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El infierno

El infierno.
Marcos 9:45.
“Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.”
Al leer en la Biblia diferentes versículos que hacen referencia al infierno, encontraremos algunos que dan la impresión que la palabra infierno no es un lugar sino una situación o condición penosa de tormento, una vivencia o experiencia; sin embargo, infierno es ambas cosas: tanto un lugar como una experiencia. Quien sea lanzado en el infierno experimentará el infierno ¿Qué otra cosa podría experimentar? Será lanzado para pasar por una experiencia traumática, de tormento. Ser echado en el infierno es ser puesto en un lugar para ser atormentado. Así, infierno viene a ser equivalente a tormento, aunque el tormento no necesariamente tenga que ser con fuego.
El infierno como lugar.
Es un sitio, espacio real, pero cabe destacar que allí hasta el sol de hoy no ha ido o sido echado ningún ser humano. Es un espacio de confinamiento, de donde por voluntad propia no se puede ni entrar ni salir.  La razón para esto es que la biblia así lo relata.
“Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado,” Marcos 9:43.
Se relata que es un lugar de tormento, aun cuando no siempre el tormento se refiere a fuego. Un lugar con experiencias aterradoras como lo es “lloro y crujir de diente”
“Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.” Mateo 22:13.
Infierno como experiencia.
Cuando hablamos del infierno como experiencia, hacemos alusión a la vivencia por la que pasarán en el lugar llamado infierno: habrá llanto, dolor, crujir de dientes, entre otras cosas. Sabiendo, de antemano, que cosas experimentarán allá los condenados es que, cuando un ser humano está pasando por un momento difícil en esta tierra, se cataloga su situación como si estuviese en el infierno sin estarlo. Es una proyección, una simple referencia por comparación, pues ningún ser humano ha experimentado aún el infierno. Esto no debe ser causa para llegar a decir que el infierno no existe como lugar, por más que ya sienta que está siendo atormentado. Déjeme decirle que por muy penosa que sea la situación que esté usted viviendo nunca será igual a la experiencia que tendrán los que sean lanzados al lugar llamado infierno.
La referencia de una situación como infierno es simplemente una proyección de lo que ciertamente ocurrirá en un lugar llamado infierno. Del mismo modo que cuando alguien está pasando por un momento placentero, de delicia, se refiere como estar en el paraíso; pero no está en el Paraíso. Aún cuando Paraíso como lugar existe, simplemente se hace una proyección de lo que sabemos se experimentará en aquel lugar; y no por esto se debe negar la existencia del Paraíso.
¿Hay algún infierno hoy?
Cabe destacar que no solo los humanos desobedientes van a ser atormentados. Encontramos que la escritura dice:
“Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio;” 2da Pedro 2:4.
Acá podemos ver a un grupo de ángeles, pecadores, que fueron arrojados al infierno. Pudiésemos pensar, por el pensamiento de la tradición, que están siendo atormentados con fuego, pero no es lo que dice la escritura. Su tormento consiste en estar prisioneros en oscuridad esperando el día del juicio. Están encarcelados de forma preventiva. El simple hecho de impedírseles actuar y estar en oscuridad ya es un tormento para ellos. Usted que puede ver, y está acostumbrado a ir y hacer lo que usted quiera ¿Cómo se sentiría si de repente perdiera la vista y además no pudiese moverse? Hay quienes refieren esta experiencia como para volverse locos.
Vemos que hace alusión a la vivencia dentro de un lugar, dice que están como prisioneros en oscuridad, dentro de un lugar llamado infierno. ¿Por qué digo que es un lugar? Porque dice que fueron arrojados. A pesar de que acá infierno es un lugar, no está refiriéndose al infierno de fuego, al lugar donde han de ser atormentados los humanos desobedientes.
Cabe destacar que a pesar de que son ángeles pecadores, el paso por este lugar de tormento no es parte de la recompensa del juicio al que serán sometidos. Por ser pecadores les espera la destrucción, pero en vida, están siendo atormentados.
¿El Dios de amor va a castigar?
La existencia del infierno ha sido puesta en duda por muchos seres humanos. Ya que no es fácil entender la razón por la que existirá un lugar como este, de tormento. ¿Será que Dios permitirá que alguien pase por un tormento así? No debemos confundir lo que nosotros llamamos amor, que en realidad es alcahuetear, con el verdadero amor. El no creer que Dios castigue es producto de no conocer al Dios verdadero.
Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones; y que da el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le odia, en persona le dará el pago.” Deuteronomio 7:9-10.
Dios, además de amar, es justo. El castigo que recibirán los malos es producto de la justicia de Dios ¿para con quien? Para con todos. Los que hicieron lo bueno recibirán recompensa por lo bueno que hicieron, y los que hicieron lo malo igualmente recibirán recompensa por lo malo que hicieron.
“Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).” 2da Tesalonicenses 1:6-10.
“Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; porque no hay acepción de personas para con Dios.” Romanos 2:5-11.
El amor de Dios se ha manifestado para salvación, y el juicio se manifestará para condenación a todos aquellos que no aceptaron el amor de Dios.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Juan 3:16.
“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,” Tito 2:11-12.
“Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,” Romanos 3:21-22.
