Espíritu y poder ¿Es
lo mismo?
Hechos
10:38.
“cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y
cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo,
porque Dios estaba con él.”
Es frecuente escuchar a algunos decir que, en la
Biblia, hablar del poder de Dios es lo mismo que referirse al Espíritu de Dios.
Pero ¿Realmente es cierto esto? ¿Será Espíritu y poder lo mismo? Es necesario
revisar en las escrituras los versículos que hacen referencia a estos puntos, pues
mientras en el poder hay una demostración de fuerza, una capacidad, el espíritu
es el aliento que tiene la capacidad, es el que dota, transfiere una capacitación,
una condición. Es el Espíritu de Dios el ente ejecutor de Dios, por medio del
cual Dios hace llegar a su creación todos sus atributos, entre ellos manifiesta
su poder.
Hablar de Espíritu para muchos es extraño, incluso sólo
usan la expresión para referirse a demonios como espíritus inmundos. Pero, la
existencia de espíritu es una realidad. Dios, así como creó almas creó también
espíritu (leer artículo “el ser humano” para ver la diferencia entre alma y
espíritu) incluso del alma se refiere en la Biblia muchas veces como espíritu,
especialmente cuando está fuera del cuerpo, cuando es desnudada, pero no debe
confundirse con el espíritu de vida.
“Porque no contenderé para siempre, ni para siempre me enojaré; pues
decaería ante mí el espíritu, y las almas que yo he creado.” Isaías 57:16.
El Espíritu es el ente, la parte de un ser, que tiene
la capacidad de dar y mantener la vida del cuerpo. El espíritu administra el
poder pero no es el poder. El espíritu tiene inteligencia pero no es la
inteligencia. Es la inteligencia algo que le es dado al espíritu; así mismo es
el poder algo que le es dado al espíritu, pero el poder no es el espíritu.
“¿Quién puso la sabiduría en el corazón? ¿O quién dio al espíritu
inteligencia?” Job 38:36.
Entonces, El espíritu es el ente o parte del ser al que
Dios le dio cualidades que manifiesta en el cuerpo y a través del cuerpo.
“La reprensión de mi censura he oído, Y me hace responder el espíritu
de mi inteligencia.” Job 20:3.
El poder, es una de las cualidades que se manifiesta
por medio del Espíritu de Dios, pero el Espíritu no es el poder.
“Y secará Jehová la lengua del mar de Egipto; y levantará su mano con
el poder de su espíritu sobre el río, y lo herirá en sus siete brazos, y
hará que pasen por él con sandalias.” Isaías 11:15.
Algunos ni siquiera se atreven a hablar de espíritu;
mucho menos a hablar del Espíritu de Dios.
En las sagradas escrituras encontramos un episodio
donde, cuando les preguntaron si habían recibido el Espíritu Santo,
respondieron que no les habían hablado antes del Espíritu Santo.
“Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después
de recorrer las regiones superiores, vino a Éfeso, y hallando a ciertos
discípulos, les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos
le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. Entonces dijo:
¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. Dijo
Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que
creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo.
Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y
habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban
en lenguas, y profetizaban. Eran por todos unos doce hombres.” Hechos 19:1-7.
De esta mismo forma hoy, hay muchos que no han oído
hablar del Espíritu de Dios y pon ende no han recibido el bautismo del espíritu
Santo; no creen el la Promesa
del Padre. (Ver artículo Dios y su Espíritu) Ellos no creen que Dios tiene
Espíritu.
“¿No hizo él uno, habiendo en
él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia
para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con
la mujer de vuestra juventud.” Malaquías 2:15.
Dios
tiene Espíritu
El Espíritu de Dios tiene capacidad de administrar
todas las cualidades y virtudes de Dios, el Espíritu Santo conoce lo profundo
de Dios.
“Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu
todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe
las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie
conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.” 1ra Corintios 2:10.
Este Espíritu está en él y también Dios lo envía a toda
la creación. Esta es la razón por la que en algunas partes se refiere al
Espíritu de Dios como su aliento.
