La
visión y lo soñado
“Y
él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de
Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él.” Números 12:6
Una
tercera forma de Dios hacernos conocer sus palabras, además de hablar por medio
de su Espíritu y por medio de sus enviados, es a través de sueños y visiones.
Esta forma de Dios hacernos conocer las cosas por venir, es muy frecuente, más
de lo que muchos piensan; puesto que Dios dijo que por medio de sueños y
visiones les hablaría a los profetas. Sin embargo, no solo con los profetas
habló Dios de esta forma; por lo que debemos estar pendientes hoy día, pues,
por medio del profeta Joel, Dios nos dio a saber que aún está vigente este medio:
“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y
profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños,
y vuestros jóvenes verán visiones.” Joel 2:28.
Veamos
algunos ejemplos en la palabra de Dios.
“Pero Dios vino a
Abimelec en sueños de noche, y le dijo: He aquí, muerto eres, a causa de la
mujer que has tomado, la cual es casada con marido. Mas Abimelec no se había
llegado a ella, y dijo: Señor, ¿matarás también al inocente? ¿No me dijo él: Mi
hermana es; y ella también dijo: Es mi hermano? Con sencillez de mi corazón y
con limpieza de mis manos he hecho esto. Y le dijo Dios en sueños: Yo también
sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo también te detuve de
pecar contra mí, y así no te permití que la tocases. Ahora, pues, devuelve la
mujer a su marido; porque es profeta, y orará por ti, y vivirás. Y si no la
devolvieres, sabe que de cierto morirás tú, y todos los tuyos. Entonces
Abimelec se levantó de mañana y llamó a todos sus siervos, y dijo todas estas
palabras en los oídos de ellos; y temieron los hombres en gran manera.” Génesis 20:03-08.
Podemos ver acá que Dios le hace una
advertencia al Rey de Gerar, quien no siendo siervo de Dios y Abraham pensaba
que este Rey no tenía temor de Dios, para que devolviese la esposa a Abraham.
No era Abimelec Profeta, pero Dios le habló en medio del sueño, para resguardar
su vida a causa de su profeta Abraham.
En una oportunidad,
estando Jacob huyendo de su hermano Esaú, en la noche, mientras descansaba,
Dios le reveló palabras a Jacob:
“Y llegó a un cierto lugar,
y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel
paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar. Y soñó: y he aquí una
escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he
aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. Y he aquí, Jehová estaba
en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y
el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu
descendencia. Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás
al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra
serán benditas en ti y en tu simiente. He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré
por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te
dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho. Y despertó Jacob de su sueño, y
dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Y tuvo miedo, y
dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta
del cielo.” Génesis 28:11-17.
Dios se le presentó a Jacob, quien no le
conocía aún, haciéndole promesas, en la noche, mientras dormía, mediante un
sueño; y un poco más adelante Dios le aparece y le confirma lo que vio en medio
del sueño:
“Dijo Dios a Jacob:
Levántate y sube a Bet-el, y quédate allí; y haz allí un altar al Dios que te
apareció cuando huías de tu hermano Esaú.” Génesis 35:1.
Confirmándole la
veracidad de las cosas que había visto en sueños. Suele ocurrir que, cuando
algo es nuevo para nosotros, Dios confirma lo que ha dicho hasta que ya conoces
con seguridad la forma como Dios habla, entonces ya no hay duda y creemos lo
que Dios nos muestra.
En ocasiones no es
tan claro y quizá es con el paso del tiempo que entendemos lo que Dios ha dicho
por medio del sueño o la visión. Esto fue lo que vivió el joven José.
“Y soñó José un
sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía. Y
él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado: He aquí que atábamos manojos
en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y
que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío. Le respondieron
sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le
aborrecieron aun más a causa de sus sueños y sus palabras. Soñó aun otro sueño,
y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he
aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. Y lo contó a su
padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este
que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en
tierra ante ti? Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en
esto.” Génesis
37:5-11.
Los que oyeron este sueño no lo comprendieron,
antes envidia nació en sus corazones, inclusive llegaron a aborrecerle; pero,
había alguien que tenía experiencias pasadas con Dios, Jacob, a quien Dios
anteriormente le había hablado por medio de sueños, y dice, en el versículo 11
“…mas
su padre meditaba en esto.”
La información de estos sueños se cumplió años
más tarde, después de haber pasado José por varias situaciones difíciles que le
prepararon para afrontar las cosas que le tocaría vivir como el segundo en el
reino, después de Faraón. Estando allí, se cumplió lo que Dios le había
anunciado por medio de sueños cuando apenas era un muchacho.
También encontramos
ejemplos en el libro de Daniel.
