Jehová
es mi Pastor
Salmos
23:1.
“Jehová es mi pastor;
nada me faltará.”
Es
frecuente
en
nuestros
tiempos
escuchar
como
en
las
iglesias
grandes
existe
una
jerarquización
en
los
cargos,
que
ha
alcanzado
hasta
la
misma
figura
del
pastor.
Ahora
encontramos
pastor
de
jóvenes
y
pastor
de
cada
ministerio
que
establece
cada
iglesia,
pero
todos
ellos
están
sujetos
a
un
Pastor
Principal,
a
quien
le
dan
cuenta
por
el
desempeño
ministerial.
Esto
ocurre
en
el
ámbito
terrenal,
en
la
estructura
de
las
iglesias
u
organizaciones.
Pero,
¿Y
en
el
ámbito
Espiritual?
¿Quién
es
su
Pastor?
¿Tendrá
el
pastor
principal
un
pastor?
¿Quién
es
el
pastor
a
quien
usted
le
da
cuenta?
Si
hubo
alguien
que
lo
tenía
bien
claro
fue
David.
Al
escribir
el
Salmo
23,
podemos
leer
que
dice:
“Jehová
es
mi
pastor;
nada
me
faltará.”
Salmo
23:1.
¿Dejó
esto
de
ser
así?
¿Ya
no
tiene
validez?
Permítame
mostrarle
por
la
escritura
que
aún
esto
es
verdad,
sigue
siendo
así.
Es
el
Dios
Todopoderoso
quien
era,
es
y
seguirá
pastoreando
a
cada
uno
de
aquellos
que
pongan
su
confianza
en
él.
Pero
debemos
entender
cómo
trabaja
Dios.
Dios
delega,
encarga
hacer
el
trabajo
pastoral
en
los
instrumentos
que
él
quiera
escoger.
¿Escogería
usted
a
un
impío
para
encargarlo
como
Pastor?
Yo
sé
que
no
lo
haría;
¿Pero
qué
haría
Dios?
“He
aquí
que
Jehová
el
Señor
vendrá
con
poder,
y
su
brazo
señoreará;
he
aquí
que
su
recompensa
viene
con
él,
y
su
paga
delante
de
su
rostro.”
Isaías
40:10.
“Así
dice
Jehová,
tu
Redentor,
que
te
formó
desde
el
vientre:
Yo
Jehová,
que
lo
hago
todo,
que
extiendo
solo
los
cielos,
que
extiendo
la
tierra
por
mí
mismo;
que
deshago
las
señales
de
los
adivinos,
y
enloquezco
a
los
agoreros;
que
hago
volver
atrás
a
los
sabios,
y
desvanezco
su
sabiduría.
Yo,
el
que
despierta
la
palabra
de
su
siervo,
y
cumple
el
consejo
de
sus
mensajeros;
que
dice
a
Jerusalén:
Serás
habitada;
y
a
las
ciudades
de
Judá:
Reconstruidas
serán,
y
sus
ruinas
reedificaré;
que
dice
a
las
profundidades:
Secaos,
y
tus
ríos
haré
secar;
que
dice
de
Ciro:
Es
mi
pastor,
y
cumplirá
todo
lo
que
yo
quiero,
al
decir
a
Jerusalén:
Serás
edificada;
y
al
templo:
Serás
fundado.”
Isaías
44:24-28.
“En
el
primer
año
de
Ciro
rey
de
Persia,
para
que
se
cumpliese
la
palabra
de
Jehová
por
boca
de
Jeremías,
despertó
Jehová
el
espíritu
de
Ciro
rey
de
Persia,
el
cual
hizo
pregonar
de
palabra
y
también
por
escrito
por
todo
su
reino,
diciendo:
Así
ha
dicho
Ciro
rey
de
Persia:
Jehová
el
Dios
de
los
cielos
me
ha
dado
todos
los
reinos
de
la
tierra,
y
me
ha
mandado
que
le
edifique
casa
en
Jerusalén,
que
está
en
Judá.”
Esdras
1:1-2.
Ciro,
rey
de
los
persas,
no
era
del
pueblo
de
Dios
pero
estaba
dispuesto
a
ser
instrumento
para
honra
de
Dios.
Dios
encarga
a
aquel
que
le
sirve
para
su
propósito.
Isaías
describe
que
Jehová
Dios
dijo
de
Ciro:
“Es mi pastor, y
cumplirá todo lo que yo quiero,…”.
Acá
podemos
ver
que
es
voluntad
de
Dios
establecer
pastor,
que
estén
bajo
la
voluntad
de
Dios
y
dispuesto
a
hacer
lo
que
Dios
quiera
hacer.
