Juan 20:30-31.
“Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos,
las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que
creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis
vida en su nombre.”
El poder comprender las razones, los motivos, el
porque algo es verdad, trae paz y tranquilidad a la vida de una persona, el
saber que no está equivocado, que se está en la verdad; es en ese momento cuando
llega realmente a ser libre.
Por mucho tiempo hay quienes estudiando las
escrituras se encuentran con porciones que chocan de manera directa con lo que
durante mucho tiempo le han dicho, le han enseñado y, aun cuando no les cuadra
o no están realmente convencidos de lo que han oído les hace falta el valor de
aquel Eunuco Etiope, quien rogaba a Dios por poder entender lo que estaba
leyendo.
Quizá estemos en la posición del Eunuco o tal vez nos
encontremos es la posición de Felipe, a quien Dios le envió un ángel para
ordenarle un trabajo; le condujo a un camino desierto para darle a conocer la
verdad a un eunuco. Felipe no fue puesto delante de una multitud para predicar,
tampoco en un gran salón con aire acondicionado, se encontró en medio de un camino desierto con un eunuco Etiope.
Aún cuando no iba sólo en el carruaje, necesitaba que alguien más le explicara
aquella escritura que iba leyendo. Dios le proveyó a Felipe para que enseñara a
este etiope, y cuanto hace falta, hoy día, que esta misma enseñanza sea escuchada
en muchos lugares.
En muchas oportunidades, al ser preguntados por un
tema de la Biblia en particular damos por sentado que si le recitamos un
versículo bíblico a quien nos pregunta, ya nos entendió, pero no. Mire lo que
hizo Felipe. Comenzó desde Isaías, pero no se quedó con ese solo versículo.
"Y el Espíritu dijo a Felipe:
Acércate y júntate a ese carro. Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta
Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? El dijo: ¿Y cómo podré, si
alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con
él. El pasaje de la
Escritura que leía era este: Como oveja a la muerte fue
llevado; Y como cordero mudo delante del que lo trasquila, Así no abrió su
boca. En su humillación no se le hizo justicia; Mas su generación, ¿quién la
contará? Porque fue quitada de la tierra su vida. Respondiendo el eunuco,
dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí
mismo, o de algún otro? Entonces Felipe, abriendo su boca, y
comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús." Los Hechos 8:29-35.
Sin lugar a duda le explicó como en Jesucristo se
había cumplido esto que Isaías había profetizado; utilizando las escrituras que
tenía a mano, al menos nos da el detalle que el eunuco estaba leyendo una copia
del libro del profeta Isaías. Es el mismo profeta Isaías quien habla
abiertamente del siervo de Dios; éste siervo es Jesucristo.
“He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi
alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a
las naciones. No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles. No
quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la
verdad traerá justicia. No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la
tierra justicia; y las costas esperarán su ley.” Isaías 42:1-4.
Querer explicar por qué Jesucristo es el Hijo de Dios
sin hablar de lo que Dios había prometido que haría, trae como
consecuencia que la explicación quede corta. Mire el ejemplo de
Apolos, quien era reconocido como un varón elocuente y poderoso en las
escrituras, con espíritu fervoroso le faltaba conocer un poco más, y éste no
rehusó el ser instruido en la verdad.
"Llegó entonces a Efeso un
judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las
Escrituras. Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de
espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al
Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan. Y comenzó a hablar con
denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron
aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios. Y queriendo él
pasar a Acaya, los hermanos le animaron, y escribieron a los discípulos que le
recibiesen; y llegado él allá, fue de gran provecho a los que por la gracia
habían creído; porque con gran vehemencia refutaba públicamente a los
judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo." Los
Hechos 18:24-28.
Es de resaltar que ninguno de los dos, ni Felipe ni Apolos,
tenían el nuevo testamento, del que nosotros dependemos muchísimo
para dar nuestras explicaciones, pero los dos pudieron hablar de Jesucristo, de
quien es Jesucristo; “…demostrando por las Escrituras que Jesús era el
Cristo…” aun cuando sólo conocía del bautismo de Juan el bautista.
