La
exaltación de José y del Señor Jesús
Génesis 41:40-44.
“Tú estarás sobre mi casa, y por
tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que
tú. Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de
Egipto. Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni
su pie en toda la tierra de Egipto.”
No hay duda de que José fue exaltado por
faraón. Un ser humano común que llegó a ser el segundo al mando en el entonces
imperio egipcio. Me refiero a ser humano común pues dentro de las creencias de
los egipcios el faraón no era común, para ellos el faraón era considerado un
dios, alguien fuera de lo común. De modo que José, siendo común, necesitaba
tener algo que le hiciera especial para poder ser exaltado al cargo más alto,
muy cerca del faraón, el segundo al mando.
Veamos los puntos de comparación, entre
José y Jesús, que nos ayuda a entender lo que Dios hizo con su Hijo, ya que
José es un prototipo de Jesucristo.
José
fue promovido a un cargo, el segundo en el reino.
Cuando Faraón tomó la decisión de poner
a José como gobernante, inmediatamente le estableció las funciones que le
tocaba ejercer en el cargo, le dijo cuál era el perfil del cargo o puesto de
trabajo.
“Y dijo Faraón a José: Yo soy
Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.”
Génesis 41:44.
¿Las funciones determinaban el título
del cargo? No; usualmente es al revés, es con el título del cargo que se
determinan las funciones, y por estas se le demanda responsabilidad al que
tiene el cargo. José fue llamado: "el señor de la tierra", a causa del
cargo se le establecieron las funciones. Por la exaltación que recibió fue
llamado Señor de la tierra y se le explicó que él.
“Tú estarás sobre mi casa, y por tu
palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que
tú.” Génesis
41:40.
“Y José era el señor de la
tierra, quien le vendía a todo el pueblo de la tierra; y llegaron los
hermanos de José, y se inclinaron a él rostro a tierra.” Génesis 42:6.
No era su nombre "José" lo que
determinó sus funciones, ni tampoco al pronunciar el nombre "José" ya
conseguían el alimento, era necesario ir hasta donde José, hasta la persona que
era el Señor de la tierra, para que pudiesen recibir alimento. Faraón le dijo:
“Dijo además Faraón a José: He
aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.” Génesis 41:41.
“Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón;
y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.” Génesis 41:44.
Por lo que era necesario ir hasta donde
José. Y, aun cuando faraón seguía siendo mayor que José, y podía tomar decisiones,
no le quitó la autoridad que le había dado a José.
“Cuando se sintió el hambre en
toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan. Y dijo Faraón a
todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os dijere.” Génesis 41:55.
Cuando José se da a conocer a sus
hermanos, él les declara, desde el punto de vista de Dios, que había llegado a
ser él en Egipto y quien en realidad le había exaltado:
“Así, pues, no me enviasteis acá
vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de
toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto. Daos prisa, id
a mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de
todo Egipto; ven a mí, no te detengas.” Génesis 45:8-9.
Fíjese que José no dice que él es
faraón, o como faraón, aun cuando llevaba consigo el anillo de Faraón, sino que
dice: “…Dios me ha puesto por señor de todo Egipto…”. Aun cuando, al decir
“…padre de Faraón…” pudieran algunos pensar que José era mayor que Faraón, José
en ningún momento pensó en ser mayor que Faraón, aun siendo en forma de Faraón
no estimó ser igual a faraón. Pero ¿Qué hicieron sus hermanos? Cuando Judá
intercede para que no dejaran preso a Benjamín, por el incidente de la copa,
Judá le comparó con Faraón.
“Entonces Judá se acercó a él, y dijo:
Ay, señor mío, te ruego que permitas que hable tu siervo una palabra en oídos
de mi señor, y no se encienda tu enojo contra tu siervo, pues tú eres como
Faraón.” Génesis
44:18.
