Ir al contenido principal

El mensaje del reino

 


Isaías 52:7

“¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!”

Al estudiar el evangelio que actualmente se predica en muchas congregaciones, es asombroso como difiere de aquel que en realidad predicó nuestro Señor Jesucristo. Y no se me confunda, pues para conocer el verdadero evangelio que predicó nuestro Señor Jesucristo es necesario ir a lo dicho por Dios a través de los profetas y compararlo con lo escrito en los evangelios. ¿Y porque a los profetas? 

"Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas." Amós 3:7.

El Señor Jesucristo fue fiel a Dios en todo, y ¿Piensa usted que no lo sería en el mensaje que dio a conocer? Jesucristo dijo:

“Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.” Juan 12:49-50.

¿Qué sería lo que Dios le dijo a Jesucristo que dijera?

El mensaje que dio a conocer nuestro Señor Jesucristo es el que Dios mandó a decirnos, el mensaje que viene directamente del reino de los cielos, donde Dios siempre ha reinado y reinará por los siglos de los siglos.

Sobre esto Lucas, en el libro de los hechos, dice que el mensaje fue de paz.

“Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos.” Hechos 10:36.

En la carta a los corintios nos dice el apóstol Pablo que fue un mensaje de reconciliación.

“que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.” 2da Corintios 5:19-20.

El mensaje del reino habla de la necesidad de reconciliarnos con Dios.

Los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas recogen las palabras de nuestro Señor Jesucristo y dicen que Jesucristo hizo un llamado al arrepentimiento:

“Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” Mateo 4:17.

“Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.” Marcos 1:14-15.

“Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.” Lucas 5:31-32.

No caben dudas de que el Señor Jesucristo predicaba el evangelio del Reino de los cielos, pero ¿Con qué palabras? ¿Qué decía?  “…Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado…” “…El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio…” “…No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento…”. Con frases como estas, el Señor Jesucristo, les anunció el evangelio de la paz; al igual que lo hicieron sus discípulos:

“Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.” Hechos 2:40.

Jesucristo ordeno a sus discípulos que predicaran:

Encontramos que el Señor Jesucristo les dio mandamiento a los discípulos, no sólo para que hicieran mientras él estaba con ellos, sino que para que ellos predicaran cuando ya Jesucristo no estuviese. Pero ¿Qué les ordenó predicar?

“A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.” Mateo 10:5-8.

Incluso encontramos la comisión que recibió el apóstol Pablo, enviado a predicar a los gentiles, el mismo señor Jesucristo le dice cuál es el mensaje que debe predicar; así está relatado.

"librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados. Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial, sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento." Hechos 26:17-20.

Podemos ver qué el mensaje del evangelio es un llamado al arrepentimiento y la conversión; arrepentimiento de los pecados y convertimiento a Dios, a ser salvos de esta perversa generación. Es un llamado a salir de las tinieblas y de las potestades de Satanás para venir a servir al Dios verdadero, quien reina por todas las edades. 

Es necesario entender que ese Dios verdadero en los postreros días tomara el control de los reinos que hay en esta tierra, vendrán a ser de él y de su cristo. En ese momento Dios establecerá un gobernante que, desde Israel, en el trono de David, regirá las naciones de este mundo con vara de hierro, pero esto no tiene relación alguna con el perdón de nuestros pecados y la salvación de nuestras almas para que alcancemos vida eterna, que es lo que anuncia el evangelio; El Reinado Milenial no tiene que ver con escapar del lazo del diablo. Son dos cosas muy diferentes. Mientras el reinado es el cumplimiento de una promesa hecha a David y su descendencia, la salvación y vida eterna es el socorro de Dios a la humanidad que cayó en desgracia a causa del pecado, por cuánto todos pecaron. Mientras el reinado se establecerá sobre los reinos de este mundo, los salvados gozarán de vida eterna en un cielo y una tierra nuevos, dónde el malo ya no existirá más.

Que Dios utilizo el mismo instrumento para llevar a cabo estos dos objetivos, de eso no cabe duda, pero todo es hecho con su debido orden, primero la salvación. Mire lo que unos discípulos tenían pensado que debía hacer el cristo cuando fuese manifestado:

"Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido." Lucas 24:21.

"Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente." Lucas 19:11.

