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No impidáis el hablar en lengua


No impidáis el hablar en lengua
1ra Corintios 14:39-40.
“Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas; pero hágase todo decentemente y con orden.”
El uso incorrecto que en la actualidad le han dado al hablar en lengua algunas personas ha causado que haya quien se oponga acérrimamente a este operar del Espíritu de Dios. Ponen en tela de juicio un proceder que, cuando es genuino, es el mismo Espíritu de Dios quien lo motiva e inspira. Esto ocurre sólo porque no están de acuerdo con el uso incorrecto que le han dado algunos, quienes por aprendizaje e imitación, o impulsados por un espíritu de error, engañan a los que no disciernen entre lo bueno y lo malo, lo santo y lo profano.
¿Es correcto hablar en lenguas desconocidas? o ¿Es acaso pecado? Es cada vez más frecuente encontrarse con aquellos que no creen en el hablar en lengua. Quizá lo que ocurre es que les cuesta hacer la distinción entre lo verdadero y lo falso (ver artículo verdadero y lo falso). Es necesario pedir discernimiento de Espíritu para no caer en la trampa del enemigo. Algunos buscan convencer a otros de que es incorrecto hablar en lengua, que no está vigente para el tiempo de hoy, que solo fue para los Apóstoles. Esta clase de razonamiento contradice las escrituras que dice:
“Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;” Marcos 16:17.
Si expresamente dice que estas señales seguirán, debo creer que seguirán, y claramente es para los que creen. Ahora, si tu no crees tampoco busques excusas para impedirle a otro creer.
“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.” Hechos 2:38-39.
La promesa de la que está hablando aquí es del recibir el Espíritu Santo. Si crees en esa promesa entonces se hará efectiva en tu vida. Esa promesa no fue sólo para los Apóstoles ni sólo los judíos. Dice claramente: para cuantos el señor nuestro Dios llamare. Si recibes la promesa entonces debes esperar que también en tu vida se haga manifiesto los dones y las diferentes operaciones del Espíritu Santo.
“Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.” 1ra Corintios 12:7.
Lo primero que debe entender es que el Espíritu Santo o Espíritu de Dios es un Espíritu, no es simplemente una fuerza o poder. Es el Espíritu de Dios. Dios tiene Espíritu, su Santo Espíritu. (Ver los artículos: Dios y su Espíritu y Espíritu y poder no es lo mismo). Este Espíritu conoce y escudriña lo profundo de Dios.
“Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.” 1ra Corintios 2:10-11.
Cuando se habla del espíritu de Dios no se trata de una fuerza, tampoco de un sentimiento ni de un sentir. Dios tiene su propio Espíritu, personal, de él y por medio de su Espíritu obra en toda su creación. No se debe pretender hablar en lenguas si primero no ha sido lleno del Espíritu Santo, pues es el Espíritu de Dios quien dará a nuestro espíritu palabras que hablar.
“Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.” Hechos 2:4.
También alguien puede hablar en lenguas sin antes haber sido lleno del Espíritu Santo, pero esto es hacerlo con su entendimiento y, claro está, es posible pero no es real o autentico. Aún cuando la persona simplemente articula sonidos y no sabe su significado, cuando es hecho por voluntad propia, con su entendimiento o alma, esto no es genuino, no es verdadero, carece de valor espiritual. Repito, por el hecho de que quien escucha no entiende lo que escucha y el que las habla por su propia voluntad, y no por voluntad del Espíritu de Dios, tampoco sabe lo que dice no significa que sean genuinas o verdaderas, no tienen valor espiritual porque no son inspiradas por el Espíritu de Dios y no es el espíritu del hombre el que habla sino que lo está haciendo con el alma.
De igual modo, es necesario saber que se puede hablar en lenguas desconocidas con nuestro entendimiento, sin que esto sea producido por un demonio, como también las lenguas pueden ser inducidas o producto de una posesión demoniaca, pudiendo hablar el demonio por boca de la persona tanto en lenguaje conocido como desconocido por los oyentes; sin embargo no deja de ser una imitación de lo verdadero.
Ahora bien, el Espíritu de Dios es dado a aquellos que le piden a Dios que les dé de su Santo Espíritu.
“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” Lucas 11:13.
“Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.” 1ra Juan 3:24.
“En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.” 1ra Juan 4:13.
Es sólo después que somos llenos del Espíritu de Dios que podemos ver en nuestras vidas el operar del Espíritu a través de nosotros. No confunda el operar del Espíritu en nuestra vida y el operar del Espíritu por medio de nosotros, cuando somos instrumentos.