Cuando llegó el momento de tomar una
decisión que no estaba dentro de las que se le habían establecido, José
consultó con Faraón sobre que debía hacer. Por más que José era el señor de la
tierra, sabía y reconocía que Faraón estaba por encima de él. No pidió permiso
para embalsamarlo, pero si para ir a enterarlo.
“Entonces se echó José sobre el rostro
de su padre, y lloró sobre él, y lo besó. Y mandó José a sus siervos los
médicos que embalsamasen a su padre; y los médicos embalsamaron a Israel. Y le
cumplieron cuarenta días, porque así cumplían los días de los embalsamados, y
lo lloraron los egipcios setenta días. Y pasados los días de su luto, habló
José a los de la casa de Faraón, diciendo: Si he hallado ahora gracia en
vuestros ojos, os ruego que habléis en oídos de Faraón, diciendo: Mi padre me
hizo jurar, diciendo: He aquí que voy a morir; en el sepulcro que cavé para mí
en la tierra de Canaán, allí me sepultarás; ruego, pues, que vaya yo ahora y
sepulte a mi padre, y volveré. Y Faraón dijo: Ve, y sepulta a tu padre, como él
te hizo jurar.” Génesis 50:1-6.
Algo más que llama la atención que José
tampoco se consideró o creyó ser Dios, siempre reconoció que Dios está por
encima de él, que Dios es mayor que él, y así se lo hizo saber a sus hermanos:
“Y les respondió José: No temáis; ¿acaso
estoy yo en lugar de Dios?” Génesis 50:20.
Entonces ¿Que hacía a José especial o
fuera de lo común, para que Faraón le nombrara señor de la tierra? Que Dios
había hecho morar en José su Santo Espíritu. Esto es lo que hace la diferencia, la unción
de Dios, por medio de lo que Dios da a conocer las cosas. Dios puso su Santo Espíritu
en José y esto ya es fuera de lo común.
. “y dijo Faraón a sus siervos:
¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?
Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay
entendido ni sabio como tú.” Génesis 41:38-39
No era el nombre José, aquel con el que le
presentaron sus padres, lo que hizo que faraón lo nombrara Señor de la tierra.
Es más, cuando ya Faraón le había hecho señor de la tierra le cambió el nombre,
le dio un nombre nuevo, un nombre para el señor de la tierra. Esto es necesario
tenerlo presente. Después que José es nombrado Señor, Faraón le cambió el
nombre.
“Y llamó Faraón el nombre de José,
Zafnat-panea; y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera sacerdote de
On.” Génesis
41:45.
Por el hecho de José haber sido nombrado
señor de la tierra, una de las cosas que debían hacer los moradores de la
tierra era doblar rodilla ante José, el Señor de la tierra. No era porque se
llamaba José, sino porque fue exaltado a Señor de la tierra en Egipto.
“y lo hizo subir en su segundo carro, y
pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la
tierra de Egipto.” Génesis 41:43.
Sólo se dobla rodilla delante de un
Señor, no por como se llame, sino por lo que representa, por lo que es, por la
autoridad que se le ha dado.
Todo este proceso que vivió José tiene
un orden. Veámoslo en forma resumida.
* Primero está la demostración de que en
él está el espíritu de Dios, Dios obra por medio de él, que es un varón
aprobado por Dios.
“Esto es lo que respondo a Faraón. Lo
que Dios va a hacer, lo ha mostrado a Faraón.” Génesis 41:28.
* Después, por lo que ha hecho, viene el
reconocimiento y exaltación,
“y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso
hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?”
Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay
entendido ni sabio como tú. Génesis 41:38-39.
* Luego el nombramiento o cargo sobre
todos los cargos que existen,
“Tú estarás sobre mi casa, y por tu
palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que
tú. Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de
Egipto. Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José,
y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su
cuello; y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él:
¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto. Y dijo Faraón a
José: Yo soy Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la
tierra de Egipto.” Génesis 41:40-44.
* Por último el cambio de nombre.
“Y llamó Faraón el nombre de José,
Zafnat-panea; y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera sacerdote de On.” Génesis 41:45.