Mientras que el señor Jesucristo les dijo:

"Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido." Lucas 19:10.

De igual manera hoy, hay quienes piensan que lo importante del regreso del Señor Jesucristo es establecer el Reino Milenial, mientras que la escritura dice bien claro:

"así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan." Hebreos 9:28.

Pero no me mal interprete, cuando el señor regrese si se sentará en el trono de David, pero primero dará la recompensa, a cada uno según sea su obra. Tengamos presente que la parábola de los labradores malvados dice bien claro:

"Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores? Le dijeron: A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo." Mateo 21:40-41.

Estamos en un segundo periodo de arrendamiento de la viña, ha sido arrendada a los gentiles. Este periodo inició después que los antiguos inquilinos mataron al hijo del dueño de la viña. Ahora se nos ha dado la oportunidad de dar fruto de justicia. Cuando venga el Señor de la viña pedirá cuenta a los gentiles, vendrá a buscar el fruto, y después establecerá el reino. Por el simple hecho de que estamos en un periodo de arrendamiento de la viña es necesario que demos fruto. El fruto es el resultado del llamado al arrepentimiento y la conversión a Dios, es la razón del mensaje que se debe predicar; para dar frutos dignos de arrepentimiento.

La profecía hablaba de que el mensaje que traería nuestro Señor Jesucristo es de salvación, incluso su nombre proclamaba el mensaje que traía. El ángel dijo:

“Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.Mateo 1:21.

"El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo." 1º de Juan 3:8.

Entonces el mensaje que debemos predicar hoy debe ser de salvación, de reconciliación para con Dios por medio de Jesucristo. 

Jesucristo es un salvador.

“Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.” Lucas 2:10-11.

“Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.” Juan 12:47.

“Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” Hechos 4:11-12.

"y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén." Lucas 24:46-47. 

Este mensaje debe concordar con lo que ya había sido anunciado en las profecías. El profeta Isaías dijo que este es el mensaje que traería el Mesías, nos diría que Dios reina, que sería un mensaje de buenas nuevas de salvación, y no sería de propaganda de sí mismo como rey.

“¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!” Isaías 52:7.

Podemos destacar varias frases en este mensaje:

A). Alegres nuevas.

B). Anuncia la paz.

C). Nuevas del bien.

D). Publica salvación.

E). Dice a Sion: tu Dios reina.

Es de resaltar que esta porción de Isaías no habla del futuro reino de Jesucristo en la tierra. El mensaje enviado por Dios es claro: El Dios que reina (Tu Dios reina) les envía a decir que está haciendo las paces (Anuncia la paz), les va a perdonar por medio de la fe en su Hijo Jesucristo (nuevas de bien), que todo el que cree en Jesucristo será Salvo (publica salvación).

El evangelio del reino no es proclamar que viene un reino, sino que el reino que existe desde tiempos y edades se ha acercado, ya no está distante, está cercano y dispuesto a perdonar pecados. 

"Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar." Isaías 55:6-7.

Es el mismo mensaje enviado por Dios en boca de los profetas a los primeros inquilinos de la viña, ahora se espera que los actuales inquilinos se vuelvan a Dios el cual será amplio en perdonarles.

Los discípulos anunciaban el camino de la salvación.

En la biblia encontramos que hasta en el reino de las tinieblas están claro de cuál es el mensaje que predicaban los discípulos. Mientras el apóstol Pablo se encontraba predicando en Filipos, un espíritu de adivinación, hablando por boca de una joven, dijo una verdad, declaró lo que estaban haciendo Pablo y Sillas.

“Ésta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación.Hechos 16:17.

Es triste y lamentable encontrarse con grupos que para ellos el mensaje que debemos predicar es el Reino Milenial, el gobierno de Jesucristo en esta tierra; porque, según, esto fue lo predicó Jesucristo. Es cierto que Jesucristo les habló a sus discípulos de su Reino venidero, pero este no fue el mensaje de salvación que les dijo que predicasen. El mensaje de salvación, que debían predicar en todas las naciones es:

"y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén." Lucas 24:46-47.

¿Pero, entonces Jesucristo no les hablo del reino de Dios?

Claro que sí, pero con esta expresión no se estaba refiriendo al reino de Israel. Miremos lo que dice está escritura:

“En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Hechos 1:1-8.