“Pero cuando venga el Consolador,
a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del
Padre, él dará testimonio acerca de mí.” Juan 15:26.
“A éstos se les reveló que no
para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son
anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo
enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.” 1ra de Pedro 1:12.
“Envías tu Espíritu, son
creados, Y renuevas la faz de la tierra.” Salmos 104:30.
De igual manera es necesario recalcar que él
espíritu de Dios no es independiente de Dios, no anda de su cuenta, obedece y
hace lo que Dios le ordena hacer. Dios tiene control de su Espíritu. (Ver
artículo Dios y su Espíritu).
“Pero cuando venga el Espíritu de
verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia
cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que
habrán de venir.” Juan 16:13.
Esto nos diferencia de Dios, pues nosotros no tenemos control
de nuestro espíritu. Las acciones de nuestro espíritu son involuntarias, en
otras palabras no dependen de la voluntad de nuestra alma, pero se sujeta a la
voluntad de Dios. Esta es la forma como mantiene la vida del cuerpo, aun cuando
el alma desee la muerte.
“No hay hombre que tenga
potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el
día de la muerte; y no valen armas en tal guerra, ni la impiedad librará al que
la posee.” Eclesiastés
8:8.
El Espíritu
Santo no es una influencia, es el Espíritu de Dios.
Existe una tendencia en algunos grupos religiosos, que
no creen en el Espíritu de Dios, a decir que cuando la biblia habla del Espíritu
de Dios se está refiriendo a una influencia.
El Espíritu no es una influencia sino que produce,
causa influencia en el ser humano. La influencia es producto del actuar del
Espíritu de Dios. Esta influencia no es obligante, no es por la fuerza. Hacer
caso a la influencia que causa el Espíritu de Dios en nuestras vidas es
voluntario; de hecho la humanidad desde sus orígenes se ha resistido a la
influencia del Espíritu de Dios, contiende con él.
“Y dijo Jehová: No contenderá
mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas
serán sus días ciento veinte años.” Génesis 6:3.
El Espíritu Santo no es un sentir, es el Espíritu de Dios.
Hay algunos que se refieren al Espíritu
de Dios como un sentir. De modo que si tu estas o te pones de acuerdo con
ellos, o tienes el mismo parecer u opinión entonces ya tienes el Espíritu de
Dios. Si bien el Espíritu de Dios lo podemos sentir no debemos confundir esto
con el sentir de ir todos en una misma dirección, de tener un mimo objetivo.
“Por lo demás, hermanos, tened
gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz;
y el Dios de paz y de amor estará con vosotros.” 2da Corintios 13:11.
Es Dios por su Espíritu quien nos induce a tener un
mismo sentir, pero no es el Espíritu el sentir; el Sentir es del Espíritu, nos
ayuda a andar en armonía. Si todos hemos sido bautizados por el mismo Espíritu,
y somos guiados por el Espíritu de Dios, entonces todos coincidiremos en los
que hagamos.
“porque Dios es el que en
vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” Filipenses 2:13.
Dios por medio de su Santo Espíritu,
produce el querer y el hacer, y esto es tener un mismo sentir. Vea bien que el
sentir es un efecto que produce Dios por su Santo Espíritu.
No es
fuerza ni poder sino el Espíritu de Dios.
Tanto fuerza como poder son cualidades de Dios que se
ponen de manifiesto por medio de su santo Espíritu.
“Entonces respondió y me habló
diciendo: Ésta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con
ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los
ejércitos.” Zacarías 4:6.
En este texto podemos ver también que Dios y su
Espíritu no son dos personas apartes pero que tampoco es la misma persona,
simplemente el Espíritu es el Espíritu de Dios, es parte de su ser, parte de la
persona de Dios, del cual Dios dice: Mi Espíritu, le pertenece a Dios. No es
que el Espíritu Santo es Dios o un Dios sino un componente del ser de Dios, su
Santo Espíritu.