Esta exaltación de José nos ayuda a
entender la exaltación de Jesucristo.
La
demostración de que Dios obra por medio de él.
Jesucristo demostró que Dios
obraba por medio de él, que es un varón aprobado por Dios. Al igual que José, Dios
se glorificó por medio de Jesucristo, con todas las señales y maravillas que
hizo durante su ministerio en esta tierra.
“Varones israelitas, oíd estas palabras:
Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas,
prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como
vosotros mismos sabéis; Hechos 2:22.
“Mientras él aún hablaba, una nube de
luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Éste es mi Hijo
amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.” Mateo 17:5.
“Pues cuando él recibió de Dios Padre
honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía:
Éste es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia.” 2da Pedro 1:17.
La
exaltación de Jesús.
De la misma forma como José fue
exaltado, un hombre común exaltado a la diestra de Faraón, designado Señor de
la tierra, así el Señor Jesucristo, un hombre, fue exaltado a Señor de Señores.
“A este Jesús resucitó Dios, de lo cual
todos nosotros somos testigos. Así que, exaltado por la diestra de Dios,
y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto
que vosotros veis y oís. Porque David no subió a los cielos; pero él mismo
dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a
tus enemigos por estrado de tus pies. Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa
de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha
hecho Señor y Cristo.” Hechos 2:32-36.
“Pelearán contra el Cordero, y el
Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los
que están con él son llamados y elegidos y fieles.” Apocalipsis 17:14.
Note aquí el orden de las cosas. Antes
que resucitase, el hijo de Dios, ya se llamaba Jesús. Es después de la
resurrección que es exaltado por la diestra de Dios, y al ser exaltado Dios lo
nombra Señor.
“y estando en la condición de hombre, se
humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por
lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es
sobre todo nombre,” Filipenses 2:8-9.
Jesucristo
tenía algo que lo hacía diferente.
Así como Dios colocó el Espíritu Santo
sobre José, de la misma forma el Espíritu de Dios está en Jesucristo y esto le
hace un ser fuera de lo común, le hace diferente.
“El Espíritu de Jehová el
Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar
buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a
publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;” Isaías 61:1.
“cómo Dios ungió con el
Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo
bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con
él.” Hechos
10:38.
El
nombramiento como Señor.
De la misma forma como José fue
promovido por Faraón como Señor de la tierra, así Dios exaltó hasta lo sumo a
nuestro señor Jesucristo, sentándolo a su diestra como Señor. Es esto lo que toda
lengua debe confesar, que Jesús es el Señor, para gloria de Dios Padre, y no
que se llama Jesús.
“y toda lengua confiese que
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” Filipenses 2:11.
Es cuando Dios le nombra Señor, que le
coloca sobre todo señorío, sobre toda potestad, sobre todo nombre.
“la cual operó en Cristo, resucitándole
de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre
todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se
nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas
las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la
iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.”
Efesios 1:21-23.
Así vemos que, Jesucristo fue puesto por
Dios como Señor “…sobre todo nombre que se nombra…” ¿Qué es lo que hace que
esté sobre todo nombre que se nombra? Su nombramiento como Señor.
El
cambio de nombre.
Al igual que José, después que Faraón le
nombró Señor, Faraón le cambió el nombre; así hará Dios con el Señor
Jesucristo, le cambiará el nombre.
Pero ¿Sabía que el nombre Jesús le será
cambiado al Hijo de Dios? Entonces piense, si Jesús fuese el nombre sobre todo
nombre ¿Cómo es que le será cambiado?
Así como a cada uno de los salvados se
nos dará un nombre nuevo a nuestro Señor Jesucristo también se le dará un
nombre nuevo, pero la designación como Señor no le será quitada.
“Al que venciere, yo lo haré
columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre
él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva
Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.” Apocalipsis 3:12.
El nombre sobre todo nombre es en este
siglo y en el venidero.