En esta porción podemos ver que, inspirado por el Espíritu Santo, Jesucristo les habló a sus discípulos del Reino de Dios “…hablándoles acerca del reino de Dios…” ¿Este reino de Dios es el Milenial? No; muestra de esto es la pregunta que le hacen sus discípulos al final “…Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? ...”

Es necesario hacer la distinción entre el evangelio de la salvación y el momento en que se cumpla la promesa hecha a David del futuro Reino donde un descendiente suyo gobernará sobre su trono para siempre. Ambas cosas son ciertas, hay un evangelio de buenas nuevas de salvación y hay un futuro reino en el trono de David; pero cada cosa en su debido tiempo. Lo primero que ocurrió fue la introducción del pecado y muchos años después se le prometió a David un descendiente que le diera continuidad al reino de Israel. De la manera como Dios no resolvió en la primera venida de Jesucristo lo del gobierno del Señor Jesucristo sobre el trono de David su padre, tampoco la prioridad es que se predique de este reino.

Con la venida de nuestro Señor Jesucristo Dios le dará la autoridad para que él reine sobre los reinos del mundo durante mil años.

“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.” Apocalipsis 11:15.

Durante el Reinado Milenial no se acabarán los reinos de la tierra, aun habrá reyes sobre la tierra. Si hay reyes, entonces habrá reinos; aunque estos reinos estén bajo el dominio del reino de David en manos del Señor Jesucristo.

“Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche. Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.” Apocalipsis 21: 24-26.

Podemos ver que está relatado los eventos previos al establecimiento del Reino Milenial. ¿Qué sistema está funcionando? ¿Hay reinos? ¿Hay reyes? Claro que sí.

"Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército.” Apocalipsis 19:11-19.

Permítame decirle que esta guerra no acabará con todos los reyes de la tierra. Usted y yo sabemos que a la hora de una guerra los reyes actuales no van a campo de batalla, envían sus tropas, pero ellos permanecen resguardados. Estos reyes estarán al frente de las naciones durante el periodo del Reinado Milenial de Cristo; incluso es la razón por la que el Señor Jesucristo será rey de Reyes.

"Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.  Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento. Alza tus ojos alrededor y mira, todos éstos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos. Entonces verás, y resplandecerás; se maravillará y ensanchará tu corazón, porque se haya vuelto a ti la multitud del mar, y las riquezas de las naciones hayan venido a ti. Multitud de camellos te cubrirá; dromedarios de Madián y de Efa; vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas de Jehová. Todo el ganado de Cedar será juntado para ti; carneros de Nebaiot te serán servidos; serán ofrecidos con agrado sobre mi altar, y glorificaré la casa de mi gloria. ¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas? Ciertamente a mí esperarán los de la costa, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre de Jehová tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha glorificado. Y extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán; porque en mi ira te castigué, mas en mi buena voluntad tendré de ti misericordia. Tus puertas estarán de continuo abiertas; no se cerrarán de día ni de noche, para que a ti sean traídas las riquezas de las naciones, y conducidos a ti sus reyes. Porque la nación o el reino que no te sirviere perecerá, y del todo será asolado. La gloria del Líbano vendrá a ti, cipreses, pinos y bojes juntamente, para decorar el lugar de mi santuario; y yo honraré el lugar de mis pies. Y vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron, y a las pisadas de tus pies se encorvarán todos los que te escarnecían, y te llamarán Ciudad de Jehová, Sion del Santo de Israel.  En vez de estar abandonada y aborrecida, tanto que nadie pasaba por ti, haré que seas una gloria eterna, el gozo de todos los siglos.  Y mamarás la leche de las naciones, el pecho de los reyes mamarás; y conocerás que yo Jehová soy el Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob. En vez de bronce traeré oro, y por hierro plata, y por madera bronce, y en lugar de piedras hierro; y pondré paz por tu tributo, y justicia por tus opresores. Nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción ni quebrantamiento en tu territorio, sino que a tus muros llamarás Salvación, y a tus puertas Alabanza.  El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, sino que Jehová te será por luz perpetua, y el Dios tuyo por tu gloria. No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque Jehová te será por luz perpetua, y los días de tu luto serán acabados. Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme. El pequeño vendrá a ser mil, el menor, un pueblo fuerte. Yo Jehová, a su tiempo haré que esto sea cumplido pronto." Isaías 60:1-22.