El Espíritu de Dios fomenta un cambio en nosotros mostrándonos o señalándonos nuestra condición.
“Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.” Juan 16:8-11.
El Espíritu Santo nos muestra que necesitamos cambiar, guiándonos a toda verdad, ayudándonos a hacer morir las obras de la carne y los deseos engañosos del mundo, aún cuando no hayamos sido ungidos con el Espíritu Santo. Todo este trabajo lo hace desde afuera, sin necesidad de que estemos ungidos. Pero, al ser ungidos, llenos del Espíritu de Dios, entonces serviremos de canal para que por medio de nosotros el Espíritu Santo opere, obre diferentes dones.
Las operaciones del Espíritu pueden variar de un individuo a otro, lo que no debemos es impedir que Dios obre con su Espíritu y haga según su voluntad en nosotros y por nosotros.
“Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.” 1ra Corintios 12:4-11.
Podemos ver que el Espíritu tiene diferentes operaciones, es más, dice que él reparte como él quiere. Lo triste es ver que hoy día, en algunos círculos cristianos, le hemos puesto límites humanos al operar del Espíritu. Algunos creen que el Espíritu puede darles sabiduría pero no creen que pueda hacer milagros, o que puede darles fe pero no creen que pueda darles hablar en lenguas o interpretación de lenguas. ¿Acaso el Espíritu hoy día no hace como él quiere? ¿Limitaré a Dios para que no haga su voluntad por medio de su Santo espíritu? ¡Como si Dios estuviese sujeto a nosotros!
La obra del Espíritu de Dios a plenitud  ocurre en aquellos que no se oponen al operar del Espíritu de Dios, los que no resisten al Espíritu.
“¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.” Hechos 7:51.
Esteban, lleno del Espíritu Santo, le dijo a los que le apedrearon hasta causarle la muerte, que ellos estaban resistiendo al Espíritu Santo, así como lo habían hecho sus padres, pues se oponían a lo que Dios estaba haciendo. Así hoy, hay quienes se oponen a que el Espíritu de Dios opere libremente en aquellos que han creído en la promesa del Padre y las cosas que experimentarían por el mover del Santo Espíritu de Dios.
En las sagradas escrituras encontramos que el hablar en lenguas es una operación del Espíritu Santo dentro del ser humano. Es un trato íntimo y personal de Dios por medio de su Espíritu con nuestro espíritu. El Espíritu de Dios le da a nuestro espíritu que hable, le da palabras con las cuales exalta, magnifica al Dios Altísimo.
“Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.” Hechos 2:4.
“cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.” Hechos 2:11.
Es de resaltar que aún cuando es el Espíritu de Dios quien da que hablar, no es el Espíritu Santo quien está pronunciando las palaras que salen de la boca de quien habla. Dice la escritura claramente que es nuestro espíritu el que habla según el Espíritu de Dios le dé que hablar.
“Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto” 1ra Corintios 14:14.
Bendecimos a Dios en otras lenguas con nuestro espíritu (Ver artículo el Ser)
Dios proveyó un mecanismo para cuando estamos en público, si se habla en lengua, podamos saber si son falsas o verdaderas, y es el interpretar las lenguas.
¿Qué necesidad hay de interpretar las lenguas si no viniesen inspiradas por el Espíritu? ¿Cuál es la razón de que sea necesario interpretar las lenguas? ¿Interpretaría el Espíritu de Dios las lenguas siendo que son falsas? Cuando las lenguas son inspiradas por el Espíritu de Dios no hay por que avergonzarse al ser interpretadas, pero cuando es un espíritu diferente entonces queda al descubierto que no está magnificando ni alabando al Dios verdadero.
Mucho más, cuando son sonidos emitidos con el entendimiento pero que carecen de significado no es posible interpretarlas, por lo que queda al descubierto que no son inspiradas por el Espíritu de Dios. La necesidad de interpretar las lenguas, cuando se habla en público, es porque existen las lenguas falsas.
“Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla.” 1ra Corintios 14:13.
Al interpretarlas puedo conocer el mensaje, mensaje este que va dirigido a Dios, no está dirigido a nosotros; y no se trata de que por esto seamos incrédulos, por pedir poder interpretarlas.
El problema de no discernir entre las lenguas dadas por el Espíritu de Dios y unas dadas por un espíritu de engaño es que con las lenguas falsas el enemigo procura maldecir al pueblo de Dios.