Jehová
Dios,
como
pastor
principal,
quien
da
la
orden
y
a
quien
se
le
rinde
cuenta
y
Ciro
como
pastor
asociado
o
agregado.
Debo
hacer
también
la
observación
que
hay
pastores
que,
luego
de
haber
sido
llamados
por
Dios
para
ejercer
el
ministerio
se
apartan,
abandonan
la
dirección
de
Dios;
por
lo
tanto
Dios
los
abandona.
“Los
sacerdotes
no
dijeron:
¿Dónde
está
Jehová?
y
los
que
tenían
la
ley
no
me
conocieron;
y
los
pastores
se
rebelaron
contra
mí,
y
los
profetas
profetizaron
en
nombre
de
Baal,
y
anduvieron
tras
lo
que
no
aprovecha.
Por
tanto,
contenderé
aún
con
vosotros,
dijo
Jehová,
y
con
los
hijos
de
vuestros
hijos
pleitearé.”
Jeremías
2:8.
“Porque
los
pastores
se
infatuaron,
y
no
buscaron
a
Jehová;
por
tanto,
no
prosperaron,
y
todo
su
ganado
se
esparció.”
Jeremías
10:21.
“Así
ha
dicho
Jehová
el
Señor:
He
aquí,
yo
estoy
contra
los
pastores;
y
demandaré
mis
ovejas
de
su
mano,
y
les
haré
dejar
de
apacentar
las
ovejas;
ni
los
pastores
se
apacentarán
más
a
sí
mismos,
pues
yo
libraré
mis
ovejas
de
sus
bocas,
y
no
les
serán
más
por
comida.”
Ezequiel
34:10.
Asaf
se
refiere
a
Jehová
Dios
no
solamente
como
su
pastor,
sino
que
también
lo
es
del
pueblo
de
Israel
pues
él
era
parte
del
pueblo,
al
exclamar
en
el
Salmo:
“Oh
Pastor
de
Israel,
escucha;
Tú
que
pastoreas
como
a
ovejas
a
José,
Que
estás
entre
querubines,
resplandece.
Despierta
tu
poder
delante
de
Efraín,
de
Benjamín
y
de
Manasés,
Y
ven
a
salvarnos.”
Salmos
80:1-2.
De
manera
que
la
figura
principal
de
Pastor
fue,
es
y
será
Jehová
Dios
de
los
Ejércitos.
Este
es
una
función
para
siempre.
“Jehová
te
pastoreará
siempre,
y
en
las
sequías
saciará
tu
alma,
y
dará
vigor
a
tus
huesos;
y
serás
como
huerto
de
riego,
y
como
manantial
de
aguas,
cuyas
aguas
nunca
faltan.”
Isaías
58:11.
Pero
hay
que
entender
como
ejerce
Dios
esta
función.
Algunos
quieren
que
el
mismísimo
Dios
en
persona
venga
a
pastorearles
y
por
eso
no
aceptan
a
nadie
como
pastor,
y
esto
lo
hacen
porque
no
conocen
a
Dios
ni
su
forma
de
trabajo.
Si
yo
le
preguntare
quien
pastoreó
a
Israel
en
el
desierto
¿Dios
o
Moisés?
¿Y
si
la
respuesta
fuere
Dios
por
medio
de
alguien
más?
Veamos
que
dice
las
escrituras.
“El
Espíritu
de
Jehová
los
pastoreó,
como
a
una
bestia
que
desciende
al
valle;
así
pastoreaste
a
tu
pueblo,
para
hacerte
nombre
glorioso.”
Isaías
63:14.
Sin
duda
no
se
refiere
de
moisés
como
el
Espíritu
de
Jehová,
pero
la
figura,
el
líder
que
estuvo
al
frente
del
pueblo
fue
Moisés.
¿Dónde
estaba
el
Espíritu
de
Jehová?
Dentro
de
Moisés.
Moisés
fue
el
caudillo
que
lleno
del
Espíritu
de
Dios
guió
al
pueblo
de
Israel
en
el
desierto.
Dios
con
su
Espíritu,
por
mano
de
moisés
pastoreó
al
pueblo
de
Israel.
“Y
Moisés
los
contó
conforme
a
la
palabra
de
Jehová,
como
le
fue
mandado.”
Números
3:16.
Hay
en este versículo el sistema utilizado. Dios le ordena a Moisés y
este a su vez mandaba al pueblo. Esta es la función de un pastor
encargado.
Moisés
fue el Pastor escogido por Dios para guiar al pueblo. Para llevar a
cabo esta tarea, Dios colocó en Moisés de su Santo Espíritu.