“En el primer año de
Belsasar rey de Babilonia tuvo Daniel un sueño, y visiones de su cabeza
mientras estaba en su lecho; luego escribió el sueño, y relató lo principal del
asunto. Daniel dijo: Miraba yo en mi visión de noche, y he aquí que los cuatro
vientos del cielo combatían en el gran mar. Y cuatro bestias grandes,
diferentes la una de la otra, subían del mar.” Daniel 7:1-3.
“Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí
con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el
Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio,
gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su
dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será
destruido. Se me turbó el espíritu a mí, Daniel, en medio de mi cuerpo, y las
visiones de mi cabeza me asombraron. Me acerqué a uno de los que asistían, y le
pregunté la verdad acerca de todo esto. Y me habló, y me hizo conocer la
interpretación de las cosas.” Daniel
7:13-16.
Vemos que no solamente tuvo la visión, sino
que se le fue dado el significado de estas visiones, que le turbaron en gran
manera. Esta información, que Dios le dio a Daniel, mucho antes que aconteciese,
de los reinos del mundo, incluyendo el último reinado que habrá en la
tierra donde el Rey será el Hijo de Dios
que aparecerá para reinar por mil años. Dios le reveló, detalladamente, a
Daniel las cosas que habrían de acontecer. Así es Dios, quien da a conocer lo
por venir.
“Así dice Jehová, el
Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; mandadme
acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos.” Isaías 45:11.
“He aquí se cumplieron las cosas primeras, y
yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré notorias.” Isaías 42:9.
Dios se vale de sueños y visiones para darnos
a conocer cosas que aún no han ocurrido, pero que Dios que conoce todas las
cosas, aún lo por venir, nos las revela por medio de sus siervos.
“Acordaos de las
cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro
Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y
desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá,
y haré todo lo que quiero;” Isaías 46:9-10.
Vemos que Dios está
en la disposición de dar a conocer lo por venir, y de hecho lo hace, para que
cuando ocurra no pueda el ser humano atribuírselo a dioses falsos ni a profetas
mentirosos, pues ya Dios lo había dado a conocer de antemano; ya sea para toda
la humanidad o para alguien en particular.
“Y se le mostró a
Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo:
Pasa a Macedonia y ayúdanos. Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir
para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos
el evangelio.” Hechos
16:9-10.,
recibiendo así Pablo
la orden de ir a llevar el mensaje del evangelio a Macedonia. Notemos la diferencia con el siguiente
ejemplo:
“Entonces el Señor
dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; porque yo
estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo
tengo mucho pueblo en esta ciudad.” Hechos 18:9-10.;
en esta ocasión para
darle animo a Pablo, el Señor Jesucristo le dice que no tuviese temor de
predicar el evangelio; porque allí en Macedonia había quienes se le oponían
para que predicase.
Dios uso un sueño para
advertirle a los magos que vinieron del oriente para saber sobre el nacimiento
de Jesús de Nazaret, que no regresaran donde Herodes:
“Pero siendo avisados
por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por
otro camino.” Mateo
2:12.
Y en el mismo capítulo relata como Dios le
envía un ángel a José para que le avise que debe huir a Egipto. Este ángel se
le apareció a José mientras dormía.
“Después que
partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo:
Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta
que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y
él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto,” Mateo 2:13-14.
Cuando Dios da una
información, ya sea por sueño o por visión, es para que nosotros nos
apercibamos, para que estemos preparados. Es para que nos movamos o para que
estemos preparados para lo que va a acontecer. Puede que en medio de la visión
o del sueño veamos un ángel, quien nos dará el mensaje, o puede que sea alguien
desconocido, o puede ser el señor Jesucristo quien nos dé una información de
parte de Dios. Podemos ver la visión para compartirla con el pueblo de Dios,
como puede que sea solo para nosotros; como relata el Apóstol Pablo en 2da de Corintios
12: 1-4. Allí dice claramente
que
“oyó
palabras inefables que no le es dado al hombre expresar”.
De manera que parte
de las revelaciones y de las visiones que tuvo el apóstol Pablo permanecieron
con él, pues no se le dio para darlas a conocer a todos. ¿Por qué permite Dios
esto? Para dar aliento a personas que están atravesando situaciones difíciles,
como el Apóstol Pablo, pero que dios les muestra lo que ha de venir para que su
confianza, fe y esperanza sean puestas en lo por venir, en el galardón y no en
las cosas temporales, pasajeras.
“Pues tengo por
cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria
venidera que en nosotros ha de manifestarse.” Romanos 8:18.
Tenemos así, en la
visión y en los sueños, otra manera como Dios nos da a conocer sus palabras.