vemos que Dios ofrece darle vida a nuestra alma; pues estando en pecado pesa sobre el alma la sentenciael alma que pecare morirá. Pero, al inclinar nuestro oído y oír las palabras de Dios para hacer su voluntad, entonces Dios ofrece darnos vida. Por esto, nuestro Señor Jesucristo dijo lo que es necesario para obtener esta vida eterna, vivir en inmortalidad:
a)De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte. Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y dices: El que guarda mi palabra, nunca sufrirá muerte.Juan 8:51-52.
b)Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente.Juan 11:26.
c)Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.Juan 6:51.
d)Éste es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente.Juan 6:58.
Al escuchar las palabras que habló Jesucristo y guardarlas en nuestro corazón para ponerlas por obra, entonces viviremos por largos días, no pasaremos por la muerte segunda, esto es inmortalidad; Y sabemos que las palabras de Jesucristo no eran de él, sino del Padre que le envió.
El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.Juan 14:24.
Por lo tanto, al guardar la palabra de Jesucristo estamos guardando las palabras de su Padre, las palabras de aquel que envió a Jesucristo. Son las palabras de Dios las que dan vida.
Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.Deuteronomio 8:3.
Tondo el que vive y cree en Jesucristo no pasará por la segunda muerte, la del alma. Es la segunda muerte, la muerte eterna. El que cree en Jesucristo, no morirá eternamente.
Si amas la vida, y quieres inmortalidad, debes aceptar lo que Dios está proponiendo. Dios concede vida eterna a los que buscan inmortalidad, a los que buscan no morir eternamente. No morir eternamente es inmortalidad.
el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad,Romanos 2:6-7.

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