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El castigo está precedido de un juicio

El castigo está precedido de un juicio.
Juan 7:51.
¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho?”
Si algo debemos tener bien claro es que en Dios no hay injusticia. Ha establecido día y momento para dar recompensa. Pensar que los que ya murieron, y habían hecho lo bueno, ya están en las moradas eternas o como algunos dicen: en el cielo, y otros en el paraíso, sin haber pasado por un tribunal, es contradecir las escrituras. Significa que Dios les dio la recompensa incluso antes que a Abraham. De igual modo, pensar que tan pronto como mueren los malos ya empiezan a ser castigados es llevarle la contraria a lo establecido por Dios.
“Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros.” Hebreos 11:39-40.
La clave está en ver que dice: “…que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros…” Ellos están esperando para recibir junto con nosotros la recompensa. No están en el cielo o paraíso celestial siendo consolados.
De la misma forma, los que hicieron lo malo tampoco están en el infierno, ni siendo atormentados. El Dios de justicia, ¿hará menos que las leyes terrenales? Mire usted lo que expresó Nicodemo: “Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho” Es necesario que primero pasemos por el juicio. Nadie recibirá la recompensa, sea castigo o sea reposo, antes de ser juzgados.
“Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,” Hebreos 9:27.
El Juicio es el punto de partida para la recompensa; incluso para aquellos que murieron en pecado, como fue el caso de los de Sodoma y Gomorra:
“Y si en algún lugar no os recibieren ni os oyeren, salid de allí, y sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, para testimonio a ellos. De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para los de Sodoma y Gomorra, que para aquella ciudad.” Marcos 6:11.
“Y os digo que en aquel día será más tolerable el castigo para Sodoma, que para aquella ciudad.” Lucas 10:12.
“Por tanto, en el juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón, que para vosotras.” Lucas 10:14.
Ese día es cuando Jesucristo se siente para juzgar. Ya está establecido que es Jesucristo quien será el Juez. Es él a quien Dios ha establecido para juzgar.
“Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos.” Hechos 10:42.
“por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.” Hechos 17:31.
“Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.” 1ra Corintios 4:5.
Si vemos el relato de Mateo, donde habla de recompensa, la biblia lo menciona como un evento en futuro: “…Irán al castigo…” y no dice regresarán al castigo o seguirán en castigo; como si ya, inmediatamente después de muertos, estuviesen siendo castigados o que los salvados ya estén en la vida eterna.
“E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.” Mateo 25:46.
Es de notar que, aún los demonios saben que el tormento empieza cuando Jesucristo venga a juzgar. Cuando nuestro señor Jesucristo se encontró con el endemoniado de Gadára, los demonios le dijeron:
“Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?” Mateo 8:29.
De manera que el tormento tiene su tiempo establecido. Hoy por hoy no hay nadie de los que han muerto en pecado que esté siendo atormentado, ni de los que han muerto perdonados que estén siendo consolados. En estos dos grupos no entra Nuestro Señor Jesucristo, ya que Dios le resucitó de entre los muertos, está vivo. Jesucristo ni murió en pecado ni necesitó ser perdonado. Jesucristo murió por los pecados de la humanidad, no por algún pecado suyo propio.
Es necesario que esperemos el día donde seremos juzgados. No se adelante, ni meta a nadie en el cielo ni tampoco a alguien en el infierno. Es frecuente, en los servicios fúnebres, escuchar decir que la persona que murió ya está en el cielo; claro está es difícil escuchar que alguien diga que el que murió ya está en el infierno. Esto no es más que buscando congraciarse con los familiares del difunto, pues la palabra de Dios nunca afirma que el que va muriendo va subiendo al cielo. Los muertos estarán, a la espera del juicio, todos en el Seol o hades hasta que sea el día para ser juzgados.
“por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.” Hechos 17:31.
“Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; porque no hay acepción de personas para con Dios. Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.” Romanos 2:5:13.
Vemos que dice que Jesucristo viene a hacer un juicio, con dos tipos de recompensa. Pagará a unos con: vida eterna, gloria, honra y paz para los buenos. Estos serán justificados. A otros pagará con ira y enojo, y tribulación y angustia sobre los malos. Estos perecerán.
“Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).” 2da Tesalonicenses 1:6-10.
Ciertamente, para unos hay tribulación, eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder. Mientras que para otros hay reposo, consolación.
“E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.” Mateo 25:46.
¿Pero cuándo? ¿Inmediatamente después de la muerte? No; cuando se manifieste el Señor con los ángeles de su poder; cuando regrese.
Esta recompensa tendrá validez por un periodo de mil años, por eso habla de eternidad. La sentencia no podrá ser cambiada. Es después de este periodo que se dará el juicio en el gran trono blanco, con Jehová Dios como Juez.
El juicio del tribunal de Cristo no es sólo para los salvados. En el versículo ocho, dice: para dar retribución,
  1. A los que no conocieron a Dios.
  2. Ni obedecen al evangelio de Nuestro Señor.
Contra ellos vendrá con llama de fuego, y la condena es pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del señor y de la gloria de su poder.
Igualmente, da a entender que la intensidad del castigo va a ser diferente para unos que para otros. Aún cuando vayan al mismo lugar para ser castigados, la intensidad del castigo es diferente.
“Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles. Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.” Lucas 12:45-48.
De igual modo, con los que no son considerados siervos:
“Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies. De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad.” Mateo 10:14-15.
Cabe destacar que también los de Sodoma y Gomorra, en ese día de juicio, serán presentados para ser juzgados. Para esto deben ser resucitados, y ellos no van a resucitar para vida pero estarán en la primera resurrección.
“Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.” Daniel 12:2.
También estos serán presentados.
“Ve, pues, ahora, lleva a este pueblo a donde te he dicho; he aquí mi ángel irá delante de ti; pero en el día del castigo, yo castigaré en ellos su pecado.” Éxodo 32:34.
El día de la resurrección, cuando Jesucristo venga a juzgar, no solo los salvados resucitarán. Se levantarán todos aquellos que van a ser juzgados.
“No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.” Juan 5:28-29.
El juicio no es inmediatamente al morir, sino en el día postrero.
“El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.” Juan 12:48.
Cuando habla de eterno, por ejemplo: castigo eterno, no se refiere a interminable. Si el fuego que los ha de atormentar es el fuego de Dios, entonces es el fuego eterno.
“como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.” Judas 1:7.
“Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra.” Génesis 19:24-25.
No podemos pensar que el fuego que cayó sobre Sodoma y Gomorra aun está quemando estas ciudades. Lo que dice es que el fuego de Dios cayó sobre ellas  y las consumió. El castigo es eterno porque es de parte de Dios, provisto por las herramientas que Dios ha diseñado para atormentar, ya sea fuego u otro elemento.
No hay forma de que podamos escapar del juicio de Dios. Así como ha determinado darnos vida del mismo modo ha determinado que juzgará las almas por lo que han hecho mientras estaban en el cuerpo. No podemos dejarnos llevar por el sentimentalismo, ni dejarnos engañar por los que quieren ver solo una cara de Dios; él es amor pero también es fuego consumidor.
“porque nuestro Dios es fuego consumidor.” Hebreos 12:29.
¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando fueres juzgado. Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre.) En ninguna manera; de otro modo, ¿cómo juzgaría Dios al mundo?Hebreos 3:3-6.
Estamos a la espera de los justos juicios de Dios quien, de forma imparcial, dará el pago y entonces si podremos hablar de tormento y de consolación. Tenga un poco de calma, ya está pronto a llegar el día.

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