Juan el bautista, como persona que estaba interesado
en tener la verdad, estaba pendiente de reconocer quien era ese ser que
cumpliría lo que ya estaba profetizado, por eso la pregunta que mandó a hacer
con sus discípulos a Jesucristo fue "... ¿eres tú aquel que había de
venir, o esperaremos a otro?..." aun cuando Juan el bautista sabía que su
primo había nacido por intervención divina, y había declarado que
Jesucristo era el cordero de Dios, tenía dudas. Tanto Juan como Jesucristo
vinieron a la vida mediante un milagro. La mamá de Juan era estéril antes de
quedar embarazada y María no tenia marido cuando quedó embarazada. Tanto Juan
como Jesús fueron concebidos por intervención de Dios pero en dimensiones
distintas. Juan tuvo un padre biológico, Jesucristo no. El milagro en Elizabet
fue hacerla fértil para que Zacarías hiciera su parte, mientras que en María
se creó un nuevo ser en su vientre sin intervención de hombre, por obra de
Dios a través de su santo Espíritu; esto no lo sabía Juan, por eso su pregunta:
"Y al oír Juan, en la cárcel, los
hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos, para preguntarle: ¿Eres tú
aquel que había de venir, o esperaremos a otro? Respondiendo Jesús, les
dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven,
los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son
resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado es el
que no halle tropiezo en mí." Mateo
11:2-6.
Esta respuesta de Jesucristo está basada en una
profecía, que sin duda Juan el bautista había leído. ¿Dónde? En lo que hoy
llamamos antiguo testamento, la misma que Jesucristo le dijera a los judíos:
"...hoy se ha cumplido esta escritura delante de vosotros..."
"El Espíritu de Jehová el Señor está
sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los
abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los
cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena
voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos
los enlutados;" Isaías 61:1-2.
En otras palabras, lo que está profetizado se está
cumpliendo. "...Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son
limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es
anunciado el evangelio;..." y esto era lo que estaba profetizado de aquel
que había de venir; en otras palabras Jesús le dijo soy yo, pero saca tu la
conclusión por lo que está ocurriendo, por lo que se ve.
Aun cuando Juan el bautista, era enviado de Dios
y tenía poder, no hizo ninguna de las obras que estaba profetizado que el
hijo de Dios haría; por lo tanto Juan el bautista no era el Cristo, sino
alguien enviado delante de él.
"Hubo un hombre enviado de Dios,
el cual se llamaba Juan." Juan 1:6.
"Vosotros mismos me sois testigos de
que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él." Juan 3:28.
Antes, hablo de la existencia de alguien que tiene
mas poder que Juan.
"Yo a la verdad os bautizo en agua
para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno
de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y
fuego." Mateo 3:11.
En Jesucristo se está cumpliendo todo lo que Dios
dijo por boca de sus profetas que acontecería con su Hijo cuando viniera. Uno
de los que habló muchísimo de la vida y obra de nuestro Señor Jesucristo fue el
profeta Isaías.
Ciertamente Dios lo declaró su hijo, dio testimonio
verbal de que ese era su hijo cuando ya se había cumplido el tiempo, pero era
necesario que aprendieran a reconocerle cuando ya estuviese presente en la
tierra. ¿Como lo reconocerían? Cuando vieran que se estaba cumpliendo lo que de
él ya estaba escrito.
Esas cosas que los judíos no pudieron reconocer en
Jesucristo, las pistas que Dios había dado para que le reconocieran, son las
que siguen demostrando hoy que Jesucristo es el Hijo de Dios y que no lo fue el
Padre quien se convirtió en carne y vino o algún otro. Nos queda a nosotros
buscar la profecías demostrar como y cuando se cumplió en Jesucristo.
"Los profetas que profetizaron de la
gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca
de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el
Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los
sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. A
éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban
las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio
por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los
ángeles." 1º de Pedro 1:10 -12.
Así como los profetas se interesaron en conocer todo
lo relacionado a Jesucristo y la salvación es necesario que procuremos
entenderlo nosotros.
Las obras que hizo Jesucristo dan testimonio que él
es el Hijo de Dios. ¿Que hizo diferente a los otros profetas?
"Este vino a Jesús de noche, y le
dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede
hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él." Juan 3:2.
"Varones israelitas, oíd estas
palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las
maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él,
como vosotros mismos sabéis;"Los Hechos 2:22.
Son las obras lo que daban el mayor testimonio y las
que nos llevan a creer que él es el hijo de Dios; ya que Jesucristo hizo más y
mayores cosas que algún otro profeta antes que él; pero estas obras ya estaban
profetizadas que el Cristo de Dios las haría, por eso la importancia de poder
ubicar las profecías que hablaban de estas cosas.