“sobre todo principado y autoridad y
poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este
siglo, sino también en el venidero;” Efesios 1:21.
Es necesario recordar que el nombre que lleva
el Hijo de Dios le fue dado por Dios, por boca del ángel Gabriel, cuando se le
apareció a María; nombre relacionado a la tarea que le fue encomendada, salvar.
“Y ahora, concebirás en tu vientre, y
darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.” Lucas 1:31.
“Y dará a luz un hijo, y llamarás su
nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” Mateo 1:21.
El primer nombre se le dio antes de su
nacimiento, el segundo nombre se le dará cuando venga a reinar, pero el nombre
sobre todo nombre se le dio después de la exaltación. Este nombre que le será
dado, al igual que el nombre que ostenta actualmente, no es el nombre sobre
todo nombre. Para algunos, el nombre Jesús es el nombre sobre todo nombre que
Dios le dio a Jesucristo, pero el nombre sobre todo nombre se le da después de
la exaltación.
“Por lo cual Dios también le exaltó
hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en
el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en
la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el
Señor, para gloria de Dios Padre. “Filipenses 2:9-11.
Un día, nuestro
Señor Jesucristo ejercerá autoridad sobre todos los que están en esta tierra y
se postrarán ante él. Es precisamente cuando aquí en esta tierra toda rodilla
se postre ante el Hijo de Dios, que ya no se llamará Jesús, sino que tendrá
otro nombre. Dios le dará un nombre nuevo, con el que se le llamará acá en la
tierra, mientras sea rey. Durante el milenio, cuando ejerza el poder y la
autoridad del reino que Dios le dará, cuando se siente en el trono de David su
padre, será conocido con el nombre de Jehová Justicia nuestra, ya no Jehová
salvación (Jesús).
“En sus días será salvo Judá, e
Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán:
Jehová, justicia nuestra.” Jeremías 23:6.
Mientras el nombre
con el que fue presentado le será cambiado, la exaltación como Señor no le será
cambiado, es en ese momento, cuando venga como Rey, que Jesús es el Señor de la
tierra.
El nombre sobre todo nombre no es
temporal, no es por un periodo de tiempo. Así como Dios nunca deja de ser Señor,
Jesucristo no dejará de ser Señor.
Si el nombre "Jesús" es el
nombre sobre todo nombre y al hijo de Dios se le dará un nombre nuevo entonces
dejará de tener el nombre sobre todo nombre y ya toda rodilla dejaría de
postrarse ante él porque ya no se llama "Jesús". Porque así está
dicho, que el nombre sobre todo nombre se le dio para que toda rodilla se doble
ante él.
Aun cuando el nombre del Hijo de Dios va
a ser cambiado no dejará de Ser nuestro Señor, aun los que están en los cielos,
y en la tierra, y debajo de la tierra seguirán doblando rodilla ante él porque
el nombre sobre todo nombre está en la exaltación que Dios le dio, al
constituirlo Señor.
“Por lo cual Dios también le
exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los
cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” Filipenses
2:9-11.
Note usted la secuencia de los eventos:
Primero Dios le exalta a su diestra y luego le da el nombre sobre todo nombre;
para que por causa de haber sido nombrado Señor, toda rodilla se doble delante
de él.
Cuando el Señor Jesucristo estuvo acá en
la tierra, aunque ya se llamaba Jesús, no encontramos que toda rodilla se postró
ante él ¿Por qué? Porque aún no había sido exaltado, porque aún Dios no le había
hecho Señor de todos, no le había sentado a su diestra, aun Jesucristo no había
subido a su Padre. Cuando regrese, con la gloria que Dios le dio, entonces
todos se postraran ante él.
“Ahora pues, Padre, glorifícame
tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.”
Juan
17:5.
En el nombre sobre todo nombre no hay ambigüedad.
