Ir al contenido principal

Señal del pacto, con Jesucristo y toda la humanidad


 Mateo 26:26-28.

“Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.”

Es frecuente encontrarnos dentro de las iglesias la práctica de una ceremonia que instituyó nuestro Señor Jesucristo estando ya cerca el momento de ser sacrificado en la cruz del calvario. Es mencionada en algunos lugares como la Santa Cena y, aunque esta expresión no aparece en ningún lugar de la biblia, es muy utilizada en diferentes grupos. La expresión que sí aparece en las escrituras, y que es usada por el apóstol Pablo, es la cena del Señor.

"Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor." 1ra de Corintios 11:20.

Y es que esto hace alusión al momento en que el Señor Jesucristo instituyó la ceremonia; y a el acto mismo que se lleva a cabo durante la ceremonia, comer y beber, nos llevan a pensar en que es por la sangre y el cuerpo de Cristo que se da una verdadera renovación de nuestras vidas.

Esta ceremonia va más allá de una simple cena, es una señal o recordatorio del sacrificio del que fue parte nuestro Señor Jesucristo en la cruz del calvario. No fue que Jesucristo se crucificó o el mismo se inmoló; Jesucristo es la ofrenda del sacrificio, el cordero de Dios que quita el pecado del mundo; él fue inmolado.

"El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo." Juan 1:29.

"y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;" Apocalipsis 5:9.

Alguien más lo inmoló, como Dios ya lo había anunciado, los gobernantes del pueblo se encargaron de matarle; los mismos que después persiguieron a la iglesia.

"Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella." Hechos 2:22-24.

Hacer la ceremonia de la Cena del Señor es recordar este sacrificio que fue hecho por nosotros, para el perdón de nuestros pecados, es recordarlo siempre para que no tengamos por inmunda la sangre del pacto al querer seguir viviendo en pecado o volver a pecar después de haber sido perdonado.

"El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?" Hebreos 10:28-29.

Entonces podemos ver que esta ceremonia es el recordatorio o señal de un pacto, donde la sangre de Cristo fue el medio utilizado donde fuimos santificados, puesto que nuestros pecados han sido perdonados, hemos sido apartados del mal, en otras palabras, santificados.

Este Pacto, hecho con la humanidad, en manos de un medidor, Jesucristo, para que obtuviésemos eterna redención, es también conocido como el pacto eterno.

"Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén." Hebreos 13:20-21.

Claramente no se está refiriendo al pacto hecho con el pueblo de Israel en manos del mediador Moisés, sino que se refiere al nuevo pacto hecho por Dios con la humanidad por medio del mediador Jesucristo.

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo." 1ra Timoteo 2:5-6.

"Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados." Mateo 26:28.

¿Por qué le llama pacto eterno?

Encontramos que el propósito de Dios de llevar muchos hijos a la gloria está en el plan de Dios desde antes de la fundación del mundo, el Dios eterno, Jehová de los ejércitos, lo planificó; incluyendo la existencia de su Hijo Jesucristo. El pacto es llamado eterno por ser el propósito de Dios desde antes de la fundación del mundo y no es simplemente porque Dios es eterno.

"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado," Efesios 1:3-6.

Una de las cosas de las que estaba bien claro nuestro Señor Jesucristo era que su venida traía un nuevo comienzo para la humanidad, la oportunidad de alcanzar la reconciliación con Dios por medio de él, de Jesucristo. Esto no es otra cosa que el establecimiento de un nuevo pacto; Dios establecería un nuevo pacto con la humanidad por medio de Jesucristo; estableció una nueva forma para alcanzar el favor de Dios y el perdón de nuestros pecados, ya no por obra, sino por la fe en nuestro Señor Jesucristo, como ya lo esbozaba en el pacto con Abraham.

"para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados." Hechos 26:18.

“En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.” Génesis 22:18.

Este nuevo pacto consiste en el ofrecimiento que hace Dios de darnos perdón de nuestros pecados por la fe en su Hijo Jesucristo y se establece como señal o recordatorio de este nuevo pacto la practica iniciada en la cena del Señor que, aunque ocurrió en medio de la celebración de la pascua según el rito de Moisés, es la cena del Señor un ritual nuevo.

Quiero aprovechar para hacer una aclaración. La subdivisión que tiene la biblia de agrupar los libros en antiguo testamento y nuevo testamento no guarda relación con la cantidad de pactos que ha hecho Dios con la humanidad, y esto lo digo porque algunos han querido invalidar el grupo de libros contenidos en el antiguo testamento porque ahora estamos en un nuevo testamento, sin conocer lo que hay escrito en ellos. Aun cuando testamento signifique pacto, en los libros que están incluidos en la parte de la biblia llamada antiguo testamento hay mucho más que un pacto, en esta parte de la biblia habla también del pacto de Dios con Adán, Noe, Abraham, entre otros, así como de las cosas que vendrán, que están por acontecer. Entonces al decir que el antiguo pacto o pacto de la ley ya no está vigente, como ciertamente no lo está, no se confunda y piense que los libros que conforman la parte de la biblia llamada antiguo testamento ya no está vigente, pues esta es una simple clasificación de los libros.