Si yo le dijera que Dios es tripartito se que se me
escandalizaría, pero nosotros al igual que Dios, de quien tenemos su imagen,
tenemos cuerpo, alma y espíritu. No es que Dios sea Padre, Hijo y Espíritu, eso
nunca, sino que Dios está conformado por cuerpo, alma y espíritu.
El Espíritu es una parte del Ser. Todos los seres que
Dios ha creado y ha hecho conforme a su imagen y semejanza tienen esta
configuración que también le es propia a él; diferenciándose en el cuerpo pues
hay cuerpo espiritual, del cielo y cuerpo animal, de la tierra.
“Y el mismo Dios de paz os
santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo,
sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” 1ra de
tesalonicenses 5:23.
Espíritu y poder es diferente.
Encontramos en las escrituras que existe diferencia
entre espíritu y poder, que el espíritu es portador de poder.
“cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder
a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los
oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.” Hechos 10:38.
El Espíritu Santo fue uno de los contenidos de la
unción con la que Dios ungió a nuestro Señor Jesucristo; el otro es poder.
“Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y
profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre.” 1ra Samuel 10:6.
El Espíritu Santo fue algo que vino sobre Saúl en el
momento de ser ungido rey. Cuando esto ocurrió lo hizo con poder. El poder fue
una manifestación de la presencia del Espíritu de Dios en la vida de Saúl.
“Y cuando llegaron allá al
collado, he aquí la compañía de los profetas que venía a encontrarse con él; y el
Espíritu de Dios vino sobre él con poder, y profetizó entre ellos.” 1ra Samuel 10:10.
“Al oír Saúl estas palabras, el Espíritu de Dios vino sobre él con
poder; y él se encendió en ira en gran manera.” 1ra Samuel 11:6.
Donde Dios envía su Espíritu allí se hace manifiesto,
se hace visible lo invisible de Dios, su poder. El poder de Dios es invisible,
sólo podrá usted ver el resultado, lo que se hizo porque actuó el poder de
Dios, pero el Espíritu de Dios si es visible, el Espíritu se puede ver.
“Porque las cosas invisibles
de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la
creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo
que no tienen excusa.” Romanos 1:20.
“Y yo rogaré al Padre, y os dará
otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad,
al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero
vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os
dejaré huérfanos; vendré a vosotros.” Juan 14:17.
Una fuerza o poder carece de valor
si no hay alguien o algo que lo controle o establezca la intensidad en que se
presenta. Dios, por medio de su Santo Espíritu administra la fuerza, la
intensidad con la que se usará.
El
Espíritu Santo no es una energía, es el Espíritu de Dios.
Lo más cerca de energía en la Biblia es aliento, sin
embargo si no tengo aliento no tengo energía. Esta expresión “energía” no
aparece en la Biblia, por esto se hace imposible relacionar al Espíritu de Dios
con una energía a la luz de las sagradas escrituras.
El espíritu es el aliento, pero es diferente del alma.
Esta es otra
diferencia que es necesario conocer, pues es frecuente ver que los confunden.
“Al soplo de tu aliento se
amontonaron las aguas; Se juntaron las corrientes como en un montón; Los
abismos se cuajaron en medio del mar.” Éxodo 15:8.
“Entonces aparecieron los torrentes
de las aguas, Y quedaron al descubierto los cimientos del mundo; A la
reprensión de Jehová, Por el soplo del aliento de su nariz.” 2da Samuel 22:16.
“Perecen por el aliento de
Dios, Y por el soplo de su ira son consumidos.” Job 4:9.
En el ser humano, el espíritu es esa parte del ser
que Dios puso como lámpara dentro del hombre, en la cual el hombre es incapaz
de ejercer voluntad, por eso no debe confundirse con el alma. El espíritu del
hombre es el espíritu de vida o halito de vida.
“Lámpara de Jehová es el
espíritu del hombre, La cual escudriña lo más profundo del corazón.” Proverbios 20:27.
Cuando Dios soplo en el hombre aliento de vida, en ese
momento le dio vida al cuerpo e inició la vida o llegó a la existencia el alma.