¿Cuándo serán atribulados?
Cuando Jesucristo venga como rey de parte de Dios.
“cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).” 2da Tesalonicenses 1:10.
Es interesante ver que no es inmediatamente cuando la persona muere. La creencia popular dice que inmediatamente, cuando una persona muere, son puestos en lugares de reposo o lugares de tormento. Esto no es lo que enseña la sagrada escritura. Es necesario esperar que aquel que Dios ha designado para juzgar a las personas, y darles el pago, se siente para juzgar. Si no ha sido juzgado no puede ser castigado ni recompensado con consuelo. Pero, el hecho de que no sea inmediatamente no debe llevar a alguien a pensar que tampoco va a haber un castigo y una consolación. Todo a su debido tiempo.
Los demonios saben que van a ser atormentados.
Podemos encontrar que unos demonios, hablando por boca de un endemoniado, le dijeron a nuestro señor Jesucristo: “… ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?” Y esto pudiera llevarnos a pensar que no hay hoy por hoy ningún demonio siendo atormentado.
“Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?” Mateo 8:29.
El día llegará donde esos demonios, que le dijeron a Jesucristo que aun no era el tiempo, van a ser encerrados e impedidos para actuar, van a ser enviados al abismo.
En el infierno van a ser echados los que sirven de tropiezo.
Es frecuente ver que los malos viven en este mundo con holgura y que los buenos con gran restricción. Que incluso hay quienes se dedican a poner y servir de tropiezo para los que si quieren buscar de Dios. Encontramos una porción donde se evidencia la recompensa para los que sirven de tropiezo a otro.
“Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.” Mateo 5:29-30.
Esta escritura ha sido tomada para juzgar de forma incorrecta a las personas que nos rodean. De forma figurativa tomamos como mano derecha a una persona de confianza. Pero eso no es lo que dice esta escritura. Debemos aplicarla de forma individual a nuestra vida. Es si nosotros somos ocasión de hacer caer a otro. No es que si otro me va a hacer caer a mí. Si yo por mi ojo puedo ser ocasión de caer a otro, entonces debo quitarlo de mí. Si mi mano derecha es ocasión para hacer caer a otro yo debo quitarla de mí. Esta porción es un llamado a la búsqueda de nuestra transformación, que no seamos tropiezo ni ocasión de tropezar para otro, pues si hacemos tropezar a otro seremos lanzados al infierno.
Todos los que hoy causan tormento, los que causan tribulación, llegará el día donde ellos recibirán lo que ellos han dado.
Cabe destacar que existe una referencia del lago de fuego como infierno, pero se refiere a otro diferente al que irán los malos después del juicio en el tribunal de Cristo y no debe confundirse.
“Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” Mateo 10:28.
Mientras el lugar de tormento que queda en esta tierra, que está separado por una sima del lugar de consolación, el otro infierno, el lago de fuego, está fuera de esta tierra y dentro de él serán lanzados la muerte y el hades, sabiendo que el hades está en esta tierra. Es en el lago de fuego donde se dará destrucción al alma y al cuerpo, donde se extinguirán los malos. ¿Cuánto tormento recibirán los seres que serán lanzados allí mientras se extinguen? No lo sé, solo puedo decirles que el estado final de los que sean lanzados al lago de fuego es la extinción.
“Espera en Jehová, y guarda su camino, Y él te exaltará para heredar la tierra; Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás. Vi yo al impío sumamente enaltecido, Y que se extendía como laurel verde. Pero él pasó, y he aquí ya no estaba; Lo busqué, y no fue hallado. Considera al íntegro, y mira al justo; Porque hay un final dichoso para el hombre de paz. Mas los transgresores serán todos a una destruidos; La posteridad de los impíos será extinguida. Pero la salvación de los justos es de Jehová, Y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia. Jehová los ayudará y los librará; Los libertará de los impíos, y los salvará, Por cuanto en él esperaron.” Salmos 37:34-40.
Nadie ha sido lanzado al lugar de tormento o infierno. Es triste escuchar personas contando que fueron al infierno y que allá vieron al diablo torturando a famosos; esto es producto de su imaginación basada en una tradición de mentira y engaño. El juicio no se ha llevado a cabo y el diablo no va a ser lanzado al mismo lugar de tormento donde irán los seres humanos que serán atormentados. El tormento será por mil años, mientras que el diablo estará encarcelado, atado con cadenas, durante este periodo. Es muy diferente cuando se trate del lago de fuego, en la muerte segunda. Allí serán lanzados para ser destruidos.
La imagen que proyecta la tradición, donde aparece el diablo en el infierno infringiendo castigo a las almas que son lanzadas allí, como si Satanás  fuese el gobernante en el infierno, es totalmente falsa. Cuando los seres humanos hacedores de maldad sean lanzados al infierno, no encontraran allí al diablo pues este estará atado con cadenas por espacio de mil años y su encierro es en el abismo, no en el infierno. El tormento en el infierno es por la llama de fuego, y no porque sean torturados por el diablo y sus demonios; además del hecho de que estarán conscientes no solo del lugar donde están sino de las causas por las que fueron echados allí, pues vienen directamente del juicio.

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