Pero, si usted preguntara ¿Cuál es el nombre del Hijo de Dios? Entonces pocos
pueden ponerse de acuerdo. Para unos debe pronunciarse en hebreo, otros en inglés,
otros en griego, otros en español y así sucesivamente ¿Entonces, quien tiene la
razón? Ha venido a ocurrir como con el nombre de Dios, que los judíos dejaron
de pronunciar por un temor infundado, supuestamente para no blasfemar; pero el
hecho del Hijo de Dios haber sido nombrado Señor no importa el idioma en el que
usted lo pronuncie, incluso en uno angelical si usted lo prefiere, seguirá siendo
"el Señor" para gloria de Dios Padre, aun cuando usted prefiera
decirlo en su idioma natal.
El nombre sobre todo nombre no viene a
ser sobre todo nombre porque nadie más se llame así o porque ese nombre lleve
pegado el poder. Piense, porque se llama Jesús ¿Ya tiene poder? No. El poder es
inherente al cargo, a la autoridad sin importar como se llame el que ejerza el
cargo. Por ser Señor se le da la autoridad, la potestad para ejercerla. El
poder de Dios es desatado por el respaldo que tenga de parte de Dios, porque
Dios quiera glorificarse a través de él.
“Varones israelitas,
oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre
vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros
por medio de él, como vosotros mismos sabéis;” Hechos 2:22.
Para algunos el nombre Jesús
es el nombre sobre todo nombre porque nadie más se llamaba así, pero
encontramos en las escrituras que ya alguien más había llevado el nombre Jesús,
al menos con su significado, mucho antes de que el Señor Jesucristo naciera, y
también después de él. Aun cuando está
escrito ligeramente diferente, el significado es el mismo, Jehová salva o
Jehová es salvación, y no fue este el único caso.
“Éstos son los nombres de los varones
que Moisés envió a reconocer la tierra; y a Oseas hijo de Nun le puso Moisés
el nombre de Josué.” Números 13:16.
Este cambio de nombre fue
aprobado por Dios, quien pronuncia él nombre cuando ya Moisés va a traspasar el
liderazgo a Josué.
“Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué
hijo de Nun, varón en el cual hay espíritu, y pondrás tu mano sobre él;” Números 27:18.
Esto de la exclusividad del
nombre, para ser considerado el nombre sobre todo nombre, no tiene asidero bíblico;
ni aún el nombre de Dios, con todo y los israelitas negarse a pronunciarlo, es
exclusivo. Encontramos combinaciones de nombres que incluyen el nombre de Dios,
como es el caso del nombre Jesús, que significa Jehová salva o Jehová
salvación; Claro está, con el nombre de Dios, él es el primero en tenerlo.
Aún conocemos al Hijo de
Dios con el nombre Jesús, pero en el milenio le conoceremos con otro nombre,
cuyo significado es Jehová Justicia Nuestra, pero seguirá ostentando el nombre
sobre todo nombre, seguirá siendo el Señor sobre todo nombre, para gloria de
Dios Padre.
“la cual operó en Cristo, resucitándole
de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo
principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no
sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas
bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual
es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.” Efesios 1:20-23.
Jesucristo no consideró ser Dios ni
igual a Dios, siempre reconoció que el Padre es mayor que él, de la misma forma
que José reconoció que Faraón era mayor que él.
“Haya, pues, en vosotros este
sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios,
no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se
despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y
estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente
hasta la muerte, y muerte de cruz.” Filipenses 2:5-8.
“Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y
vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que
voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo.” Juan 14:18.
Al igual que José, a quienes sus
hermanos les dijeron que era como Faraón, aun hoy hay muchos que confunden a
Jesucristo con Dios quien le exalto, pero Jesucristo estuvo claro en todo
momento y dijo: “…hijo de Dios soy…”
“¿al que el Padre santificó y envió al
mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?” Juan 10:36.
La razón por la que ante Jesús se dobla toda rodilla es porque Dios le hizo Señor, y no porque se llama Jesús, al igual que José, la orden que dio Faraón fue que toda rodilla en Egipto se doblara ante el señor de la tierra.