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El espíritu habla



1ra Corintios 14:15

“¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.”
Uno de los tres componentes del ser, el espíritu, tiene una capacidad de la que poco se habla y que es necesario que conozcamos bien, para poder establecer la diferencia y discernir quien está hablando o con quien estamos conversando en un momento dado. A menudo, cuando oímos la voz de alguien a quien conocemos bien, con quien hemos hablado frecuentemente, ya no hace falta que estemos viendo el cuerpo de esa persona para saber quien nos está hablando. Esto ocurre cuando hablamos por teléfono, al escuchar la voz inmediatamente relacionamos lo que estamos escuchando con una persona que ya conocemos. ¿Que ocurre si no conocemos a la persona que nos habla? Que fácilmente podemos ser engañados, alguien mas se puede hacer pasar por una persona que no es. En el caso de que los tonos de voz de dos personas sean muy parecidos entonces acudimos a frases, muletillas incluso conocimiento muy personal que pueda tener una persona en particular para discernir quien nos está hablando en verdad.
Cuando nos referimos al espíritu, ya sea humano o de otro ser, encontramos que también tienen la capacidad de hablar, de poder comunicarse, de transmitir un mensaje.
En este sentido analicemos como hablan los diferentes espíritus empezando por el espíritu del hombre.
El espíritu del hombre.
Es natural que veamos a un ser humano hablando, articulando palabras para transmitir un mensaje y comunicarse con los que le rodean, sean otros seres humanos, el resto de la creación o simplemente comunicarse con Dios. Esta función es llevada a cabo por el alma de forma conciente, con un lenguaje coherente, con un código que comparte en común con los que le rodean, para poder hacerse entender. Si el lenguaje no es común entre los que hablan no pueden ponerse de acuerdo, no podrán permanecer juntos.
“Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres. Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.” Génesis 11:5-8.
Vemos que, para permanecer juntos, es necesario poder entender el lenguaje en que se comunican los mensajes. El componente del ser que de forma habitual utiliza, voluntariamente, el lenguaje es el alma, fue este lenguaje el que Dios les confundió en la porción antes citada. El Alma se vale de las estructuras del cuerpo para poder emitir fuertemente sonidos que se traducen en lenguaje por medio del cual nos comunicamos y nos damos a entender. En esto no hay error posible, transmitimos lo que pensamos y sentimos con palabras.
También es necesario entender que cuando vivimos para Dios, nuestra alma anhela estar en la presencia de Dios, desea ardientemente hacer aquello que nos acerque a la presencia de Dios, llámelo oración, lectura, vigilia, ayuno, canto; este deseo proviene de nuestra alma, no de nuestro espíritu.
“¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.” Salmos 84:1.
Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas, Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán.” Salmos 63:1-3.
“También en el camino de tus juicios, oh Jehová, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma. Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.” Isaías 26:8-9.
Existe algo que el ser humano ha referido como intuición, sentir, palpito, impulso, una corazonada, con la cual pretende dar explicación a eventos que ocurren dentro de él pero que no entiende del todo cual es el mensaje y con frecuencia se comete error en la interpretación del mensaje. Algunos caen en el terreno de la adivinación, de la suposición, especulación al estar a la expectativa de que algo suceda para relacionarlo con aquello que no entendió pero que presume era un mensaje, y poder decir que fue un presentimiento, que le habían avisado. Es esta la formula que algunos utilizan para proclamar supuestas profecías, pero tenga mucho cuidado, no se trata de decir: Tengo un sentir o presentimiento que algo va a suceder y ese algo puede ser cualquier cosa; así no trabaja Dios. Cuando es un mensaje de parte de Dios le dice a usted lo que va a suceder aun cuando usted no tenga sentir o presentimiento.
Esto es necesario que lo entendamos bien y tengamos mucho cuidado de no atribuir autoria al Espíritu de Dios esos mensajes que muchas veces no entendemos.
Hasta ahora les he hablado de que es el alma quien conciente y voluntariamente utiliza nuestro cuerpo para transmitir un mensaje por medio de las palabras; el alma habla y se comunica con otros seres vivos.
De la misma forma que tenemos un alma,  Dios ha colocado en el ser humano un componente llamado espíritu. Es el espíritu que le da vida al cuerpo, el aliento de vida.
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” Génesis 2:7.
Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, La cual escudriña lo más profundo del corazón.” Proverbios 20:27.
“Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.” 1º de Corintios 2:11.
Este espíritu, que está en el hombre, tiene la capacidad de comunicarse tanto con el mismo hombre donde habita como con Dios. Esta comunicación, a través del espíritu, no es con otros seres humanos sino que, en unas ocasiones es consigo mismo y en otras con Dios. Nuestro espíritu mantiene comunicación con nosotros y lo hace mediante un lenguaje común o conocido, mientras que con Dios el lenguaje es desconocido para los mortales, a menos que Dios le de facultad de poder interpretarlo.