“Entonces Jehová Dios formó al
hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y
fue el hombre un ser viviente.” Génesis 2:7.
El alma es aquella parte del ser que es responsable por
las acciones mientras está en el cuerpo. Esta responsabilidad no es solamente
ante Dios sino también ante las autoridades. Sus acciones son voluntarias.
“Y yo me suscitaré un sacerdote
fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma; y yo le edificaré casa
firme, y andará delante de mi ungido todos los días.” 1ra de Samuel 2:35.
“He aquí que todas las almas son
mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que
pecare, ésa morirá.” Ezequiel 18:4.
“Porque es necesario que todos
nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba
según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea
malo.” 2da de
Corintio 5:10.
Potestad,
poder y Espíritu son diferentes.
De la misma manera que Espíritu y poder no es lo mismo
así debemos hacer distinción entre poder y potestad. Jesucristo le dio potestad
a los discípulos pero les dijo que adicional recibirían poder como consecuencia
de ser bautizados con el Espíritu Santo.
“He aquí os doy potestad
de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os
dañará.” Lucas
10:19.
“pero recibiréis poder,
cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en
Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Hechos 1:8.
Jesucristo fue ungido con Espíritu santo y con
poder pero luego de resucitar dijo que le había sido dada potestad:
“Y Jesús se acercó y les habló
diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.” Mateo 28:18.
Así vemos que la potestad es independiente del Espíritu
de Dios, es simplemente una autoridad que viene por una autorización a hacer.
Dios
prohíbe evocar espíritu de muerto.
Es necesario
que meditemos un poco en esta prohibición que hizo Dios a su pueblo, la de
evocar espíritu de muertos. Está
prohibición se da porque ciertamente es posible hacerlo. ¿Cómo así? Bueno, cuando
Dios dice: No mataras es por existe la posibilidad de Matar. Cuando Dios dice:
No adulteraras es porque existe la posibilidad de adulterar. De la misma forma
cuando prohíbe evocar espíritu de muerto, porque es posible hacerlo pero es
condenado por Dios. La razón es que cuando las personas mueren el alma de esa
persona va al lugar de los muertos (ver articulo espíritu, alma y cuerpo) Es
descabellado pensar que cuando está evocando el espíritu de un muerto se
refiera a llamar el cuerpo, por lo tanto no se está refiriendo al cuerpo;
tampoco algún poder o energía. La escritura enseña que el alma de los muertos
está durmiendo en la parte mas profunda de la tierra, en el abismo. Evocar el
espíritu de un muerto es despertarlo.
“o, ¿quién descenderá al abismo?
(esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos).” Romanos 10:7.
“Porque como estuvo Jonás en el
vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre
en el corazón de la tierra tres días y tres noches.” Mateo 12:40.
“Tampoco queremos, hermanos, que
ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como
los otros que no tienen esperanza.” 1ra Tesalonicenses 4:13.
Pensar que poder es igual a espíritu trae como
inconveniente que la prohibición que Dios hizo no tenga sentido. Así que piense
¿Haría Dios algo sin sentido?
“Y el hombre o la mujer que
evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de morir;
serán apedreados; su sangre será sobre ellos.” Levítico 20:27.
¿Estaría usted evocando el poder de un muerto?
¿Acaso un muerto tiene poder?
La prohibición de Dios es referente al espíritu del
muerto ¿Evocar espíritu de muerto? Es de saber que este espíritu no se refiere
al espíritu de vida, que le da vida al cuerpo sino al alma que está durmiendo
en el seól esperando el día que Jesucristo le despierte para ser juzgado; el
alma despojada del cuerpo también es conocida como espíritu.
No estamos autorizados para hacer despertar un alma
que espera el día de la resurrección, a menos que oremos a Dios y él en su
misericordia haga volver el alma de alguien que haya muerto. En este caso
estamos hablando de hacer resucitar a alguien que ha muerto. En el caso de la
evocación de espíritu de un muerto no es para resucitarlo sino para comunicarse
con el que ya está muerto; para esto no tenemos permiso de parte de Dios.