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Cuando vengas en tu reino


Cuando vengas en tu reino
Lucas 23:42
“Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.”
Es tremendo ver como personas de quienes no se esperaría que tuviesen un conocimiento amplio de Jesucristo mostraron saber quien es este ser y las cosas que haría. Un ejemplo de esto lo podemos ver con uno de los que murió colgado en una cruz al lado de nuestro Señor Jesucristo. Este hombre dijo algo que debe llamarnos a reflexión, puesto que es una gran verdad: “…acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.”
Hay en sus palabras, al menos, tres elementos que nos hablan del conocimiento de Jesucristo que tenía este hombre. Pone en evidencia que tenía el conocimiento de eventos futuros. Que Jesucristo habría de regresar y que cuando esto aconteciese Jesucristo estaría en una posición para hacer algo por éste hombre.
a) Acuérdate de mí.
“Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.”
Esta expresión también la encontramos en un evento ocurrido con uno de los prototipos de Cristo, en José, quien estando encerrado en una cárcel Dios le da el privilegio de conocer la interpretación del sueño que había tenido el copero.
Y le dijo José: Ésta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días. Al cabo de tres días levantará Faraón tu cabeza, y te restituirá a tu puesto, y darás la copa a Faraón en su mano, como solías hacerlo cuando eras su copero. Acuérdate, pues, de mí cuando tengas ese bien, y te ruego que uses conmigo de misericordia, y hagas mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa.” Génesis 40:12-14.
Luego que José le da la interpretación del sueño le dice: “…Acuérdate, pues, de mí cuando tengas ese bien…” Ciertamente hay en José la seguridad de que este hombre va a ser restituido en su cargo y tendrá la oportunidad de hablarle de él al faraón.
Cuando el hombre, que está colgado en una cruz al lado del Señor Jesucristo, le dirige la expresión: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” está poniendo en evidencia un acontecimiento futuro, donde Jesucristo tendrá la autoridad para hacer algo con este hombre.
Cuando Jesucristo regrese habrá una resurrección masiva de personas que se presentarán delante de Jesucristo para ser juzgadas.
“No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.” Juan 5:28
Lo que le está pidiendo es que le tome en cuenta el hecho de haber reconocido sus faltas, y es que este es el primer paso para obtener el perdón, reconocer que se ha fallado. Mire lo que este hombre le dijo:
“Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo.” Lucas 23:41
Es por las cosas que hemos hecho mientras estamos en el cuerpo que hemos de ser juzgados.
También sabia que Jesucristo juzgará a estos que resuciten, dentro de los cuales sin lugar a duda estará este hombre.
“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,”  2º de Timoteo 4:1
Es por esto que le dice: Acuérdate de mi, ya que reconocía las razones por la que él estaba muriendo y que Jesucristo, que estaba allí clavado en la cruz, además de ser inocente, era quien le juzgará cuando venga a reinar; él sabía que estará presente, para lo cual es necesario que sea resucitado.  Esto será en el primer juicio (ver articulo El primer Juicio)
b) cuando vengas.
“Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.”
Este hombre sabía que Jesucristo ha de regresar. Mientras que a los discípulos, que andaban con Jesucristo, él les tuvo que decir que volvería. Éste hombre sabía del regreso de Jesucristo.
“Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” Juan 14:3
Mientras este moribundo sabía que Jesús regresaría fue necesario que a los discípulos se les tuviese que repetir muchas veces que Jesucristo regresará. Aún, en el momento que Jesucristo ascendió a los cielos, dice la escritura que unos ángeles le repitieron la misma información:
“Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cieloHechos 1:9-11.
Jesucristo aun no ha regresado. Cuando Jesucristo venga todo ojo le verá. No es una experiencia par unos pocos.
“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.” Mateo 24:30.
La condición para saber que Jesucristo ha venido es que cuando regrese, en ese momento, se establecerá un trono para juicio con justicia a buenos y malos. Querer adelantarnos y decir que Jesucristo ya vino en forma espiritual es decir algo que Dios no ha prometido. Cuando Jesucristo venga lo hará de forma corporal, con el mismo cuerpo que se fue, y vendrá a hacer juicio en la tierra sobre los conciudadanos y los creyentes.
“Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos” .Los Hechos 10:42.
La promesa del regreso de Jesucristo es en cuerpo y alma, vendrá tal como se fue.
“Y le preguntarán: ¿Qué heridas son estas en tus manos? Y él responderá: Con ellas fui herido en casa de mis amigos.” Zacarías 13:6.
Ésta, al igual que la de aquel moribundo, debe ser nuestra certeza: que un día nuestro Señor Jesucristo Vendrá, desde los cielos y regresará con poder y gloria.