Estas naciones y estos reyes que durante el milenio llevan la gloria de sus naciones hasta Israel, después de mil años de reinado de Jesucristo se sublevarán se levantarán contra Dios y contra su Cristo, incitados por el Diablo que después de mil años ha sido desatado y se le ha dado libertad.

"Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió." Apocalipsis 20:7-9.

Esto nos muestra que la tierra está bastante lejos de ser el paraíso donde disfrutaremos de vida eterna, aún hay maldad. Los reyes que por mil años fueron subyugados, que les tocó rendir tributo al reino de Israel encabezado por el Señor Jesucristo, ahora se levantan para pelear contra el Señor Jesucristo.

Está la tierra lejos de estar libre de hombres impíos.

"No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito." Isaías 65:20.

Este relato es parte de las cosas que ocurrirán durante el milenio. Piense por un momento: se habla de muerte, se habla de pecador y se habla de maldición, ¿Acaso esto es eterno? Claro que no, pero seguirá presente durante el milenio en las naciones que existen en el mundo.

El mensaje traído por el Señor Jesucristo desde el cielo no es para que lo disfrutemos solo por mil años. La promesa de restablecer un reino, en el trono de David, es hecha al pueblo de Israel, y Dios lo cumplirá, pero la promesa de vida eterna es hecha a toda la raza humana, para todo aquel que cree en Jesucristo.

"Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?" Hechos 1:6.

El reino de Israel será restablecido en la tierra que Dios le prometió a Abraham, Isaac y Jacob, que le daría por herencia, y allí vivirán; pero la tierra que está prometida para los justos, donde viviremos y disfrutaremos de vida eterna es el mundo venidero, una nueva tierra y un nuevo cielo, porque estos que hoy vemos están reservados por el fuego para ser destruidos.

"pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos." 2º de Pedro 3:7.

"Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia." 2º de Pedro 3:10-13.

Esta es nuestra esperanza, según la promesa de Dios nos dará un cielo y una tierra Nuevos, en los cuales mora la justicia.

"Los justos heredarán la tierra, Y vivirán para siempre sobre ella." Salmos 37:29.

No confunda la tierra que vamos a heredar con el Reinado Milenial. La entrada al Reino Milenial no es parte de la herencia que recibiremos los salvados, nuestra herencia está reservada allá en los cielos; debo resaltar, nuestra herencia no es el cielo, sino que está en los cielos.

"Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero." 1º de Pedro 1:3-5.

Lo que estamos esperando es una herencia incorruptible, y este mundo está sujeto a corrupción.

"Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;" Romanos 8:20-22.

El Reino Milenial es diferente al reino de los cielos. El Reino Milenial es un reino que se establecerá en esta tierra por disposición del reino de los cielos. El Reino Milenial no deja sin efecto el reino de los cielos, antes bien lo que le da validez al Reino Milenial es el reino de los cielos. El Reino Milenial es una extensión del reino de los cielos en esta tierra. Los que sean tenidos por dignos de entrar en el Reino de Dios gozarán de privilegios durante el Reinado Milenial.

Autor: Asbel Peña.

Entradas más populares de este blog

LAS ENFERMEDADES Y LOS SIERVOS DE DIOS

Las enfermedades y los siervos de Dios. 2da de Corintios 11:29. “¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno?” A veces encontramos personas que creen que es su deber pelear contra las enfermedades como si fuesen sus enemigos. Le declaran la guerra, como si la enfermedad es un monstruo que se está llevando a la persona, no sabiendo cual es el origen y que no tienen que pelear sino rogar a Dios, quien es el que puede solucionar la situación. En la biblia encontramos relatos en la vida de los siervos de Dios, episodios donde atravesaron diversas enfermedades; aún cuando eran ungidos de Dios y es que no existe tal cosa como que no tendremos enfermedades en nuestro cuerpo. Grandes hombres de Dios padecieron enfermedades. Existe la posibilidad de padecer enfermedades mientras estemos en esta tierra. El Apóstol Pablo relata en su vida varios episodios de enfermedad. Hablando con los gálatas dice: “Pues vosotros sabéis que a causa de una