“Y
yo
descenderé
y
hablaré
allí
contigo,
y
tomaré
del
espíritu
que
está
en
ti,
y
pondré
en
ellos;
y
llevarán
contigo
la
carga
del
pueblo,
y
no
la
llevarás
tú
solo.”
Números
11:17.
Así
hizo Dios con cada pastor que levantó en el pueblo de Israel para
que los guiase; pero estos a su vez estaban bajo la responsabilidad
del pastor principal Jehová Dios de Israel.
Este
sistema
no
es
nuevo;
y
seguirá
siendo
la
forma
que
Dios
usa
para
guiar
al
pueblo.
“y
os
daré
pastores
según
mi
corazón,
que
os
apacienten
con
ciencia
y
con
inteligencia.”
Jeremías
3:15.
En
este propósito, de poner pastores para el pueblo, Dios promete que
levantará un pastor, que ejerza esta función:
“Y
levantaré
sobre
ellas
a
un
pastor,
y
él
las
apacentará;
a
mi
siervo
David,
él
las
apacentará,
y
él
les
será
por
pastor.”
Ezequiel
34:23.
¿A
quién
se
refiere
aquí
el
profeta
Ezequiel?
¿Al
salmista
David
o
alguien
más?
Pues
Ezequiel
vivió
muchos
años
después
de
haber
muerto
David.
¿De
quién
habla
entonces?
Está
es
una
referencia
profética
acerca
de
Nuestro
Señor
Jesucristo;
del
linaje
de
David,
de
quien
en
las
escrituras
se
refiere
como
Hijo
de
David,
que
se
sentará
en
su
trono.
“Éste
será
grande,
y
será
llamado
Hijo
del
Altísimo;
y
el
Señor
Dios
le
dará
el
trono
de
David
su
padre;”
Lucas
1:32.
Este
hará que todos andemos en los caminos de Jehová Dios de Israel.
“Mi
siervo
David
será
rey
sobre
ellos,
y
todos
ellos
tendrán
un
solo
pastor;
y
andarán
en
mis
preceptos,
y
mis
estatutos
guardarán,
y
los
pondrán
por
obra.”
Ezequiel
37:24.
Como
esta,
muchas
otras
profecías
donde
nos
muestran
a
Jesucristo
como
el
Pastor
que
Dios
levantará.
“Levántate,
oh
espada,
contra
el
pastor,
y
contra
el
hombre
compañero
mío,
dice
Jehová
de
los
ejércitos.
Hiere
al
pastor,
y
serán
dispersadas
las
ovejas;
y
haré
volver
mi
mano
contra
los
pequeñitos.”
Zacarías
13:7.
Consciente
que
estas
profecías
hablaban
de
él
es
que
Jesucristo
se
da
a
conocer
a
los
judíos,
pero
estos
al
igual
que
algunos
hoy
no
entendieron
las
palabras
que
Jesús
les
dijo:
“Yo
soy
el
buen
pastor;
el
buen
pastor
su
vida
da
por
las
ovejas.”
Juan
10:11.
¡Qué
gran
declaración!
¿A
que
se
estaba
refiriendo
Jesucristo?
¿Acaso
estaba diciendo que él era el mismo que David llamó pastor? No;
Jesucristo estaba diciendo que él es el pastor del que habló Jehová
Dios que levantaría, al Hijo de David, quien haría todo lo que
Jehová le dijera. Jesucristo es el Pastor de Dios, el que Dios
levantó para pastorearnos. Por esto Jesús dijo, refiriéndose a
nosotros:
“También
tengo
otras
ovejas
que
no
son
de
este
redil;
aquéllas
también
debo
traer,
y
oirán
mi
voz;
y
habrá
un
rebaño,
y
un
pastor.”
Juan
10:16.
Ahora
bien
¿Hay
dos
pastores?
Si;
Jehová
Dios
es
el
pastor
Principal
y
Jesucristo
es
el
Pastor
Asociado.
Uso
estos
términos
confiando
en
que
usted
conozca
este
sistema;
además
que
es
la
realidad:
Jesucristo
es
pastor
por
orden
de
Jehová
Dios
quien
es
el
Pastor
de
todos.
Pero
luego que Jehová Dios resucitó a Jesucristo de entre los muertos,
vemos que este se consigue con Pedro y le da una orden:
“Volvió
a
decirle
la
segunda
vez:
Simón,
hijo
de
Jonás,
¿me
amas?
Pedro
le
respondió:
Sí,
Señor;
tú
sabes
que
te
amo.
Le
dijo:
Pastorea
mis
ovejas.”
Juan
21:16.