“Bendeciré a Jehová que me aconseja; Aun en las noches me enseña mi conciencia.” Salmos 16:7.
“Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo,” Romanos 9:1.
Con el término conciencia vamos a encontrar en las escrituras que se refiere a nuestro espíritu. El trabajo que hace nuestro espíritu dentro de nosotros es independiente de nuestra voluntad. La voluntad es un proceso propio del alma. Esta es la razón por la que nuestro espíritu puede redargüir a nuestra alma cuando hemos hecho mal para que corrijamos y no andemos en pecado; nuestro espíritu nos habla. ¿Como nos habla nuestro espíritu? Con un lenguaje común, conocido, propio de nuestro espíritu y desde nuestro ser, desde adentro. Cuando nuestro espíritu nos habla lo hace en nuestro interior. 
Aun cuando sus acciones son independientes de nuestra voluntad, mientras está en nosotros, el espíritu se sujeta a la voluntad del alma, se pliega o acepta la decisión de nuestra alma; con excepción de la hora de la muerte, aunque esto no le impide que nos hable.
“Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas;” 1º de Corintios 14:32.
No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el día de la muerte; y no valen armas en tal guerra, ni la impiedad librará al que la posee.” Eclesiastés 8:8.
De esta manera, cuando el espíritu del hombre tiene un mensaje no lo dará en publico hasta tanto el alma no se lo permita. En otras palabras el ser humano puede ejercer control de su espíritu, si le deja hablar o no, pues no se trata de una posesión sino del espíritu que compone parte de su ser.
Es muy probable que usted haya visto a una persona poseída por un demonio, este espíritu demoniaco toma control absoluto de la persona y se expresa a través de ella sin que el alma de esta persona pueda ejercer control sobre el espíritu inmundo. Esto no ocurre con el espíritu del ser humano, el alma puede ejercer control para que no se exprese su espíritu, no le permite hablar.
¿Que nuestro espíritu habla? Si; y no solo en nuestro interior. También puede hacer uso del cuerpo para emitir sonidos audibles que tendrán el mismo timbre de voz como cuando es el alma que está hablando. 
Existe una forma de adoración a Dios que solo nuestro espíritu puede hacer. Usted puede alabar a Dios con toda su alma y entendimiento con palabras conocidas, a través de un lenguaje, ya sea en canto u oración; pero también puede alabar a Dios con su espíritu, en el lenguaje que el espíritu de Dios le de que hable. Ya no será necesariamente en un lenguaje conocido por usted, ni un lenguaje propio del espíritu humano, pero la interpretación igual será una adoración, una alabanza a Dios. Nuestro Señor Jesucristo dijo que esta forma de adorar es necesaria.
“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” Juan 4:23-24.
En este momento, cuando nuestro espíritu adora a nuestro Dios de forma audible hace uso de nuestro cuerpo para expresar su adoración a Dios.
“Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto.” 1º de Corintios 14:14.
Es mi espíritu quien adora a Dios mientras que mi alma, mi entendimiento no participa, cede el control para que mi espíritu se comunique con Dios.
Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios.” 1º de Corintios 14:2.
Hay algunos que critican porque ven y oyen a alguien hablando en lengua y les parece que eso no tiene sentido, porque no entienden lo que dice ni lo que está ocurriendo. Sepa que esa conversación no es con usted ni para usted, pero si usted quiere entender lo que esta oyendo pídale a Dios poder interpretar lo que oye y sabrá de que se trata. El espíritu de esa persona está adorando al Padre en espíritu y en verdad, está adorando al padre de la manera que el Padre está buscando que le adoren. Este hablar en lengua es verdadero cuando es el Espíritu de Dios quien le da a nuestro espíritu que hable.
“Pero si yo ignoro el valor de las palabras, seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mí.” 1º de Corintios 14:11.
Esta es una de las formas establecidas por Dios de como podemos comunicarnos con él, por medio de nuestro espíritu a través de las lenguas que el Espíritu de Dios ponga en nosotros y es necesario que lo hagamos; oremos con nuestro espíritu y también con nuestra alma, usando el entendimiento.
“¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.” 1º de Corintios 14:15.