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;” Filipenses 3:20.
c) en tu reino.
“Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.”
Cuando Jesucristo regrese es para sentarse en el trono que por derecho le pertenece. Este Reino no es el del universo. El reino universal le pertenece a Dios Padre creador de todas las cosas; mientras que el trono en el cual se sentará Jesucristo, el que le pertenece por derecho, es el de David su padre. Hasta ahora Jesucristo sigue siendo príncipe, su reinado no ha comenzado.
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.” Isaías 9:6-7.
¿Pero acaso actualmente no está sentado en un trono? Cierto, Jesucristo está sentado en un trono pero este trono no es de él. Jesucristo está sentado en el trono de Dios Padre, con su Padre.
“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.” Apocalipsis 3:21.
La parábola del hombre noble nos hace un resumen de este conocimiento, cuando Jesucristo recibe un reino para ejercer autoridad. Dios le entrega el reino de David.
“Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente. Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver. Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo. Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros. Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas. El le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades. Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas. Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades. Vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo; porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste. Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré; ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses? Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas. Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas. Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mí.” Lucas 19:11-27.
En esta parábola el hombre noble representa a Jesucristo y el reino es el que Dios le asignará en y desde la casa de David su padre.  ¿Cuándo va a regresar? Cuando reciba el reino.
Así vemos en este relato que expresa que el hombre noble:
                        a) Se fue.
                        b) A recibir un reino.
                        c) Volver.
                        d) Viene a juzgar, a los siervos y a los que no son sus siervos también.
Jesucristo en todo momento estuvo consiente de que una de las razones de su existencia es que llegaría a reinar y que este reino le sería otorgado por Dios su Padre. Jesucristo sabe que nació para ser rey.
“Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Jesús le respondió: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí? Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho? Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.” Juan 18:33-37.
Jesucristo nació para ser Rey. Tanto el reino, como el reinado, se pondrán de manifiesto en el regreso de Jesucristo a esta tierra y estará vigente por espacio de mil años y unos pocos años más, pero no por mucho más; luego de este periodo dejará de ser Rey.
¿Quién era entonces este hombre que murió en una cruz al lado de Jesús? Aunque la Biblia no da muchas luces de quien era este hombre no deja de ser una gran interrogante.
Sin lugar a duda alguien que reconocía sus faltas, pero más allá era alguien que tenía conocimiento del Mesías. Permítame decirle que así hoy hay muchos que tienen conocimiento de quien es Jesucristo pero la tradición o el pertenecer a una organización le impiden que puedan libremente expresar en verdad quien es Jesucristo. Tienen temor de ser rechazados, temor a perder los cargos y distinciones dentro de un grupo religioso, incluso tienen temor de perder sus ingresos económicos. No es necesario esperar la muerte física, pues siguiendo las tradiciones estás muerto en ellas al congraciarte con ellos en el error. Si murieses hoy en esa condición de nada vale que sepas la verdad.
“A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.” Mateo 10:32-33.
Este hombre sabía que el reino de Jesucristo aun no había llegado, pero que llegara el momento donde Jesucristo ha de reinar.
Así como existieron “...los que creían que el reino se manifestaría inmediatamente…” así también está los que creen que el reino de Jesucristo ya se estableció.
“Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente.” Lucas 19:11.  
A ellos el Señor Jesucristo les dijo por medio de la parábola que el reino se establecería cuando volviera, no antes.
Este hombre tubo el conocimiento que da Dios para avergonzar a los sabios; Sabía quien es Jesucristo.
“En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.” Lucas 10:21-22.
El conocimiento de que todo lo que tiene nuestro Señor Jesucristo es porque le fue entregado por su Padre y que para conocer quien es Jesucristo es necesario que le sea revelado, es de vital importancia para la salvación pues no hay otro fundamento en el que Dios haya edificado su Iglesia. Hay en este conocimiento una revelación.
“Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre  que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” Mateo 16:15-17.
“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.” 1ra Corintios 3:11.
La revelación es que Jesucristo es el Hijo del Dios viviente, y el fundamento donde está edificada la iglesia. Lo triste en el mundo de hoy es que hay muchos que tienen conocimiento de Dios y de su hijo Jesucristo pero están esperando hasta el último momento para arrepentirse, pensando que les dará tiempo. Cuantos que habiendo tenido el privilegio de escuchar de Dios, de cómo envió a su hijo para salvarnos, aún persisten en la maldad. Un día Dios enviará a nuestro Señor Jesucristo de regreso a esta tierra para que sea el más excelso de los reyes de esta tierra y a pedirnos cuentas ¿Qué cuentas le daremos?

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