De
manera
que
Jesucristo
está
delegando
en
los
discípulos
la
función
pastoral;
los
designa
como
pastor,
al
menos
eso
le
dijo
a
Pedro.
Nos
encontramos así que no solo hay dos pastores: Jehová Dios y nuestro
Señor Jesucristo, sino que ahora la función pastoral cae sobre los
que reciben el ministerio con este don en particular.
“Y
él
mismo
constituyó
a
unos,
apóstoles;
a
otros,
profetas;
a
otros,
evangelistas;
a
otros,
pastores
y
maestros,
a
fin
de
perfeccionar
a
los
santos
para
la
obra
del
ministerio,
para
la
edificación
del
cuerpo
de
Cristo,”
Efesios
4:11-12.
Como
todo
lo
que
hace
Dios,
siempre
con
un
propósito,
le
da
orden
a
Jesucristo
que
ordene
pastores
con
el
fin
de
perfeccionar
a
los
santos.
Vemos
así
la
función
pastoral
delegada
desde
Jehová
Dios
a
Nuestro
Señor
Jesucristo
y
este
a
su
vez
lo
delegó
en
los
creyentes
que
reciben
este
ministerio;
y
Jesucristo
es
constituido
como
líder
de
estos
pastores.
“Y
cuando
aparezca
el
Príncipe
de
los
pastores,
vosotros
recibiréis
la
corona
incorruptible
de
gloria.”
1ra
de
Pedro
5:4.
Hago
el
énfasis
en
que
Jesucristo
permanece
como
pastor,
a
pesar
de
que
otros
también
ejercen
el
pastorado,
para
que
no
se
nos
olvide
que
esto
será
así
aún
después
que
ya
no
estemos
más
en
esta
tierra.
Ejerce
Jesucristo
el
principado
entre
los
pastores.
A
Jehová
Dios
le
ha
placido
delegar
a
Jesucristo
como
el
líder
que
nos
pastoreará
por
la
eternidad.
“porque
el
Cordero
que
está
en
medio
del
trono
los
pastoreará,
y
los
guiará
a
fuentes
de
aguas
de
vida;
y
Dios
enjugará
toda
lágrima
de
los
ojos
de
ellos.”
Apocalipsis
7:17.
Pero
esto
no
anula
el
ministerio
pastoral.
El
Apóstol
Pablo
nos
lo
recuerda
de
esta
manera:
“Obedeced
a
vuestros
pastores,
y
sujetaos
a
ellos;
porque
ellos
velan
por
vuestras
almas,
como
quienes
han
de
dar
cuenta;
para
que
lo
hagan
con
alegría,
y
no
quejándose,
porque
esto
no
os
es
provechoso.”
Hebreos
13:17.
No
menosprecie
a
los
pastores
que
hacen
bien
su
trabajo,
los
que
están
bajo
la
dirección
de
Jehová
Dios.
Téngale
en
alta
estima.
Incluso,
que
cuando
ya
no
estén
no
sean
un
simple
recuerdo
de
cómo
era,
como
predicaba,
sino
que
pueda
recordar
sobre
todo
la
palabra
que
trajo
de
parte
de
Dios;
pues
no
es
solo
su
conducta
si
no
que
la
palabra
venga
directa
de
Dios,
para
nuestra
edificación,
para
nuestro
crecimiento.
Si
usted
difiere
en
sus
enseñanzas,
pregúntese
¿Por
qué
el
pastor
cree
así?
Si
está
puesto
por
Dios
¿Será
que
Dios
le
ordenó
predicar
de
esa
forma
y
esas
palabra?
No
menosprecie
las
enseñanzas.
“Acordaos
de
vuestros
pastores,
que
os
hablaron
la
palabra
de
Dios;
considerad
cuál
haya
sido
el
resultado
de
su
conducta,
e
imitad
su
fe.”
Hebreos
13:7.
Tampoco
crea todo sin comprobarlo por las Sagradas Escrituras con la ayuda
del Espíritu de Dios. Hacer esto no es malo.
“Y
éstos
eran
más
nobles
que
los
que
estaban
en
Tesalónica,
pues
recibieron
la
palabra
con
toda
solicitud,
escudriñando
cada
día
las
Escrituras
para
ver
si
estas
cosas
eran
así.”
Hechos
17:11.
Jehová
Dios
sigue
siendo
nuestro
Pastor
como
lo
fue
de
David,
y
él
nos
levantó
a
Jesucristo
como
el
buen
Pastor,
que
dio
su
vida
por
las
ovejas
y
nos
ha
encargado
pastores
que
apacienten
las
ovejas
de
Jesucristo
hasta
que
Dios
envíe
a
Jesucristo
a
buscarnos.