Así como nuestro espíritu se comunica y habla con nuestro Dios, también nuestro espíritu nos habla en nuestro interior, se comunica con nuestra alma, pero ya no con palabras que no podemos entender sino por medio de un lenguaje conocido para nosotros, redarguyéndonos o dándonos paz en nuestro interior según sea el caso. Nos impulsará ha hacer lo bueno o lo que conduce a nuestra edificación espiritual. Entienda que este no es el Espíritu de Dios, es nuestro propio espíritu, que cuando es recto y no esta contaminado, cuando lo hemos limpiado de toda contaminación, nos va a redarguir para que nos acerquemos y busquemos a Dios, pero que cuando se ha contaminado, está entenebrecido, entonces no hará su trabajo de forma correcta; de igual modo nos incitará a hacer lo malo o en ultima instancia no nos redargüirá mientras cometemos pecado. Es por esto que David, luego que peco, le pide a Dios que opere un cambio en su espíritu porque no le redarguyó de pecado.
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.” Salmos 51:10-11.
Esta inoperancia para el bien de nuestro espíritu ocurre cuando, por causa del pecado, el entendimiento de nuestro espíritu está entenebrecido.
“Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;” Efesios 4:17-18.
Es por tanto necesario limpiarlo de toda contaminación para que el espíritu pueda hacer su trabajo, ser lámpara de Dios en nosotros, hablarnos y poder también nosotros adorar a Dios en espíritu y verdad.
“Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.” 2º de Corintios 7:1.
Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, La cual escudriña lo más profundo del corazón.” Proverbios 20:27.
El Espíritu Santo también nos habla.
Cuando hablamos del hablar de nuestro espíritu no debe confundirse con el hablar del Espíritu de Dios. Muchas personas piensan que cuando ven y oyen a alguien hablar en otras lenguas es el Espíritu de Dios el que está hablando y esto no es verdad. Cuando hablamos en lenguas es nuestro espíritu el que habla. Somos inspirados por el espíritu de Dios para hablar, él nos da que decir, pero es nuestro espíritu el que habla. No es algo que hacemos con nuestro entendimiento, pues éste en ese momento queda sin fruto. Esto no debe confundirse con el caso cuando es el Espíritu de Dios el que habla.
“Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.” Mateo 10:20.
Dice claramente que el Espíritu de Nuestro Dios hablará DENTRO, en nosotros, y no es que emite o sale su voz por medio de nosotros. Si, el Espíritu de Dios le habla a nuestro espíritu y también le habla a nuestra alma.
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.” Romanos 8:16.
Entienda, cuando dice que no somos nosotros los que hablamos sino que es el Espíritu de Dios no se refiere a algo audible fuera de nosotros, o que el Espíritu de Dios hable con nuestras cuerdas vocales, no; el Espíritu de Dios nos dará palabras en ese momento par hablar, ya sea que hablemos con nuestro espíritu o con nuestra alma. En éste caso en particular, cuando sean llevados ante las autoridades, hablaremos con nuestra alma; pues la conversación es con otros seres humanos. Cuando nos da palabras para dirigirnos a Dios entonces hablaremos con nuestro espíritu.
“Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.” Marcos 13:11
Nosotros hablaremos con nuestra alma las palabras que el Espíritu de Dios nos de en ese momento, de la misma forma que el espíritu de Dios le da que hable a nuestro espíritu para que adore a Dios en otras lenguas.
El lenguaje del Espíritu de Dios no es intuición, sentir, pálpito, impulso o corazonada, ya que estas cosas podemos encontrar que también las experimentan aquellas personas que nunca han sido llenas del Espíritu de Dios, incluso esto es muy frecuentemente usados por aquellos que no creen en Dios pero que son supersticiosos. Por estar presentes en todos los seres humanos, tengan o no el Espíritu de Dios, podría decirse que éste es parte del lenguaje de nuestro espíritu para con nuestra alma, aunque no es el único, pero no es el lenguaje que proveniente del espíritu de Dios. Es frecuente confundir estos lenguajes especialmente en aquellas personas que se emocionan fácilmente, que tienen sus emociones a flor de piel, para ellos es fácil dar riendas sueltas a sus emociones y luego señalar que fue producto del Espíritu de Dios. Expresar nuestras emociones no es malo, pero debemos asumir que son nuestras emociones, que fuimos nosotros los que hicimos movidos por nuestras emociones; de igual modo expresar lo que el espíritu de Dios nos da tampoco es malo, pero debemos reconocer la autoría al Espíritu de Dios. En este caso debe hacerse como lo que está estipulado para los profetas:
El profeta que tuviere un sueño, cuente el sueño; y aquel a quien fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? dice Jehová” Jeremías 23:28.
Entonces parte del lenguaje que usa nuestro espíritu es aquel que hemos llamamos de diferentes maneras y va a depender de como hemos aprendido a entenderlo, ya sea intuición, sentir, palpito, impulso, una corazonada; y no es mas que el desespero de nuestro espíritu por comunicarnos un mensaje urgente. El lenguaje del espíritu de Dios es diferente al de nuestro espíritu, no es limitado, ya que el Espíritu de Dios puede darnos que hablar con Dios en diferentes lenguas tanto conocidas como desconocidas. Cuando el espíritu de Dios habla a nuestro espíritu y nuestra alma no lo hace de forma audible en el exterior, usa nuestro pensamiento, recordándonos versículos o porciones bíblicas, mostrándonos nuestra condición espiritual, incluso recordándonos episodios y hechos pasados que nos ayude en nuestro crecimiento espiritual. 