Si el hablar en lengua es una operación del Espíritu de Dios, como ciertamente lo es, y yo me opongo al hablar en lenguas entonces estoy oponiéndome al operar del espíritu; estaría resistiendo al espíritu de Dios, y el que resiste al Espíritu de Dios a Dios se opone, pues él es el dueño de su Espíritu.
Este es un terreno bastante peligroso, pues pudiese caer en la blasfemia, blasfemar contra el espíritu de Dios que sabemos no tiene perdón.
“De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean; pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno.” Marcos 3:28-29.
Es de resaltar que, por alguna razón el Apóstol Pablo escribió, inspirado por el Espíritu de Dios, que no impidiéramos el hablar en lenguas. Esto no es casualidad sino que, por el Espíritu Santo, se le permitió a Pablo decir por anticipado lo que iba a ocurrir dentro de algunas congregaciones, personas enseñando en contra del hablar en lenguas, impidiendo que los creyentes pudieses experimentar, de forma genuina, el hablar en lenguas.
Esto tampoco puede ser la escusa para aupar a la gente durante un culto a que hablen en lengua mostrándoles cómo es que se hace. Una cosa es que le enseñemos que es correcto y otra que le incitemos a que, con su entendimiento, pronuncien frases o palabras que no son inspiradas o no provengan por el Espíritu de Dios y hacerles creer que son inspiradas por el Espíritu de Dios. No se puede validar tal conducta.
Si queremos tomar como excusa, para prohibir el hablar en lenguas, el hecho de que por ahí andan algunos desordenadamente usando imitaciones baratas y hablando en público para ser vistos de los demás y mostrarse como más ungidos o santos que los demás, entonces tendríamos que prohibir el orar, que también es hecho por algunos en publico para ser vistos de los demás. Imitadores siempre va a haber y esto no debe asustarnos.
Es importante resaltar que en la biblia encontramos que, tanto para orar como para hablar en lengua, existe la misma restricción o reglamentación; aun cuando hay ocasiones donde se relata de oraciones en público y también se reseña de hablar en otras lenguas en público. Jesucristo dijo:
“Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” Mateo 6:5-6
La recomendación es orar a Dios, para ser visto y escuchado por Dios, por eso dice en secreto, pero no dice que dejemos de orar. Vea lo que dice del hablar en lenguas:
“Si habla alguno en lengua extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno interprete. Y si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios.” 1ra Corintios 14:27-28.
La recomendación es hablar en lenguas para sí mismo y para Dios, pero no dice que dejemos de hablar en lenguas.
Y, más aún, no se trata de que orar en público sea incorrecto sino que se enfoca en la razón por la que lo hacen: “…ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres…” 
Esto es lo mismo que está ocurriendo con muchos de los que hablan en otras lenguas: Las hablan en público para ser vistos de los hombres. Esto es lo que es incorrecto, hacerlo en público para ser vistos de los hombres y se aplica tanto a la oración con el entendimiento como para la oración con el espíritu.
“¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.” 1ra Corintios 14:15.
Y es que el hablar en lenguas es parte de la oración que va dirigida a Dios y no a los hombres.
“Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios.” 1ra Corintios 14:2.
¿Le impediremos a un creyente hablar con Dios en lenguas? Y más aún ¿Le impediríamos a sabiendas que quien le da lo que debe decir en lenguas es el mismo Espíritu de Dios?
Es aún más triste ver como algunos tratan el hablar en lenguas como si fuese un pecado, y no se dan cuenta que al impedir a un creyente el hablar en lengua están contrariando al Espíritu de Dios quien es el que reparte según él quiere.
Hablar en lenguas, inspirados por el Espíritu Santo, no es pecado, antes es un privilegio, el poder comunicarnos con nuestro Dios con las palabras que él, con su Espíritu, inspire a nuestro espíritu.
No se incomode porque oiga a alguien hablar en otras lenguas, ni mucho menos si no las entiende, recuerde que no le está hablando a usted y, si el mensaje es para usted o la congregación entonces Dios proveerá alguien que las interprete. También es importante que usted pueda discernir si esas lenguas son de parte del Espíritu de Dios, pues hay muchos espíritus engañadores, a los cuales usted puede desautorizar y enmudecer si fuese necesario, pues para eso hemos recibido autoridad.
Lo que hay que hacer no es impedir el hablar en lengua sino establecer el orden bíblico “…hágase todo decentemente y con orden…” y estar pendiente por si sale de control hacer la corrección a tiempo.


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