Si bien, en el nuevo testamento se habla del pacto que Dios hace con la humanidad por medio de Jesucristo, las bases de este pacto están en los libros del antiguo testamento, mas no en el antiguo pacto. Las bases del nuevo pacto de Dios por medio de Jesucristo están en el pacto de Dios con Abraham.

Jesucristo es el mediador de un nuevo pacto.

Es necesario tener bien claro el papel que desempeña nuestro Señor Jesucristo en este nuevo pacto; el lugar en el que Dios lo ha colocado para que nos haga llegar el pacto que Dios está haciendo. Claro está, no somos nosotros los que estamos pactando con Dios, fue Dios quien envió a su Hijo Jesucristo para traernos el contenido del pacto que Dios está haciendo. Por esto es que la biblia nos dice que Jesucristo es el mediador, el medio a través del cual Dios nos hizo llegar el pacto.

"Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre," 1º de Timoteo 2:5.

Por esto dice bien claro que el mediador es entre Dios y los hombres y no entre los hombres y Dios, como si nosotros hubiésemos nombrado a Jesucristo para que medie entre nosotros y Dios. Jesucristo fue escogido por Dios y enviado para ser un intermediario entre Dios y los hombres.

"a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel."  Hebreos 12:24.

 "Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno." Gálatas 3:20.

Dios envió este nuevo pacto en manos de Jesucristo.

"Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo." Juan 1:17.

"Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos." Hechos 10:36.

"Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna." Hebreos 9:15.

Estos versículos dejan bien claro la función de mensajero que hace Jesucristo. Dios nos hace llegar un mensaje por medio de Jesucristo, donde nos da la oportunidad para que nos reconciliemos con Dios. Dios está haciendo las paces, ha hecho un acercamiento levantándonos un emisario real para que nos volvamos a Dios.

“Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.2º de Corintios 5:18-20.

Las bases del nuevo pacto están en un pacto anterior.

No hay lugar a duda que las bases de este nuevo pacto están en un pacto anterior, pero muy a pesar de lo que muchos piensan, el nuevo pacto no tiene sus bases en el pacto de Dios con el pueblo de Israel a través de Moisés; nada que ver con los diez mandamientos sino con la ley del espíritu de vida. 

Dios había hecho un pacto con Abraham, y éste le fue fiel a Dios, por lo que Dios cumplirá todo lo que le prometió a Abraham. Este pacto de Dios con Abraham fue antes que el de Moisés. Esta es la razón por la que la escritura dice que éste pacto fue ratificado con Jesucristo, pues de él, del Cristo, hablaba Dios en las promesas hechas a Abraham cuando dijo que en su decendencia serían benditas todas las familias de la tierra.

"Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo. Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa." Gálatas 3:16-17.

"En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz." Génesis 22:18.

En Jesucristo se cumple las palabras que le dijera Abraham a su hijo Isaac: "...Dios se poveerá de cordero..."

"Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos." Genesis 22:7-8.

Esto fue lo que Dios hizo, se proveyó de cordero para el holocausto, este cordero es Jesucristo.

“El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” Juan 1:29.

La señal del nuevo pacto.

Cuando el Señor Jesucristo instituyó la cena dijo bien claro que lo hicieran en memoria de él; agregando el apóstol Pablo que cada vez que hicieran la ceremonia estaban anunciando la muerte del Señor.

“Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.” Lucas 22:19.

“Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.1ra Corintios 11:23-26.

Esto es memorial de que un nuevo pacto fue establecido, recordatorio de que Nuestro Señor Jesucristo, el cordero de Dios, fue inmolado por nuestros pecados y su sangre preciosa nos limpia de todo pecado; y que por medio de él hoy se nos anuncia resurrección y vida eterna.

¿Qué pasó con la ley de Moisés?

"Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa." Gálatas 3:23-29.

Ahora estamos bajo el nuevo pacto, donde alcanzamos la gracia de Dios por la fe en Cristo Jesús.

Entradas más populares de este blog

LAS ENFERMEDADES Y LOS SIERVOS DE DIOS

Las enfermedades y los siervos de Dios. 2da de Corintios 11:29. “¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno?” A veces encontramos personas que creen que es su deber pelear contra las enfermedades como si fuesen sus enemigos. Le declaran la guerra, como si la enfermedad es un monstruo que se está llevando a la persona, no sabiendo cual es el origen y que no tienen que pelear sino rogar a Dios, quien es el que puede solucionar la situación. En la biblia encontramos relatos en la vida de los siervos de Dios, episodios donde atravesaron diversas enfermedades; aún cuando eran ungidos de Dios y es que no existe tal cosa como que no tendremos enfermedades en nuestro cuerpo. Grandes hombres de Dios padecieron enfermedades. Existe la posibilidad de padecer enfermedades mientras estemos en esta tierra. El Apóstol Pablo relata en su vida varios episodios de enfermedad. Hablando con los gálatas dice: “Pues vosotros sabéis que a causa de una