"Y le rodearon los judíos y le
dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo
abiertamente. Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las
obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; pero
vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho." Juan 10:24-26.
Es necesario mostrar lo que proféticamente estaba
dicho que Jesucristo haría y que corroboraría que él es el Hijo de Dios.
Tenga en cuenta ésta pregunta:
"Mas él callaba, y nada respondía.
El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el
Hijo del Bendito? Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado
a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo." Marcos 14:61-62
Esta pregunta no fue simplemente porque el Sumo
sacerdote había escuchado que Jesús había dicho que era el hijo de Dios, o que
Dios era su Padre, sino que como Sumo-sacerdote tenía el conocimiento que
quien había de venir era el hijo de Jehová Dios. Por esto, bajo juramento el
sumo sacerdote le hace la misma pregunta y Jesucristo abiertamente dijo que el
es el hijo de Dios.
"Mas Jesús callaba. Entonces el sumo
sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú
el Cristo, el Hijo de Dios. Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además
os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del
poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo." Mateo 26:64-65.
Esto que hizo el sumo sacerdote se repitió cuando
estaban juzgando a Jesucristo para crucificarle:
"Entonces Caifás, uno de ellos, sumo
sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada; ni pensáis que
nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación
perezca. Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo
sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación;
y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de
Dios que estaban dispersos." Juan
11:49-52.
Que Dios era su Padre, fue algo que estuvo siempre a
la vista y no lo vieron, cada vez que Jesucristo hablaba de Dios se
refería a él como su Padre:
"Yo le seré por padre, y él
me será por hijo; y no quitaré de él mi misericordia, como la quité de
aquel que fue antes de ti;" 1º de Crónicas
17:13.
"edificará casa a mi nombre, y él
me será a mí por hijo, y yo le seré por padre; y afirmaré el trono de su
reino sobre Israel para siempre." 1º de
Crónicas 22:10.
Habla de alguien que existiría a quien Dios tendría
por Hijo, por esto la pregunta ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?
Hay que recalcar que cualquiera hombre no podía
llegar a ser el Cristo. Por ejemplo, usted y yo, después de haber nacido por
voluntad humana, llegábamos a cumplir todo lo que estaba escrito que haría el Cristo, entonces
llegábamos a ser el Cristo, el hijo de Dios; esto no era posible. ¿Por qué? Abraham
dijo bien claro: "...Dios se proveerá de cordero..."
“Y respondió Abraham: Dios se proveerá
de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.” Génesis 22:8.
Entonces es una provisión de Dios, algo que Dios
haría; metería su mano para que apareciera, nunca al revés. No fue que apareció
y Dios metió su mano sino que vino por intervención de Dios.
"Pero cuando vino el cumplimiento
del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la
ley," Gálatas 4:4.
Cuando los seres humanos no quisieron pedir señal
entonces Dios dijo "...yo daré señal..." Dios les dijo como iba a
hacer; como Dios metería su mano:
"Habló también Jehová a Acaz,
diciendo: Pide para ti señal de Jehová tu Dios, demandándola ya sea de
abajo en lo profundo, o de arriba en lo alto. Y respondió Acaz: No
pediré, y no tentaré a Jehová. Dijo entonces Isaías: Oíd ahora, casa
de David. ¿Os es poco el ser molestos a los hombres, sino que también lo seáis
a mi Dios? Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen
concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel." Isaías 7:10 -14.
¿Que una mujer virgen quede embarazada sin haber
conocido marido?
"Entonces el ángel le dijo: María,
no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en
tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este
será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará
el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre,
y su reino no tendrá fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto?
pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu
Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra;
por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de
Dios." Lucas 1:30-35.
Se puede ver claramente el cumplimiento de
esta escritura, y como Dios intervino, metió su mano, hizo que una virgen
concibiera, se proveyó de cordero, como lo había dicho por boca de Abraham y
por boca del profeta Isaías.
"El siguiente día vio Juan a Jesús
que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado
del mundo." Juan 1:29.
Todas estas cosas nos ayudan a saber el por que es
Jesucristo el Hijo de Dios y no lo es ningún otro, incluso que Jesucristo es el
Hijo de Dios y no es ningún Dios, mucho menos Dios el Padre.
“Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del
Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor.” 2da Juan 1:3.