Para entender como es nuestra relación con el Espíritu de Dios es necesario ir a las instrucciones que nos dio nuestro Señor Jesucristo, estando aun en esta tierra y por medio de los discípulos. Está escrito que el Espíritu Santo:
Debemos recibirlo
“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.” Juan 14:16-17.
Viene para morar en nosotros
“Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.” 2º de Timoteo 1:14.
Viene para darnos que hablar cuando hablamos en lenguas desconocidas.
“Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.” Los Hechos 2:4.
Viene para guiarnos
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.Romanos 8:14.
Viene para enseñarnos y recordarnos lo que Jesucristo dijo
“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” Juan 14:26.
Viene para dar testimonio a cerca de Jesucristo.
“Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.” Juan 15:26.
Viene para glorificar a Jesucristo.
El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.” Juan 16:14.
Viene para convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
“Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.” Juan 16:8.
No habla por su propia cuenta
“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.” Juan 16:13.
Podemos ver en esta lista una serie de funciones y atribuciones que tienen que ver con la morada del Espíritu de Dios en nuestras vidas y lo relacionado con el hablarnos, qué nos va a decir, qué debemos esperar que nos diga.
¿Para qué necesitamos saber todo esto? Para ayudarnos a discernir cuando es el Espíritu de Dios y cuando no. Así pueden ustedes ver cuantos falsos profetas hablan un montón de cosas que supuestamente Dios les dijo pero que no se sujetan a lo estipulado en las escrituras que hará el Espíritu de Dios en nuestras vidas.
¿Por qué es necesario probar los espíritus?
Encontramos que, además de nuestro espíritu y del Espíritu de Dios, existen espíritus interesados en hablarnos; presentados en la Biblia como el espíritu de error o en relación con el espíritu que opera en los hijos de desobediencia. También lo hacen por medio de lenguaje que nos es común. Si usted es latino no le hablará en ingles u otro lenguaje que no conozca y viceversa. Usara un lenguaje conocido para intentar engañarle.
Esta es la causa por la que se nos manda a probar los espíritus, porque al hablarnos en estos leguajes podemos ser engañados incluso por nuestro espíritu estando contaminado, mas aun por espíritus inmundos que pueden implantar pensamientos en nuestra mente y hacernos creer que vienen de parte de Dios. Podemos ser presa del espíritu de error, quien haciéndose pasar por el espíritu de verdad hable en nuestro interior para desviarnos de la verdad.
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.” 1º de Juan 4:1.
Algunos piensan que la única forma que un demonio hable es cuando posee por la fuerza a alguien y usa sus cuerdas vocales para emitir sonidos y hablar con un tono de voz diferente a la del que está poseído. ¡Así ¿quien no sabe que un demonio está hablando?! Pero no se dan cuenta que los demonios usan una forma mas sutil, hablan a nuestra mente, implantan pensamiento y así pueden confundirnos. Cuando el espíritu de error habla en boca de un falso profeta no muestra que le tenga poseído o que el falso profeta está obedeciendo a su voz, antes se disfraza como si fuese el espíritu de verdad. Sin embargo, hay algo que ocurre con estas personas guiadas por un espíritu de error y es que cuando usted le confronta con la verdad tienen la tendencia a enojarse mucho y prontamente, rápido se ponen furiosos. Pero tenga mucho cuidado, no es esta la forma bíblica de saberlo. Lo que dice la escritura que debemos hacer es probarlos.
“En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y éste es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.” 1ra de Juan 4:2-3.
También podemos conocerlo por el fruto de vida en la persona, y aquí puede que si entre su carácter.
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.” Mateo 7:15-20.
Recuerde cual es el fruto del Espíritu de Dios en una vida:
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” Gálatas 5:22-23.
Si aprendemos a distinguir los espíritus conoceremos sus discursos, sus formas de hablar y esto nos ayudará a no ser engañados.
Otra característica que se encontrará directamente relacionado con el hablar del espíritu de error es que tanto abierta como encubiertamente buscará contradecir las escrituras, incluso hará todo para torcer las escrituras para acomodarla a sus intereses, valiéndose en ocasiones de traducciones dudosas que le den validez a su propio engaño.
No espere que siempre el espíritu inmundo hablara por la fuerza, o que siempre va a ser audible con los oídos físicos; en ocasiones sólo es posible saberlo por el discernimiento que da Dios y en otras con el pasar del tiempo, cuando se ve el fruto del engañador.

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